Un nuevo huerto hidropónico de la FAO y La Sapienza abre la vía a la experimentación sobre la agricultura sin suelo
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Universidad La Sapienza de Roma han consolidado aún más su colaboración en materia de investigación en el campo de la agricultura sostenible con la inauguración de un huerto hidropónico en la terraza de la FAO, fruto del estudio de nuevas técnicas de cultivo basadas en el agua.
El innovador huerto, patrocinado por la Universidad La Sapienza, la Secretaría de la Alianza para las Montañas y la Cooperación Italiana al Desarrollo, introduce técnicas innovadoras que suponen un paso adelante en la hidroponía tradicional.
El jardín, que complementa al instalado en 2021, permite utilizar agua del grifo, eliminando la necesidad de agua desmineralizada y reduciendo así el despilfarro de recursos. En él sólo se utilizan abonos orgánicos, lo que reduce la huella ecológica del sistema: los microorganismos disueltos en el agua interactúan con las plantas, aumentando su resistencia a factores de estrés como las altas temperaturas y las plagas.
Además, el sistema está diseñado para su uso en exteriores, lo que elimina la necesidad de luz artificial que se emplea en los cultivos hidropónicos convencionales, manteniendo así un consumo energético diario excepcionalmente bajo. Por último, el huerto está construido con un 90% de madera sostenible certificada, lo que minimiza el uso del plástico utilizado en cambio en los sistemas hidropónicos convencionales.
En su discurso de apertura de la ceremonia, a la que asistieron la Rectora de la Universidad La Sapienza, Antonella Polimeni, y la Representante Permanente Adjunta de Italia ante la FAO, Stefania Costanza, el Director General de la FAO definió la agricultura hidropónica como una combinación de tecnología tradicional y moderna. También subrayó la importancia de un diálogo fructífero y continuo entre el mundo académico y la FAO, que beneficiaría a ambas partes.
El huerto hidropónico servirá como banco de pruebas para la investigación que explore el potencial de una mejor gestión de los recursos en la agricultura sin suelo, que puede ser una alternativa o complemento a la agricultura convencional, con aplicaciones potenciales en zonas con escasez de agua y suelo cultivable, como las montañas.