La Comisión Europea corrigió a la baja los datos de producción de aceite de oliva en la UE en su última avance mensual, con los datos proporcionados por los Estados miembros productores en el pasado mes de marzo, que podrían darse ya como bastante definitivos.
La producción comunitaria de aceite de oliva queda en poco más de 2Mt en 2020/21
Así, la producción oleícola sobrepasa ligeramente los 2 Mt (cerca de 2,03 millones), frente a la estimación anterior en la que se acercaba a los 2,11 millones de toneladas. Aún así, sería un 5,7% y unas 110.000 t superior en 2020/21 al volumen (1,92 Mt) producido en la campaña precedente.
En marzo, las aportaciones de aceite de oliva al balance de producción comunitaria son claramente a la baja y de algo menos de 60.000 toneladas, pues solo aportan cifras ya España (45.136 t), Grecia (12.500 t) e Italia (2.295 t).
En todo caso, la CE mantiene una previsión de producción de aceite de oliva para el conjunto de la campaña 2020/21 de cerca de 2,06 Mt, un 7,1% y 137.000 t más que en la campaña anterior, gracias a la mayor contribución de España respecto a entonces.
Con estos datos provisionales, la producción mundial de aceite de oliva 2020/21 se quedaría algo por debajo de 3,1 Mt, ya que la aportación de los países productores no UE estaría en torno al millón de toneladas, frente a un consumo mundial estimado, según el Consejo Oleícola Internacional (COI) de cerca de 3,2 millones. Es decir, el consumo mundial de esta grasa vegetal, incluso previendo una disminución del 1,5% respecto a la campaña anterior, quedaría por encima en torno a unas 100.000 t de la producción total prevista de aceite de oliva.
De este volumen, España aportaría casi un 68,1% del total, con 1,4 Mt (hasta marzo 1,38 millones), seguido de Grecia, con un 13,1% y 270.000 t (269.500 t hasta marzo), que se igualaría con Italia, 13,1% y 270.000 t (267.644 t hasta marzo), aunque este último país podría no llegar ni siquiera a esa cifra, según la tendencia de sus últimos datos de producción.
Tras este trío de países productores, Portugal se quedaría con 100.000 t (menos de un 5% del total); Chipre, unas 6.142 t (0,3%), con 4.483 t hasta marzo; en Francia, sin datos, la CE estima unas 5.200 t (0,25%); Croacia, unos 4.547t, y en Eslovenia, unas 900 toneladas.
La CE estima un consumo interno en estos países productores de casi 1,36 Mt, de los que 535.000 t (39,4%) se daría en España, seguido de Italia, con 500.000 t (36,8%); Francia, 115.100 t (8,5%); Grecia, 110.000 t (8,1%); Portugal, 80.000 t (5,9%), Croacia, 7.000 t; Chipre, 65.569 %, Eslovenia, 2.700 t, y Malta,1.000 toneladas.
En base a estos datos, así como los del comercio exterior, la CE calcula que las existencias de enlace para el final de la actual campaña 2020/21 (30 de septiembre de 2021) en la Unión Europea quedarían en apenas 475.700 toneladas, de las cuales casi un 73% del total estarían en España (346.200 t); un 15,3% en Italia (73.000 t); otro 11,6% en Grecia, con 55.300 t, y menos de 1.200 t en Chipre.
Presión sobre los precios
Los precios del aceite de oliva en origen salida almazara en nuestro país continuaron en las últimas semanas con una tendencia al alza. La media de las distintas categorías en la semana entre el 20 y el 26 de abril se acerca a casi 3,1 €/kg, según los datos del Sistema Poolred, de la Fundación del Olivar.
Por categorías, la media en los virgen extra (AOVE) fue de 3,36 €/kilo; en los virgen (AOV) de algo más de 3,1 €/kilo, y en los lampantes (AOL) de 1ºB de acidez superaron también los 3 €/k, marcando una media de 3,02 €/KILO
En su último informe, la cooperativa de segundo grado, Oleoestepa, cerró operaciones de compraventa en lampante para refinado a 3.100 €/t, frente a 2.950 euros/t de mediados de mes. En AOV, el precio medio quedó en 3.200 €/t, aumentando en la última semana en unos 100 €/T, mientras que los AOVE llegaron a cotizar hasta 3.500 €/tonelada.
Estos datos coinciden con algunas noticias sobre problemas logísticos (ausencia de suficientes barcos para flete marítimo) para la exportación de aceite de oliva con destino a los mercados de Estados Unidos y Canadá.
Otra incertidumbre es hasta qué punto esta firmeza de precios (que llega, no hay que olvidar, tras varias campañas de precios muy bajos, incluso para algunas zonas con bajos rendimientos, por debajo de costes) se trasladará a los PVP consumidor y si éstas, más que probables alzas, retraerán la demanda interna de consumo, que podría desviarse en parte hacia la compra de otros aceites vegetales mucho más baratos, como el de girasol, algo que ya sucedió con anterioridad en campañas de baja producción.