La consejera de Desarrollo Rural y sus homólogos de Galicia, Cantabria y País Vasco acuerdan en Oviedo una postura conjunta ante la próxima reforma de la PAC.
La Cornisa Cantábrica aboga por una PAC que apoye su orientación ganadera y el pequeño tamaño de sus explotaciones
María Jesús Álvarez destaca que el documento consensuado permitirá defender con más fuerza las propuestas de las cuatro comunidades
Las cuatro CC.AA. de la Cornisa Cantábrica: Asturias, Cantabria, Galicia y País Vasco, acordaron este 15 de marzo en Oviedo una posición única sobre la reforma de la Política Agrícola Común (PAC), centrada en la defensa de sus peculiaridades, especialmente en lo relacionado con la orientación eminentemente ganadera de su sistema productivo y en el pequeño tamaño y el carácter familiar de la mayor parte de sus explotaciones.
Así lo explicó la consejera de Desarrollo Rural y Recursos Naturales, María Jesús Álvarez, quien participó, junto con sus homólogos de las otras tres Autonomías, en una jornada de coordinación para reforzar esa postura conjunta.
A la reunión asistieron, además de la representante asturiana, el consejero de Medio Rural de la Xunta de Galicia, José González; el consejero de Medio Rural, Pesca y Alimentación de Cantabria, Jesús Oria, y el viceconsejero de Agricultura, Pesca y Política Alimentaria del País Vasco, Bittor Oroz.
Álvarez valoró la sintonía mostrada por las cuatro CC.AA., que se ha plasmado en un documento, con la posición que comparten ante este importante debate.
“Conformamos una unidad biogeográfica, un territorio que comparte clima, orografía y un mismo sistema productivo, por lo que este acuerdo nos dará más fuerza para defender los intereses de nuestros ganaderos y agricultores”, subrayó.
Además, Álvarez insistió en la importancia de que la futura PAC tenga en cuenta las especificidades de los cuatro territorios. Entre ellas citó, junto con el pequeño y mediano tamaño de las explotaciones y su orientación ganadera, el hecho de que la mayoría de las unidades productivas estén enclavadas en zonas de montaña o con limitaciones naturales, lo que condiciona su productividad y limita su rentabilidad.
También debemos afrontar retos comunes como el envejecimiento y la despoblación del medio rural”, agregó.
Por su parte, el conselleiro gallego, José González, destacó que “es evidente que la unión hace la fuerza y en este caso nos unimos para defender, con más fuerza se cabe, los intereses de nuestros agricultores y ganaderos”.
En esta línea, el titular gallego de Medio Rural advirtió que las cuatro CC.AA. “precisamos de una PAC que tenga en cuenta nuestras especificidades”. Entre ellas citó, además de ese pequeño y mediano tamaño de las explotaciones y su orientación ganadera, el hecho de que nuestras unidades productivas estén enclavadas en zonas de montaña o con limitaciones naturales, que condicionan su productividad y limitan su rentabilidad.
Esto último, añadió, incide también en la necesidad de afrontar retos como el envejecimiento y la despoblación de nuestro medio rural.
Una PAC justa y equitativa
Por estas razones, la consejera asturiana de Medio Rural, Ángeles Álvarez explicó que las cuatro CC.AA. defienden una PAC, después de 2020, con suficiente presupuesto, más justa y equitativa, y que supere los desequilibrios entre territorios.
Además, creen que debe orientarse a la producción de alimentos, a los profesionales del campo y a la generación de empleo y actividad.
Las autonomías que suscribieron el documento demandan un tope máximo de ayuda por explotación de 60.000 euros, precisamente para beneficiar a las más pequeñas, y que las ayudas directas se destinen a los agricultores genuinos, es decir, profesionales, sin excluir totalmente a aquellos que se dedican a la actividad agraria de forma parcial.
Asimismo, reclamaron una discriminación positiva para las zonas de montaña y con limitaciones naturales y piden un refuerzo de las políticas orientadas al relevo generacional y a la igualdad entre hombres y mujeres en el medio rural.
Por otra parte, solicitan que se mantengan las ayudas asociadas a sectores productivos como la ganadería de leche o carne.
En este contexto, se busca también convertir la nueva PAC en un instrumento para la transformación del campo en un territorio más vivo, con un proyecto propio, integrado y solidario con todos sus residentes.