El lugar de origen de la carne y la leche debe figurar en las etiquetas, según el Parlamento Europeo, que considera que la inclusión de esta información introducirá transparencia en la cadena alimentaria y reforzará la confianza de los consumidores.
La Eurocámara reclama el etiquetado obligatorio del país de origen de la carne y la leche en la UE
En una resolución no vinculante aprobada este jueves 12 de mayo, la Eurocámara pide la indicación obligatoria del lugar de origen para todos los tipos de leche, productos lácteos y cárnicos.
Los eurodiputados sugieren a la Comisión que estudie la posibilidad de ampliar dicho obligación a otros productos alimentarios compuestos de un solo ingrediente o que tengan un ingrediente predominante.
Los eurodiputados también reclaman el etiquetado obligatorio sobre el origen de la carne en alimentos procesados y recuerdan el escándalo de la carne de caballo y otros casos de fraude.
La resolución, que fue aprobada con 422 votos a favor, 159 en contra y 68 abstenciones, señala que el 84% de los ciudadanos de la UE ven necesario indicar el origen de la leche (Eurobarómetro de 2013); el 88% lo reclaman para todo tipo de carnes (en el caso del vacuno, porcino, ovino, caprino y las aves ya es obligatorio), y en el caso de los alimentos procesados, el 90% de los europeos demandan la información sobre el país de origen (informe de la Comisión Europea de 2013).
El texto destaca que, según el citado informe de la Comisión, los costes de la implantación del etiquetado del país de origen obligatorio para las carnes serían relativamente poco importantes.
El Parlamento Europeo ha pedido ya varias veces el etiquetado obligatorio de los alimentos. En una resolución de febrero de 2015 sobre la carne procesada, instó a la Comisión a presentar un proyecto legislativo para imponerlo, con objeto de introducir trasparencia en la cadena de producción y ofrecer mejor información a los consumidores.
Hasta la fecha, la Comisión no ha elaborado ninguna propuesta, con el argumento de que sería costoso para la industria y al opinar que los consumidores no estarían dispuestos a pagar más a cambio de esa información.
Etiquetado voluntario
En el debate previo al voto de una resolución sobre este asunto en el Parlamento Europeo, la eurodiputada, Pilar Ayuso, explicó la oposición del PP argumentando que el etiquetado en origen iría contra las normas del mercado único, generaría mucha burocracia administrativa y supondría además un aumento de costes que repercutiría en el precio final que debe pagar el consumidor.
Ayuso aseguró que “la UE ya cuenta con una legislación alimentaria que hace que nuestros alimentos sean los más seguros y los de mayor calidad del mundo”.
Esa legislación, explicó Ayuso, incluye el etiquetado obligatorio para los alimentos sin procesar –como la carne fresca- y también cuando existe un riesgo de que el consumidor sea inducido a error en cuanto al verdadero origen de los alimentos.
Además, las normas europeas fijan el etiquetado voluntario para los alimentos procesados y cuentan con otros instrumentos como las denominaciones de origen protegidas (DOP) y las indicaciones geográficas protegidas (IGP).
La eurodiputada popular también rechazó que el etiquetado en origen pueda servir para evitar fraudes en el sector alimentario: “durante el escándalo de la carne de caballo, por ejemplo, el sistema de trazabilidad funcionó, se supo de donde procedía la carne y se supo quién cometió el fraude que, desde luego, lo hizo intencionadamente y no por falta de normas sobre el etiquetado”.
«Querer ir más allá de las normas actuales no tiene como objetivo informar al consumidor ni buscar una mayor calidad. Es un arma para ejercer un patriotismo alimentario que sirva como arma de presión a determinados colectivos», advirtió.
“En definitiva, no es necesario imponer el etiquetado en origen sino simplemente cumplir la legislación con mayores controles y sanciones eficaces que disuadan a los que la incumplen”, resumió Ayuso.
Foto: Súper DIA.