El secretario general de Agricultura y Alimentación, Carlos Cabanas, participó el pasado 7 y 8 de abril en la Conferencia Ministerial de Agricultura de la OCDE que con el título “Mejores políticas para lograr un sistema global de alimentación productivo, sostenible y resiliente” ha contando con la participación de ministros de Agricultura y altos cargos de 46 países, así como con representantes de organizaciones e instituciones internacionales.
La OCDE adopta principios políticos para lograr un sistema global de alimentación productivo y sostenible
Tras dos días de trabajo, en los que se ha debatido sobre las oportunidades y desafíos para la agricultura y el sector alimentario mundial en aspectos prioritarios como el crecimiento, la seguridad alimentaria, el cambio climático, el comercio, los desafíos globales o el desperdicio alimentario, se ha elaborado un comunicado ministerial en el que se recogen los objetivos identificados, los principios políticos y las prioridades a adoptar, para lograr ese sistema global de alimentación productivo y sostenible.
Los participantes en la Conferencia han destacado una serie de objetivos principales compartidos para el sector agroalimentario, entre los que destacan la importancia del acceso de todos los consumidores a alimentos sanos y nutritivos, así como la necesidad de permitir que los productores de todos los países dispongan de oportunidades para mejorar su estándar de vida.
También se han señalado como objetivos prioritarios la contribución a una producción y uso de los recursos sostenibles, de forma que se mitigue y se responda al cambio climático, impulsando el crecimiento y desarrollo inclusivo dentro de cada país y entre países.
El Comunicado Ministerial recoge los principios de las políticas agrícolas y alimentarias adoptados con objeto de asegurar un enfoque integrado para alcanzar los objetivos, incluyendo los siguientes:
- Ser coherentes con políticas económicas más amplias, incluidas la de crecimiento económico, empleo, bienestar y medio ambiente. Se necesitan esfuerzos especiales, particularmente en las economías menos desarrolladas, para mejorar el ambiente en que el sector agroalimentario opera (desde la salud y la educación a las infraestructuras físicas y a los derechos sobre las tierras) y alentar las muy necesarias inversiones públicas y privadas.
- Permitir una integración hacia los sistemas de comercio multilaterales. Así los productores competitivos de cualquier lugar serán capaces de formar parte de las nuevas oportunidades de mercado en base de igualdad y sin discriminación.
- Propiciar la innovación y el aumento del crecimiento de la productividad en el sector, incluyendo mayores inversiones públicas y privadas en investigación y desarrollo, la adopción de tecnologías, más formación y servicios consultivos.
- Proveer de incentivos (y evitar los desincentivos) para que los sistemas de producción utilicen de manera sostenible los recursos naturales disponibles: agua, tierra, energía y biodiversidad.
- Fomentar la resiliencia de los agricultores y productores de alimentos, para hacer frente a los cada vez más frecuentes eventos impredecibles debidos al clima.
- Ser transparentes (con objetivos explícitos y beneficiarios identificados), específicas (con unos objetivos concretos), adaptables y flexibles (para distintas situaciones según momento y lugar) y equitativos (dentro de un país y entre países)
Los participantes en la Conferencia, han urgido a la OCDE a acelerar sus esfuerzos para construir una sólida base de conocimientos para adoptar las mejores combinaciones de políticas y así alcanzar los objetivos compartidos. Han remarcado la necesidad de tener en cuenta la diversidad de situaciones económicas, medioambientales, sociales y de seguridad alimentaria entre los países. En esta línea han establecido las siguientes prioridades:
- Disponer de amplios paquetes de políticas que enfocadas en sistemas alimentarios productivos, sostenibles y resilientes reflejen las necesidades de los países en diferentes etapas de desarrollo y con diferentes dotaciones de recursos, acompañando de medidas económicas generales y específicas para el sector.
- La investigación científica y el desarrollo básico y aplicado, la transferencia y la adopción tecnológica; los partenariados público-privados, los derechos de propiedad intelectual, y la educación, formación en capacidades y servicios consultivos dentro de un marco institucional.
- Fomentar un uso sostenible de los recursos de agua, tierra y biodiversidad, así como permitir una adaptación y mitigación efectiva al cambio climático.
- La gestión de riesgos para aumentar la resiliencia de los individuos y de todo el sector, con un equilibrio adecuado entre acciones públicas, privadas y de mercado.
- Promover el desarrollo de sistemas alimentarios gestionados competitiva y responsablemente.
- Las políticas comerciales que apoyen el buen funcionamiento de los mercados internacionales y domésticos y contribuyan al crecimiento y competitividad del sector.
- Acciones prácticas para fomentar de forma creciente la cooperación internacional, en particular a través de la transferencia de conocimientos y tecnología y a través de las inversiones y el comercio.
En la Conferencia se ha destacado el valor del diálogo abierto para construir un entendimiento y una confianza mutua entre los países, y se ha enfatizado la importancia de una cooperación internacional reforzada. También se ha invitado a la OCDE, en colaboración con otras organizaciones internacionales interesadas, a elaborar más acciones concretas tanto individuales como colectivas que mejoren la productividad, sostenibilidad y resiliencia del sector agrícola y alimentario.