Pau Roca, director general de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), presentó este martes 27 de octubre las primeras estimaciones de la campaña vitivinícola mundial de 2020, en medio de la incertidumbre creada por la Covid-19.
La OIV prevé una producción mundial de vino de alrededor de 258 Mhl en 2020/21
Después de una producción excepcionalmente alta de 2018, por segundo año consecutivo, la OIV prevé que la producción mundial de vino sea inferior en volumen a la media. Así, en la Unión Europea se espera un volumen de producción inferior a la media comunitaria, gracias a las medidas para reducir la cosecha tuvieron un impacto significativo en Italia, Francia y España, a pesar de las condiciones climáticas favorables en general.
A su vez, las previsiones iniciales de la cosecha Estados Unidos indican volúmenes en línea con 2019, pero la incertidumbre causada por los incendios forestales podría llevar a nuevas revisiones a la baja.
Por su parte, en el Hemisferio Sur, la caída de la producción de vino en América del Sur, especialmente en Argentina y Chile, debido a las condiciones climáticas desfavorables, mientras que en Sudáfrica finalmente volvió a la «normalidad», después de varios años de
Sequía, y Australia registra una baja cosecha, debido a los incendios forestales, mientras que Nueva Zelanda muestra un volumen de cosecha récord en 2020.
Producción mundial
Sobre la base de la información reunida de 30 países, que representaban el 84% de la producción mundial en 2019, durante 2020, la producción mundial de vino (excluidos zumos y mostos) se estima entre 253,9 y 262,2 Mhl, con una estimación media de 258 millones de hectolitros.
Según la OIV, esta producción parece estar en línea con la del año anterior, con un aumento ligero del 1%, respecto a la de 2019. Después de la producción excepcionalmente alta de 2018, las primeras estimaciones para 2020 muestran por segundo año consecutivo un volumen de producción, que puede definirse como inferior a la media.
Esto necesariamente no deben ser consideradas como malas noticias para el sector vinícola, según su director general, Pau Roca, dado el difícil contexto actual, en el que las tensiones geopolíticas, el cambio climático y la pandemia del Covid-19 están generando un alto grado de volatilidad y de incertidumbre en el mercado mundial del vino.
Hemisferio Norte
La cosecha de uva para vinificación en el Hemisferio Norte se realiza normalmente entre agosto y octubre. En cuanto a las cosechas de 2020, no fueron fuertemente afectadas por las medidas de cierre para mitigar la pandemia de Covid-19 pandemia, al contrario que con las del período de cultivo de la vid en primavera (de abril a julio).
Unión Europea
En la Unión Europea (UE), las buenas condiciones climáticas favorecieron una cosecha potencialmente grande para 2020; aunque, esto ha sido limitado por diferentes medidas, tanto a nivel gubernamental, como por parte de los propios productores y sus organizaciones, con el fin de mitigar los impactos negativos (directos e indirectos) de la pandemia de Covid-19 en el mercado mundial del vino.
El volumen de producción de vino este año se estima en 159 Mhl, según la OIV, (excluidos los zumos y mostos), alrededor de un 5% más que en 2019. Este volumen muestra un incremento anual de 7 millones de hectolitros en comparación con el 2019.
Las estimaciones preliminares globales para la producción de vino en 2020 en los países de la UE indican una situación mucho más heterogénea en comparación con los años anteriores. Un ejemplo lo dan los tres países productores más grandes donde, con respecto a 2019, hay una caída del 1% en Italia (47,2 Mhl), un leve aumento del 4% en Francia (43,9 Mhl) y un aumento apreciable de más del 11% en España (37,5 Mhl), aunque en relación a la floja cosecha de 2019.
La OIV señala, sin embargo, que los tres países, que juntos representan el 49% del vino mundial y el 81% de la producción de vino de la UE, muestran en un principio niveles de producción para 2020 menores o ligeramente inferiores al promedio de los últimos cinco años.
Esto es el resultado de una combinación de unas condiciones climáticas favorables en general durante la primavera y el verano, junto con la aplicación de medidas de regulación. La Organización Común de Mercado del vino de la UE proporciona ayudas para regular la oferta, como la ayudas para la cosecha en verde.
También, en ciertas regiones italianas, francesas y españolas, los vinicultores decidieron fijar niveles de vinificación a un nivel inferior a los de 2019, debido a la caída de la demanda de mercado.
También se registra un crecimiento positivo respecto a 2019 en otros importantes países productores de vino de la UE, como Alemania (8,9 Mhl, +8%/2019), Hungría (2,9 Mhl, +22%/2019) y Austria (2,7 Mhl, +10%/2019).
Portugal, con 6,5 millones de hectolitros en 2020, está en línea con su producción de 2019 y con su último promedio quinquenal, mientras que países como Rumania (3,6 Mhl) y Grecia (2 Mhl) muestran una variación negativa tanto en relación a 2019 (-7% y -2% respectivamente), como respecto al promedio de los últimos cinco años (-12% y -17% respectivamente).
Fuera de la UE
En el Hemisferio norte, fuera de la UE, la producción de vino aumentará en países como Rusia (4,7 Mhl, +2%/2019) y Ucrania (1 Mhl, +1%/2019), mientras que Georgia y Moldavia (debido a la sequía) registraron una contracción de su oferta, con 1,7 Mhl (-3%/2019) y 1,2 Mhl (-18%/2019) respectivamente.
Se prevé que el volumen de producción de vino en Suiza en 2020 (0,9 Mhl) no sólo sea inferior a la del año pasado (-10%/2019), sino que también caiga un 8% más en relación a la media observada en el último quinquenio.
En Estados Unidos, la estimación preliminar de la producción de vino, según las previsiones del USDA, es de 24,7 Mhl (+1%/2019), aunque esta cifra podría ser revisada significativamente en los próximos meses, cuando se disponga de más información sobre los efectos reales de la los incendios forestales en los regiones vitivinícolas de Napa y Sonoma, en California, puesto que, las complicaciones del fuego y la contaminación por humo podían haber impedido que parte de las uvas sean vinificadas, según la OIV. Además, el problema de exceso de oferta que caracterizó a la los últimos años también podría jugar un papel en las decisiones de producción.
En esta época del año, aún no se dispone de datos sobre la cosecha de uvas en China. Sin embargo, es probable que la producción de vino continúe con la contracción iniciada en 2016 por razones estructurales.
Hemisferio Sur
En el Hemisferio Sur, donde las cosechas terminaron en el primer trimestre de 2020, las cifras preliminares sobre la producción de vino tienden a ser más precisas y fiables en este período del año.
En cuanto a los volúmenes, se registra una fuerte disminución de la producción de vino entre los principales países productores, con algunas excepciones. Vale la pena mencionar que la pandemia del Covid-19 se extendió durante la temporada de cosecha, aunque esta dificultad no parece haber impactado mucho en los volúmenes de producción.
Sin embargo, debido al clima desfavorable, la estimación para 2020 es de 49 Mhl, un 8% menos que en 2019. América del Sur es la región del Hemisferio Sur que registra un descenso más marcado con respecto al nivel de producción de 2019.
En Argentina, cae significativamente hasta 10,8 Mhl (-17%/2019 y -13%/el promedio de los últimos cinco años), debido a las condiciones climáticas desfavorables causadas por el fenómeno climático de El Niño.
Chile, con 10,3 Mhl, registra un descenso del 13% con respecto a 2019 debido principalmente a la sequía, mientras que Brasil tiene un volumen de producción de vino estimado de 2,2 Mhl en línea con el año pasado, un nivel un 15% más bajo que su promedio de cinco años.
En Sudáfrica, donde la sequía afectó significativamente las cosechas en 2018 y 2019, la producción de vino en 2020 se estima en 10,4 Mhl y vuelve así a la normalidad.
En Oceanía, Australia registra una fuerte disminución del volumen de producción de vino en 2020, hasta 10,6 Mhl (-11% en comparación con 2019 y -16% con respecto a su última media quinquenal). Esto puede explicarse en parte por una combinación de factores, que redujeron el volumen de producción, como la sequía que mermó los rendimientos productivos; los incendios forestales durante la temporada de cosecha, con algunas uvas que se vieron particularmente afectadas por la contaminación por humo.
Por el contrario, en Nueva Zelandia, la producción de vino muestra una tendencia opuesta y por cuarta vez en su historia produce más de 3 Mhl, con un total de 3,3 Mhl en 2020 (+11%/2019 y +15% comparado con su promedio de los últimos cinco años.