La Plataforma ciudadana SOS Rural se estrena en Madrid con una manifestación contra las normas que «perjudican al campo»
La plataforma ciudadana SOS Rural estrenó su poder de convocatoria nacional en Madrid el pasado 14 de mayo con una manifestación de miles de personas (25.000 según los organizadores y 1.500 según la Delegación del Gobierno) por el centro de la capital para pedir cambios y derogaciones de normas que en su opinión afectan perjudicialmente al campo.
La plataforma está apoyada por unas 500 organizaciones de agricultores, ganaderos, mujeres rurales, cazadores, pescadores, comerciantes, transportistas y autónomos que, entre otras reivindicaciones, reclaman proteger los regadíos por ley, abolir la ley de protección animal, mejorar la «caótica» gestión del agua, defender la caza y que haya un plan «serio» que «haga viable» vivir y trabajar en la España vaciada.
SOS Rural cree que este acto les sirve para «irrumpir» en el escenario político con un campo «unido y resuelto a consolidarse como fuerza social integradora de todo el mundo rural», según aseguraron sus organizadores tras la manifestación. Para la Plataforma, ésta marca un «hito fundacional de un movimiento imparable que desbordará la política española».
La acción de este domingo ha servido también para posicionar a SOS Rural en el entorno de organizaciones similares en Holanda, Francia y Alemania, de acuerdo a sus organizadores, con el objetivo de consolidar un movimiento paneuropeo. En este sentido, ha mostrado su cercanía y trabajo conjunto junto al partido político holandés BBB, que antes fue un movimiento similar a SOS Rural, y con los «chalecos amarillos» franceses.
“La marea de indignación de los españoles que viven y trabajan en el mundo rural, que se ha hecho patente hoy en Madrid, responde a la alarmante falta de conocimiento de los políticos sobre el mundo rural, sus políticas cainitas y ante la falta de eficacia y endogamia de las organizaciones agrarias tradicionales. De hecho, estas obsoletas organizaciones no han hecho acto de presencia en Madrid, abandonando así la defensa de los intereses del sector primario. Sí lo hicieron, sin embargo, millares de sus afiliados que se manifestaron a título personal haciendo caso omiso a las presiones de sus dirigentes.”, destacó SOS Rural en su comunicado final.
La Plataforma ciudadana, “libre, integradora y apartidista, que no apolítica” tiene como objetivo convertirse en un agente imprescindible de la política española para poder “influir en las decisiones que están creando un estropicio social y económico sin precedentes para 9 millones de personas”.
SOS Rural considera “imprescindible proteger por ley los campos de regadío, que es de donde salen los productos frescos que compramos en los supermercados. En este momento, hay territorios, como en Murcia, donde se hace lo contrario: el Gobierno que preside Fernando López Miras ha aprobado una ley que obliga al agricultor a arrancar su huerta y sólo le permite instalar placas solares en algunas zonas. Una aberración incomprensible, un robo puro y duro”. Del mismo modo, añade el movimiento, “en Castilla-La Mancha se quita tierras a las familias, se les expropia los campos que los políticos consideran que no están produciendo. Eso está ocurriendo aquí y ahora. Es un robo institucionalizado”.
La organización relata situaciones concretas que están sucediendo en España: “Con el apoyo de los políticos, existe una intimidación constante de empresas multinacionales para comprar a muy bajo precio tierras de agricultores que están al límite para hacer acopio de hectáreas y hectáreas. E instalan enormes extensiones de placas solares. Nada menos que el 30 por ciento del suelo cultivable en España está ya acotado por las Administraciones para instalar placas solares. Esta suerte de saqueo organizado de tierras de familias españolas tiene consecuencias para todos: Marruecos se está convirtiendo en la huerta que antes era España, y nos impone productos de peor calidad, caros y sin controles sanitarios. ¿Qué tipo de inconfesables intereses existen para robar las tierras a las familias españolas y entregar así la actividad agrícola a Marruecos?”, se pregunta desde SOS Rural.
Asimismo, el agua, en opinión de SOS Rural, “hay que conservarla para que no falte para beber ni para ninguna actividad económica, sea en el campo, la industria o el turismo. Y eso se consigue con un buen plan hidrológico nacional que conserve y reparta el agua. Es aplicar el sentido común para tener una solución permanente”.
Sobre la protección del medio rural, asegura que “nosotros somos los que cuidamos de los montes, bosques y campos, los que vivimos y trabajamos allí. Nosotros somos los ambientalistas. Los incendios gigantescos de estos últimos veranos son fruto del abandono de la actividad humana y ganadera. Nadie limpia el bosque, ningún animal desbroza la hierba que luego arde como gasolina. Nuestro país necesita un plan serio que haga viable vivir y trabajar en la España vaciada. No pedimos mucho: internet, medidas de apoyo a familias, emprendedores y empresas que quieran instalarse en el interior y alguna infraestructura básica”, concluye.