La actualización del aforo de cosecha de limón de la variedad Verna en España confirma un importante aumento comparando con la producción del año anterior, pasando de 193.680 toneladas de 2016 a una estimación de 300.000 toneladas para 2017. Un incremento del 55% cuyas causas principales son el efecto de las lluvias de este invierno y la entrada en producción de las nuevas y numerosas plantaciones realizadas en los últimos años.
La producción de limón Verna se incrementa un 55%
La recolección de limón Verna comenzará a finales del mes de abril, y la campaña de limón español se alargará hasta al menos finales de julio, pudiendo incluso alargarse durante agosto.
Sin embargo, el limón Verna español no estará solo en el mercado europeo este año. Tanto Argentina como África del Sur también aumentan su producción de limón en 2017, y eso significará mayor oferta y presión en el mercado europeo, sobre todo a partir del mes de junio cuando la actividad en estos dos países esté a pleno ritmo. El escenario que se prevé en los próximos meses es muy competitivo, y evidentemente muy distinto del que vivimos el año pasado que fue excepcional, con un volumen bajo de cosecha en España y muy poca presencia de limón de Hemisferio Sur.
Con estas previsiones de producción y el nivel de incertidumbre sobre el desarrollo de la campaña, las operaciones de compraventa en campo son actualmente limitadas, y sólo se irán activando a medida que se inicie la recolección en función de la evolución de la oferta global en los mercados. En este contexto de vuelta a la normalidad de hace unos años, el aprovechamiento comercial vendrá determinado por los calibres comerciales y las partidas con alto porcentaje de limón gordo tendrán poco atractivo para el fresco y para la industria.
La interprofesional AILIMPO prevé una campaña de limón Verna de transición donde España tiene la oportunidad de consolidar su posición en el mercado de la UE, diferenciando su oferta con servicio, con un limón fresco que, en apenas 72 horas desde la recolección, está en el supermercado, y producido con las máximas garantías. La certificación de las fincas bajo los protocolos GlobalGAP y GRASP será un elemento diferenciador clave para los productores.