Las Cooperativas Agroalimentarias de Castilla y León han crecido en el pasado ejercicio en un 12,2%, pasando de facturar 2.553.050.963 euros en 2018 a facturar 2.866.469.573 euros en 2019. Así se desprende de un estudio realizado por Urcacyl entre las cooperativas de la región
Las cooperativas castellano y leonesas incrementan su facturación un 12%
Los sectores con mayor facturación en las cooperativas han sido los de cultivos herbáceos con 724.524.283 euros, seguido por el de fabricación de piensos con 532.619.143 euros, el de suministros con 502.475.822 euros y el de ovino con 288.140.710 euros. Por provincias las cooperativas tuvieron una mayor facturación en Zamora (el 19,4% del total), seguida por Valladolid (el 17,8%) y Palencia (el 16,1%)
En el estudio realizado se observa que las mayores cooperativas de la región facturan el 70% del total de estas empresas y las seis mayores el 49%. Estos datos reflejan el crecimiento que están experimentando las cooperativas siendo especialmente significativo en aquellas que realizan una mayor apuesta por la profesionalización, la diversificación y la prestación de servicios a sus socios agricultores y ganaderos.
En palabras del director de Urcacyl, Jerónimo Lozano, “las cooperativas son un reflejo de lo que sucede en las explotaciones de sus socios, y así como estas se están profesionalizando, dimensionando e incorporando cada vez mayor tecnología, igual sucede en sus empresas asociativas”
En cuanto al número de socios, en 2019 participaron en las cooperativas 38.370 agricultores y ganaderos, teniendo en cuanta que bastantes de ellos, por la estructura de sus explotaciones, lo hicieron en más de una cooperativa. De éstos el 71,5% son de más de 40 años, el 18,5 % son mujeres y el 10% son menores de 40 años.
Desde Urcacyl se quiere señalar que las cooperativas en Castilla y León, que están desarrollando un plan estratégico elaborado conjuntamente con la Consejería de AGYDR, son imprescindibles para el desarrollo rural y empresarial de la región, para la generación de empleo, para la fijación de población en los pueblos y para la viabilidad de las explotaciones agropecuarias, que encuentran en ellas, no solo el canal de comercialización de sus productos y de adquisición de los suministros que precisan sus explotaciones, sino también los servicios y el asesoramiento que les prestan de forma directa sus técnicos.