La situación anticiclónica registrada en España durante los últimos días, que fue responsable de las altas temperaturas diurnas alcanzadas durante la Semana Santa, provocó también, por el contrario, un descenso importante de los valores térmicos durante varias madrugadas consecutivas, ocasionando daños por helada en algunas producciones agrícolas de diferentes zonas del país.
Según el “pool” de empresas privadas del seguro agrario, Agroseguro, se da la circunstancia de que las noches de helada se produjeron en fechas similares a las de 2022, pero esta vez con un impacto mucho menor, ya que los valores negativos se situaron en un rango de temperaturas más altas que en el pasado año.
Según el “pool” de empresas privadas del seguro agrario, Agroseguro, se da la circunstancia de que las noches de helada se produjeron en fechas similares a las de 2022, pero esta vez con un impacto mucho menor, ya que los valores negativos se situaron en un rango de temperaturas más altas que en el pasado año.
Esta entidad recuerda que solo los daños registrados en diversos cultivos, sobre todo hortofrutícolas y en el Valle del Ebro, en apenas tres noches de la primera semana de abril de 2022 dieron lugar luego a unas indemnizaciones del seguro agrario superiores a 220 millones de euros.
Estas indemnizaciones se abonaron, principalmente, señala Agroseguro, a fruticultores del Valle del Ebro y a productores de almendro de Castilla-La Mancha.
En cambio este año, la estimación de daños por helada es bastante inferior, a falta de que se confirmen con el cierre de las diferentes campañas.
De acuerdo a este parte de incidencias, en el caso de Álava y La Rioja, los registros bajo cero provocaron siniestros puntuales en viñedo, almendro, ciruela y cereza, aunque las principales zonas fruteras riojanas y de Navarra no se alcanzaron valores de temperatura negativos, y no presentan daños. También en la comarca de El Bierzo (León) se esperan siniestros puntuales en producciones de pera.
En Aragón, las bajas temperaturas afectaron a las comarcas de Cinco Villas, Hoya de Huesca, Calatayud, Zaragoza, Valle del Jiloca y Bajo Aragón, en las que se ubican cultivos susceptibles de sufrir afecciones, como frutales (albaricoque, melocotón, nectarina y pera), almendro o cereza. No obstante, la información trasladada a esta entidad desde el sector indica que los sistemas anti-helada han sido eficaces en las zonas con temperaturas mínimas más suaves.
La elevada amplitud térmica -el contraste entre el día y la noche- de las últimas semanas provocaron también problemas de polinización y cuajado en algunas producciones de albaricoque y nectarina de la Comunidad Valenciana.
Por su parte, las altas temperaturas diurnas en Castilla-La Mancha contrastaron igualmente con los registros mínimos nocturnos, por debajo de cero, que provocaron siniestros puntuales en explotaciones de viñedo y almendro de Albacete, Ciudad Real y Cuenca.
Al igual que en el pasado año, las habituales heladas, que se registran en las zonas frías de la región durante el comienzo de la primavera, suponen un importante riesgo para el cultivo, ya que la almendra se encuentra en el estado fenológico más sensible, cuando el fruto está recién cuajado y contiene gran proporción acuosa.
Por último, mientras que la Península ibérica se encontraba bajo esta situación anticiclónica, las islas Canarias sufrieron episodios de altas temperaturas, calima y viento que, sin ser extremadamente fuertes, sí causaron daños de diversa índole en los cultivos de la parte Occidental, debido a la acción conjunta del calor y de los continuos cambios de dirección y velocidad del viento, con daños principales en producciones de plátano, cultivos tropicales y hortalizas en La Palma, La Gomera, Tenerife y Gran Canaria.