Las organizaciones agrarias COAG y ASAJA han denunciado la política de contratación de remolacha azucarera con los agricultores para la nueva campaña 2021/22 de la multinacional AB Azucarera y consideran que existen ciertos aspectos (“letra pequeña”) muy discutibles y perjudiciales de la misma. La firma, por su parte, ha negado la mayor y señalado que los contratos cumplen con la Ley 12/2013 de la cadena alimentaria.
Las OPAs denuncian la política de contratación de remolacha de AB Azucarera para la campaña 2021/22
En concreto, COAG denunció que la propuesta de contrato de AB Azucarera incluye las ayudas de la PAC como parte de la retribución y obliga a los agricultores a reconocer que el precio pactado es suficiente para cubrir los costes de producción, al incluir tales ayudas en el cálculo del precio.
A juicio de la Coordinadora, los anexos ligados al precio que deben percibir los remolacheros recogen varias «cláusulas abusivas que vulneran la normativa vigente». Así, según COAG, hay contradicción en el hecho de que el texto incluido especifique que “las partes desconocen el coste efectivo de producción para la nueva campaña y, aún así, se declara que el precio supuestamente pactado (26 €/t de raíz) cubre los mismos».
La organización afirma también que se incluyen las ayudas PAC como un «elemento de la conformación de los costes de producción efectivos», de forma que Azucarera reconoce «implícitamente que el precio pactado es insuficiente para cubrir los costes del cultivo».
COAG toma como referencia los informes de la red de cultivos del Ministerio de Agricultura, donde se observa que «el precio ofertado por Azucarera, sin ayudas, era inferior al coste efectivo de cultivo en campañas anteriores», incluso antes de proceder al cambio de contrato, que ha supuesto una rebaja efectiva de 6 euros/t en el precio de remolacha.
Esta organización agraria señala que “no todos los remolacheros perciben ayudas y, en caso de ser beneficiarios, ninguno de ellos tiene garantizado su cobro, puesto que se requiere el cumplimiento de ciertos requisitos y, además, los costes de producción son mayores que la media europea, debido al regadío.
El responsable el sector remolachero de COAG, Fernando García, ha puesto de ejemplo los precios -al margen de ayudas- de la cooperativa ACOR, la otra gran empresa azucarera en el país, que son «muy superiores» a los de Azucarera, porque «los costes de producción no quedan cubiertos con 26 euros por tonelada».
En declaraciones a la agencia EFEAgro, Azucarera señaló, por su parte, que las acusaciones de COAG no son ciertas, asegurando que los contratos que está firmando con sus agricultores «cumplen escrupulosamente con la ley de la cadena alimentaria, al garantizar al cultivador una remuneración suficiente para cubrir los costes del cultivo».
«La oferta de contratación de Azucarera asegura al agricultor la rentabilidad de su cultivo, a niveles en muchos casos superiores a la rentabilidad que ofrecen cultivos alternativos», según fuentes de la empresa.
Además, ofrecen la posibilidad de firmar contratos bajo el modelo de integración, en el que Azucarera comparte con el agricultor parte de los costes y labores asociadas al cultivo, así como los beneficios, según la compañía, que trabaja con más de un millar de productores, que representan una superficie de más de 19.000 hectáreas.
Letra pequeña
A su vez, la organización agraria ASAJA de Castilla y León advirtió también a los cultivadores de remolacha sobre la “letra pequeña” de la contratación de la campaña 2021/2022 de AB Azucarera, indicando que “ahora que no hay ningún acuerdo marco (AMI) con las organizaciones agrarias que lo regule, la compañía ha hecho públicos unos contratos de compraventa de remolacha, elaborados unilateralmente, para las siembras de la campaña 2021/22, que el agricultor tendrá que suscribir.
En ellos, según ASAJA, la industria aplica una rebaja sustancial del precio de la remolacha, al eliminar toda referencia a la escala de conversión utilizada históricamente, que mejoraba el precio en función de la calidad del producto para primar la raíz con mayor cantidad de azúcar sobre la estándar o tipo (16º riqueza).
A partir de la próxima campaña, cuyas siembras están a punto de iniciarse en la zona Norte, Azucarera apuesta por la transformación de la calidad de azúcar en cantidad o volumen de producto, pagando todas las toneladas estándar al mismo precio, mientras que antes el volumen entregado permanecía constante y se primaba la riqueza, compensando con un mejor valor cuanta mayor calidad tenía la remolacha.
En la práctica, señala esta organización agraria, este cambio supone que de media se reducirán un 3% los ingresos percibidos por el agricultor y, en algunos casos, este recorte puede llegar hasta un 6% para aquellos remolacheros que tengan 19º de riqueza sacárica.
En cifras globales, según ASAJA, ese recorte significaría, en una campaña como la del año pasado, que el sector productor recibiría sobre un millón de euros menos, unas pérdidas a las que hay que sumar el continuo recorte de precios, que lleva ya varias campañas soportando los remolacheros de la multinacional Azucarera.
Este “contrato” -que en ningún modo es negociado por las partes, sino solo asumido por el cultivador- ejemplifica el modo de proceder de AB Azucarera de los últimos tiempos, en su decisión de saltarse el sistema de negociación con acuerdos marcos interprofesionales vigentes durante décadas, y actuando con una total falta de transparencia en perjuicio de los remolacheros, señala esta organización agraria.
Por la vía de los hechos, la firma abusa de su posición de fuerza respecto a un cultivador, que durante muchos años tuvo la protección de unos acuerdos vigilados por las organizaciones agrarias, y que aún no es consciente de la letra pequeña del contrato que asumirá la próxima campaña. “Lamentablemente, el susto llegará cuando llegue el momento de cobrar por su producción”, denuncia ASAJA.