La producción agrícola asegurada en el primer trimestre del actual ejercicio supera los 5,35 millones de toneladas, lo que supone un 30% más que en el aseguramiento del mismo periodo de 2015. Destaca el buen comportamiento de varias líneas de seguros agrícolas, especialmente la de explotaciones frutícolas.
Más de un 30% y de 5,3 Mt de producción agrícola asegurada en el primer trimestre de 2016
Con más de 2,08 millones de toneladas aseguradas en el primer trimestre y un incremento del 21,6% en la producción asegurada, el seguro de explotaciones frutícolas ha impulsado notablemente el volumen de primas en lo transcurrido del ejercicio.
A esta elevada contratación, según el «pool» de empresas privadas del seguro agrario combinado, Agroseguro, ha contribuido la buena acogida de la nueva tabla de valoración de daños por pedrisco, que viene a satisfacer la demanda de un sector que destina una importante parte de su producción a mercados de alta calidad y elevadas exigencias. También se ha incorporado la posibilidad de escoger precios de aseguramiento más altos, lo que supone una mayor cuantía de indemnización en caso de siniestro.
Las líneas de hortalizas también evolucionan de forma positiva, así la destinada a las hortalizas cultivadas en producciones al aire libre de primavera-verano muestra un crecimiento del 87,5%, mientras que las de otoño-invierno lo hacen un 41,4%.
Tras la elevada siniestralidad del pasado año −especialmente en la zona de Castilla-La Mancha, donde la cebolla, el melón o el ajo, están entre los cultivos que lideran la producción hortícola− se trabajó en la mejora de la opcionalidad del seguro.
El resultado han sido importantes modificaciones en las tablas de valoración por daños causados por pedrisco y la posibilidad de elegir entre valoración de calidad alta (para productos destinados a mercados exigentes y exportación) o estándar, en el caso de la cebolla, el melón y la sandía. Estos cultivos presentan una tasa de crecimiento en la suscripción de seguros del 71,8%, 14,3% y 8,7% respectivamente.
Destaca también el crecimiento interanual del ajo, de un 30,1%; el guisante y la haba verde, un 122,5%; la patata y otros tubérculos, con un 60,95%; el pimiento, con un 43,8%; el tomate, que crece en un 95,2%; y la zanahoria, en un 120,4%. La fresa y otros frutos rojos cultivados al aire libre también aumentan su producción asegurada en un 122,5%.
A estos cultivos se suman otras líneas de menor volumen de suscripción pero de evolución favorable, como la cereza, que muestra un incremento en la producción asegurada del primer trimestre del 24,2%; el caqui y otros frutales, con un 5,7%; y la uva de mesa, que crece un 56,9%.
Seguro de ganado
En el apartado de los seguros de ganado, sin tener en cuenta las cifras de los seguros de destrucción y retirada, destaca la buena evolución de los seguros de vida en general. En este apartado, las líneas de ganado vacuno crecieron un 15,8%, alcanzándose las 394.160 cabezas aseguradas, mientras que en aviar el incremento fue del 23,66%, con 3.766.522 animales cubiertos por pólizas.
Estos datos vienen a confirmar la senda de crecimiento que ya marcó 2015, cuyo último trimestre cerró con unas cifras excepcionalmente buenas para la cosecha de herbáceos extensivos –de 7,2 millones de toneladas aseguradas– así como la de uva de vino –de más de 1,5 millones de toneladas–.
En cultivos herbáceos extensivos continúa abierto el periodo de suscripción de los módulos primaverales. Las previsiones meteorológicas actuales hacen esperar, si no hay imprevistos, una cosecha buena (dependiendo de la zona), lo que está impulsando la contratación de módulos complementarios entre los cerealistas que ya habían asegurado, así como la de módulos de pedrisco entre los que aún no había protegido su cosecha.
En uva de vino el incremento experimentado en este primer trimestre ronda el 12,5%. La oferta de garantías a la plantación, la diferenciación entre parcelas de secano y regadío a la hora de indemnizar, la incorporación de daños en madera (aunque no ocasione la muerte del árbol) siempre que afecte a la próxima cosecha, y la rebaja de tarifas para los riesgos de helada y pedrisco (un riesgo al que es especialmente sensible este cultivo), han contribuido a que los viticultores recurran más a este seguro.