Tras dos años con precios en origen por debajo de costes, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) considera inadmisible la actuación de los grandes mataderos que operan en el sector cunícola.
COAG carga contra los grandes mataderos que operan en el sector cunícola
“Mientras que afirman que sobra el 30% de la producción de conejo para justificar los bajos precios, están abriendo granjas de integración y amenazando con dejar de recoger la producción de las explotaciones independientes. La transparencia en la cadena de valor brilla por su ausencia. Estamos cansados de mentiras y de que todo el mundo se lleve su margen a costa del productor”, ha subrayado Jose Luís Santaclara, responsable del sector cunícola de COAG.
En lo que se lleva de 2016, el precio medio del conejo vivo se sitúa en torno a los 1,45 €/kg vivo, frente a un precio medio de 1,57 €/kg en 2015 y 1,77 €/kg en 2014. Mientras tanto, los costes de producción se han situado de media entre 1,80-1,85 euros/kg vivo, “Desde 2014, sólo ha habido 5 meses en los que los precios se situaron por encima de costes. El resto, los ganaderos hemos vendido a pérdidas, lo que ha provocado una grave falta de liquidez en las explotaciones y el cierre de centenares de granjas”, ha afirmado Santaclara.
Además, la banalización que con frecuencia se hace de la carne de conejo en los lineales por parte de las cadenas de distribución y el gran desequilibrio en el reparto de valor a lo largo de la cadena arrojan una situación extrema para nuestros cunicultores. Del análisis del índice de Precios Origen y Destino (IPOD) elaborado mensualmente por COAG se deduce que mientras los precios en origen se han reducido entre 2014 y 2015 en más de un 11%, el precio en destino se ha mantenido prácticamente inalterable. Por tanto, los márgenes comerciales se han ampliado, a pesar de la práctica de venta a pérdidas sufridas por el ganadero.
Ante la extrema situación, COAG ha pedido al Ministerio de Agricultura una reunión urgente para orquestar un plan de choque que alivie la falta de liquidez de las explotaciones, en el que se contemplen ayudas directas para los ganaderos. Además, es preciso comprometer al FEGA en la compra de carne de conejo congelada dentro de su programa de ayuda alimentaria en vigor, lo que permitiría aligerar el mercado y satisfacer la necesidades de colectivos necesitados en la actualidad.