El sector apícola de COAG denuncia las prácticas especulativas de la industria envasadora para distorsionar de forma artificial el mercado de la miel, en una campaña en la que la cosecha ha caído un 60% respecto a un año normal por unas condiciones climáticas adversas y problemas sanitarios en la cabaña apícola.
Denuncian especulación en el mercado e insuficiencias de la Norma de calidad de la miel
Asimismo, Cooperativas Agro-alimentarias de Extremadura y UPA-UCE ven con decepción las insuficiencias de la Norma de calidad comercial de la miel, publicada en el BOE el lunes 22 de junio, al considerar principalmente que no solucionan la falta de transparencia del etiquetado de origen y da pie a que se sigan realizando mezclas de mieles de distintos orígenes, sin indicación de su porcentaje y sin que ello esté convenientemente etiquetado, en perjuicio del consumidor.
Desde el Ministerio de Agricultura se señala que la Norma llega hasta donde lo permite la reglamentación comunitaria y que se seguirá demandando a Bruselas mejorar aún más la transparencia y la información sobre el origen de las mieles en el etiquetado, así como sobre otras cuestiones, como las características de la miel contenida en los envases.
En relación a las prácticas especulativas de la industria envasadora, el responsable del sector apícola de COAG, Pedro Loscertales, señala que “juegan a tirar los precios a la baja, distorsionando los fundamentos de oferta y demanda, aumentando las importaciones de miel de baja calidad a bajo precio.
”De hecho, entre enero y abril de 2020 España importó un total de 10.091 toneladas de miel, un 12% más que en el mismo periodo del año anterior. Los principales orígenes de estas importaciones en el primer cuatrimestre del año fueron Portugal (por la trazabilidad de los movimientos comerciales que se dan en Portugal, se estima que la miel que España importa desde ese país no es originaria de allí, sino que se triangula a partir de China.)
Desde el país vecino entraron 2.112 t, a un precio medio de 1,44 €/kg), seguido de Uruguay (1.490 t, a 1,70 €/kg) y China (1.427 t, a 1,38 €/kg), muy por debajo de los costes de producción medios en España, 2,92€/kg.
“Los apicultores sufrimos una competencia desleal, porque los estándares en materia de calidad de la miel y sanidad de las colmenas están muy por debajo de los exigidos en la UE. Esta actitud es éticamente reprochable y judicialmente perseguible, porque los industriales están incumpliendo por sistema la Ley de Cadena Alimentaria. Ofrecer 2,30€/kg para la milflores, tal y como está sucediendo en la actualidad, está claramente por debajo del coste de producción publicados por el Ministerio, 2,92€/Kg”, argumentó Loscertales.
Esta situación de precios en el mercado interno contrasta con los precios medios de exportación del primer semestre del año. Entre enero y abril de 2020, España exportó un total de 8.949 t de miel (un 9% más que en mismo periodo del año anterior).
Los principales destinos de estas ventas en el primer cuatrimestre de 2020 fueron Francia (2.588 t a un precio medio de 3,48 €/kg), Alemania (1.736 t, a 3,31 €/kg) y Arabia Saudí (405 t, a 3,60 €/kg).
Y aún así, estamos hablando de una campaña con precios de exportación relativamente bajos. La normalidad serían cotizaciones por encima de los 4 euros el kilo, según COAG.
Ante este panorama, esta organización agraria pide a la Agencia de Información y Control Alimentario (AICA) una unidad especial, que investigue de forma exhaustiva las prácticas ilegales de la industria envasadora.
“Resulta intolerable que, de forma sistemática, los compradores están incumpliendo la Ley de Cadena Alimentaria, que obliga a pagar a los productores por encima de costes de producción. Estamos recabando contratos para poner la denuncia pertinente ante la AICA”, subrayó el responsable apícola de COAG.
Asimismo, se reclama, una vez más, un aumento de los controles en frontera a las importaciones de terceros países para evitar que entren en nuestro país mieles producidas con sustancias prohibidas en la UE desde hace décadas.
Norma de calidad
Por otro lado, Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura manifestó su decepción ante el Real Decreto publicado ayer en el BOE, por el que el Ministerio de Agricultura actualiza la norma de calidad de la miel, ya que no atiende la petición realizada por el sector cooperativo apícola para que el etiquetado de este producto sea realmente claro y útil para los consumidores.
Cooperativas Agro-alimentarias presentó alegaciones a la propuesta inicial del Ministerio para modificar dicha norma, ya que sólo incidía en la obligación de que el etiquetado de la miel indicase los países de origen en orden decreciente pero sin porcentaje de la mezcla, punto este último que demandaba la Sectorial Apícola de las cooperativas.
Sin embargo, la nueva norma de calidad de la miel ante este Real Decreto ni siquiera incluye que en el etiquetado aparezca la relación de países de origen en sentido descendente, por lo que se continuará sin conocer el origen real de la miel que el consumidor compra.
De este modo, por ejemplo, una miel que contenga una mezcla de un 2% de miel española y un 98% de miel ucraniana solamente indicará en su etiqueta “mezcla de mieles procedentes de España y Ucrania”.
Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura considera que esta nueva norma confunde aún más la información que se da al consumidor y supone además un perjuicio para la imagen de la miel nacional, que se produce bajo los mayores estándares de calidad de Europa.
Y es que puede darse el caso de que se utilicen pequeñas cantidades de una miel española o europea para dar un marchamo de calidad a un producto que no tiene globalmente esas cualidades, dando además información errónea e incompleta al consumidor y perjudicando al sector apícola español, que realiza importantes esfuerzos en materia de calidad de producción y que contribuye a la conservación del medio ambiente gracias a los efectos beneficiosos de la apicultura.
La propuesta defendida desde el principio por las cooperativas apícolas contemplaba la indicación en el etiquetado de la mezcla de mieles de los países de origen de la misma en sentido decreciente y el porcentaje de cada uno de ellos, con el objetivo de, por un lado, favorecer la viabilidad del sector apícola productor y, por otro, ofrecer una información clara al consumidor sobre la procedencia y formas de producción de lo que consume.
A esta principal reivindicación del sector apícola cooperativa se sumaba también que se especificara en el etiquetado de la miel si ha sido sometida a un proceso de pasterización, es decir, si ha sido tratada térmicamente, porque el producto que se obtiene difiere bastante de la miel natural sin tratamiento alguno.
La miel pasterizada ha perdido propiedades nutricionales y no cristaliza. La miel natural sí cristaliza y mantiene todos sus elementos funcionales, enzimas, aromas, etc. que son los que hacen de la miel un producto funcional y saludable.
Son dos productos diferentes, por lo que desde Cooperativas Agro-alimentarias Extremadura se considera que debería reflejarse en la etiqueta con el objetivo de que el consumidor tenga toda la información a su disposición y pueda decidir qué consume.
Así, recuerda que existe una gran diferencia entre la miel de importación y la que se produce en España por las prácticas ganaderas, la tecnología y las garantías sanitarias.
España es el principal productor de miel de la Unión Europea y Extremadura es la región con más colmenas por explotación de toda España, en concreto con una media de 400 colmenas, lo que refleja el alto grado de profesionalización de este sector extremeño, ya que la siguiente región es Murcia con 188 colmenas por explotación.
Esto demuestra la importancia de la apicultura en Extremadura, a nivel económico como motor en zonas rurales y también medioambiental, ya que desempeña un papel fundamental en la conservación del medio natural, el mantenimiento de la biodiversidad y en la polinización de los cultivos.
Decepción absoluta
Por su parte, UPA-UCE Extremadura manifestó su “absoluta decepción” ante el Real Decret, por el que el Ministerio de Agricultura actualiza la norma de calidad de la miel, ya que no recoge las reivindicaciones del sector y deja a los productores de miel en manos de las industrias.
“Se han conseguido avances como que el etiquetado recoja el país de origen de la miel, pero nos quedamos muchos aspectos importantes en el camino para que el consumidor conozca la trazabilidad real de un producto tan sensible como la miel”, destaca el responsable apícola de UPA-UCE, Antonio Prieto.
Una de nuestras principales reivindicaciones es que, en caso de mieles mezcladas, el etiquetado reflejara en orden decreciente el porcentaje de países participantes en dicha mezcla, así como el porcentaje de miel de cada una de ellas.
“Con esta nueva norma de calidad de la miel seguiremos sin saber el origen real de la miel que estamos comprando y, además, deja a los productores en manos de las industrias que usarán el nombre de España para ponerlo en sus etiquetas pero sin orden ni porcentajes de mezclas”, señala.
Otra de las demandas de nuestra organización agraria era que el etiquetado especificara si esa miel había pasado por un proceso de pasteurización, ya que este hecho supone una pérdida importante de sus propiedades.
“Este panorama deja en una situación muy complicada al sector, que ya registra una caída patente de producción y sigue padeciendo el problema de los bajos precios porque el mercado está totalmente parado”.