Las salidas de aceite de oliva al mercado bajan un 18% en el primer semestre de campaña, según los últimos datos avanzados y actualizados por la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA).
Descienden un 18% las salidas al mercado de aceite de oliva en el primer semestre de 2017/18
En cifras, hasta marzo se comercializaron un total de 632.500 toneladas de aceite de oliva, un 18% menos que en la campaña anterior por esas mismas, fechas, un 11% por debajo de la media de las tres últimas y un 14,3% menos que la media de las últimas cuatro.
El mercado exterior absorbió entre octubre y marzo un total de 392.900 toneladas, con un fuerte descenso del 22,2% respecto a lo exportado un año antes, mientras que las ventas para atender el mercado interno se redujeron un 10%, hasta 239.600 toneladas. En ambos casos, en una situación en el que los precios se mantuvieron firmes, pero apreciablemente por debajo de los de la campaña anterior 2016/17.
En marzo, según la AICA, salieron al mercado 100.700 toneladas de aceite de oliva, unas 7.000 t más que en febrero (que tuvo 28 días), pero la cifra más baja del resto de meses de campaña. Algo que el sector achaca al calendario no laboral de Semana Santa, esperándose una recuperación de las ventas en esta segunda parte de la campaña.
La producción nacional de aceite de oliva, tras sumar unas 18.500 t en marzo, queda rozando los 1,23 millones de toneladas, y el sector considera que podría subir un poco más con los ajustes de último hora. En todo caso, es un 4% inferior a la producción de la campaña anterior por esas mismas fechas (1,28 Mt), aunque está un 5,1% por encima de la media de las últimas tres campañas y, en cambio es inferior en un 6,7% a la media de las últimas cuatro, teniendo en cuenta que en la 2014/15 solo se produjeron 842.200 toneladas
Las importaciones continuaron elevándose y suman ya, con cifras provisionales, las 91.500 toneladas, tras añadir alrededor de 17.000 t en el último mes. El sector prevé que puedan superarse las 150.000 toneladas a lo largo de toda la campaña.
Con estos datos, las existencias a 31 de marzo pasado traspasaban ya el suelo del millón de toneladas, quedando en 993.200 t, de las cuales 750.900 t estaban en poder de las almazaras; 25.400 t en los depósitos del Patrimonio Comunal Olivarero y 216.900 t, una cifra elevada, en poder de envasadores, refinadores y otros operadores del mercado.
El stock que podría esperarse a final de campaña (30 de septiembre) podría superar las 350.000 toneladas, una cantidad más que suficiente para que no haya ningún problema de enlace con la producción de aceite de oliva de la campaña siguiente 2018/19, cuyas previsiones son alcistas, por ahora, gracias a las lluvias de los últimos meses.
Aunque ya se han empezado a ver descensos de PVP en los lineales de los mercados, el sector productor espera que estos bajen mucho más aún, reflejando la caída de las cotizaciones en origen de los últimos meses y que ello sirva para reactivar también el consumo interno, frente al auge experimentado desde hace más de un año por el aceite refinado de girasol, como consecuencia de los altos precios de venta del aceite de oliva.
Más difícil será mejorar las exportaciones, aunque el sector confía que en esta segunda parte de la campaña bajen porcentualmente menos, cuando los stocks en otros países productores mermen según vaya avanzando la misma y tengan que salir a comprar al mercado internacional, es decir, venir a comprar a nuestro país.