Duras críticas de las OPAS a la industria láctea por su forma de actuar ante el fin de las cuotas

Duras críticas de las OPAS a la industria láctea por su forma de actuar ante el fin de las cuotas

Las organizaciones agrarias han reaccionado ante las maneras unilaterales de actuar de muchas industrias lácteas, que imponen de cara al nuevo periodo 2015//16 contratos a un año con precios muy bajos y volúmenes menguantes, a veces bajo amenazas y coacciones a los ganaderos. Demandan ya al Ministerio que medie ante esta situación que puede suponer el declive definitivo del sector productor.

 

El pasado 27 de febrero se aprobó el Paquete Lácteo que obliga, a la industria y al ganadero, a firmar contratos de una duración mínima anual. Esta medida se ha reclamado con el fin de alcanzar una estabilidad en las estregas y conseguir una viabilidad económica dentro de la explotación lechera, además de pactar unos precios que fueran rentables para el ganadero.

 

Ante el fin del régimen de cuotas lácteas que ha regulado el sector durante mas de treinta años, ASAJA critica que una buena parte de las industrias que operan en el mercado nacional de la leche pretenden imponer, a través de los contratos que tienen que suscribir con los productores, condiciones asfixiantes y fuera de toda lógica.

 

Se imponen a los ganaderos precios muy por debajo de los costes de producción y límites en las cantidades a entregar a la industria, en algunos casos con cuotas incluso mensuales, y además se prevén penalizaciones por si existieran incumplimientos.

 

Por su parte, el sector ganadero de leche ha vuelto a hacer sus deberes, amoldándose al nuevo escenario sin cuotas lácteas que se presenta desde este 1 de abril.

 

Las grandes inversiones en las explotaciones dirigidas a la modernización y el abastecimiento de animales, han significado la solicitud de créditos, que suponen un varapalo económico si se tiene en cuenta que actualmente los precios de la leche reflejados en los contratos llegan, en algunos casos, a los 28 céntimos/litro.

 

Por el contrario, el desinterés de la industria por la producción nacional es evidente, con liquidaciones de entrega de leche muy por debajo de los costes de producción (35 céntimos/litro). El resultado de estos precios inasumibles para el sector productor son los márgenes de beneficios anuales que vienen presentando desde hace años las industrias.

 

El remate final a esta terrible situación viene de la mano, en este momento de desaparición del régimen de cuotas, de determinadas industrias lácteas que presentan a los ganaderos unos contratos fuera del plazo, establecido por la nueva normativa (2 meses con antelación a la firma), sin posibilidad de ser negociados y con cláusulas vergonzosas que ponen en serio peligro la viabilidad de las explotaciones lecheras.

 

Uno de los requisitos más asfixiantes que las industrias están poniendo como condición a los ganaderos es la limitación de su producción anual, entre un 5-10% inferior a las entregas del año anterior, así como una limitación a la producción mensual.

 

Todo este sinsentido viene acompañado de amenazas al ganadero de suscribir estos nuevos contratos o dejar la leche en los tanques. Ante esta situación, los productores encuentran en una tesitura imposible que ni siquiera les permite cambiar de industria ya que, en buena parte, de los casos las industrias se reparten las zonas de recogida y además pactan los precios de compra al ganadero, como así lo demuestra la multa interpuesta por la CNMC este mismo mes de marzo a nueve empresas lácteas.

 

Resulta paradójica la actitud de las industrias que reconvienen a los ganaderos sobre la necesidad de profesionalizar aún mas las explotaciones lecheras, augurando incluso el cierre de muchas de estas (algunas industrias calculan el cierre de 2.000 explotaciones), mientras ellas son las primeras que no han hecho sus deberes y no han invertido en nuevas instalaciones que permitan diversificar la producción y sacar al mercado otros derivados lácteos con mayor valor añadido (mantequilla, leche en polvo, etc.)

 

Ante la clara debilidad de los ganaderos de cara a solucionar la grave situación provocada por parte de las empresas transformadoras, ASAJA solicita la intervención inmediata del MAGRAMA de cara a plantear soluciones que impidan el declive del sector.

 

Ley de selva, para COAG

 

Por su parte, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) denuncia que la eliminación de las cuotas de producción impone la ‘ley de la selva’ en el sector lácteo.

 

En el nuevo escenario, la industria decidirá cuánto se produce, a qué precio, con qué parámetros de calidad y las zonas de recogida. ‘La eliminación de las cuotas erosiona aún más el poder de negociación de los productores. O vendes al mínimo precio y la cantidad que te marcan o no te recogen la leche. Y evidentemente, con precios por debajo de costes es firmar tu sentencia de muerte como ganadero’, apostilló COAG.

 

En la actual coyuntura, la industria no puede escudarse en la presión de las cadenas de distribución. En primeros meses del año se ha reducido un 10% la leche vendida al consumidor a precios anormalmente bajos, según datos oficiales.

 

COAG viene alertando sobre las negativas consecuencias de la eliminación de cuotas para los ganaderos, que ya se están evidenciando en estos momentos. ‘De nada servirán las perspectivas de mercado internacional si nuestros ganaderos se ven obligados a cerrar sus granjas, como consecuencia de la deslocalización que sufrirá el sector en beneficio de determinadas zonas y países del Norte de Europa, tal y como apunta la Comisión Europea en sus informes de impacto, subrayó Anabitarte, a lo que ha añadido, ‘la industria láctea, a través de su defensa de la eliminación de cuotas, lo única que busca es una leche más barata, aunque para ello se destruya una parte importante del sector productor español’.

 

En nuestro país, la aplicación del sistema de cuotas no se ha utilizado por los diferentes gobiernos para conseguir una adecuada estructuración del sector ganadero, tal y como han hecho otros miembros de la UE.

 

De ahí, que cuando se nos plantean las organizaciones de productores (OP) como alternativa para afrontar este nuevo contexto con ciertas garantías, surjan grandes dificultades fruto de las políticas fallidas que se han aplicado.

 

Ante la desaparición del régimen de cuotas lácteas, hay industrias que están presentando contratos a ganaderos con un precio base de 0,26-0,29€/l, muy alejados de los costes de producción medios de un litro de leche, 0,35€/l.

 

Para cumplir con el nuevo Real Decreto, la táctica es la siguiente: se presentan ofertas de contratos a un año con un precio base extremadamente bajo. Si el ganadero lo rechaza, y renuncia voluntariamente a la duración que obliga la nueva normativa, la industria consigue su objetivo; no estar atada al productor durante ese tiempo. Si el ganadero acepta, la industria firma un contrato anual con un precio muy ventajoso para sus intereses y ruinoso para el productor.

 

Además, hay industrias que quieren limitar por contrato la producción de leche al ganadero, estableciendo cuotas de producción mensuales, en algunos casos un 10% por debajo de lo establecido hasta el momento ( y con penalizaciones por sobrepasamiento), al tiempo que están modificando de forma arbitraria los parámetros de calidad de la leche para enmascarar bajadas de precios.

 

Ante este escenario, COAG reclama al MAGRAMA que se refuerce el Plan de la AICA en coordinación con las Comunidades Autónomas, aumentado las inspecciones de oficio para vigilar que se cumplan al 100% las condiciones de contratación que recoge el Real Decreto lácteo.

 

Asimismo, las CC.AA deben hacer valer sus competencias en materia de persecución de la venta a pérdidas y vigilancia de la calidad de la leche. La situación exige la mediación de las administraciones entre ganaderos e industria.

 

Amenazas y coacciones

 

Ante la desaparición del sistema de cuotas lácteas, que lleva en vigor más de 30 años, la organización ganadera UPA denuncia los ‘abusos, coacciones y amenazas’ de algunas industrias lácteas con los productores lácteos.

 

Muchos contratos de compraventa de leche acaban mañana y algunas industrias están sustituyendo la negociación por la amenaza de dejar de recoger la leche si los ganaderos no se someten a sus nuevas condiciones, que son, para UPA, ‘inadmisibles’.

 

La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) denuncia la situación de indefensión en la que se encuentran los ganaderos lácteos españoles ante el ‘abuso de poder’ que una parte importante de las industrias de nuestro país está ejerciendo sobre ellos en relación con la firma de los contratos lácteos.

 

Muchos contratos de compraventa de leche entre ganaderos e industrias finalizan mañana, 31 de marzo. Dado que el recién aprobado decreto lácteo establece como obligatoria la firma de contratos, la industria pretende ‘anular la negociación real que debe realizarse’.

 

Según han denunciado desde UPA, ‘las industrias se presentan en las explotaciones pretendiendo que firmen los contratos en ese mismo momento, sin oferta previa, sin negociación y bajo unas condiciones totalmente abusivas’.

 

Según los ganaderos, ‘las amenazas y coacciones son una constante: como la advertencia de dejar de recoger leche. Es una más de las lindezas ofrecidas en caso de no someterse a los deseos de la industria’, aseguran.

 

Esta organización emitió una denuncia pública del ‘atropello a que están siendo sometidos muchos ganaderos’, calificando sus prácticas de ‘inadmisibles y totalmente ilegales y contrarias al espíritu del paquete lácteo’.

 

‘Actualmente no existe un mercado de la leche con su oferta y demanda, sino una imposición del precio y del resto de condiciones contractuales por parte de algunas empresas lácteas en nuestro país’.

 

‘Ya es hora de que la industria se ponga a reflexionar, entienda que la relación entre ganaderos e industrias es simbiótica y dedique sus esfuerzos y energías a construir un sector lácteo que cumpla el espíritu del paquete lácteo y apueste por la estabilidad, vertebración y el buen entendimiento del sector’, han señalado.

 

Aplazar el paquete lácteo para asegurar su cumplimiento

 

La organización ya pidió la semana pasada un aplazamiento de un mes en la puesta en marcha completa del ‘decreto lácteo’ para evitar abusos de las industrias.

 

‘La ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, debe tomar medidas al respecto y resolver esta situación’. ‘Abril tiene que ser el mes de la negociación colectiva entre productores e industrias y no el mes de la confrontación’. ‘Deben sentarse precedentes que eviten que las industrias que están operando con normalidad cambien su rumbo al sentirse agraviadas por el mal hacer y abuso de otras’.

 

Medidas del COPA-Cogeca

 

 

Habida cuenta del final del régimen de cuotas lácteas de la UE, el Copa y la Cogeca han presentado las medidas que estiman cruciales para garantizar la viabilidad del sector en los años venideros.

El Presidente del grupo de trabajo ‘Leche y productos lácteos’, Mansel Raymond, ha dicho: ‘Después de la supresión de las cuotas, los productores de leche continuarán estando expuestos a la volatilidad del mercado a escala mundial, que es un fenómeno permanente y un factor de riesgo para las explotaciones agrícolas además de tener un grave impacto sobre las inversiones.

 

A corto plazo, como consecuencia de la mala situación económica, los productores de leche tendrán problemas de tesorería. Por esto, es esencial que el dinero procedente de la supertasa vuelva al sector para que puedan realizarse inversiones ahora que permitan al sector atender la demanda que se espera aumente a medio plazo’.

El Secretario General del Copa-Cogeca, Pekka Pesonen, destacó que ‘en esta nueva época sin cuotas, deben establecerse las herramientas adecuadas para ayudar a los productores y a las cooperativas de leche a limitar sus efectos.

 

Aunque el marco legislativo europeo ya incluye medidas de mercado que podrían ayudar a los productores a protegerse de esta volatilidad, tales como la intervención pública y el almacenamiento privado, éstas ya no representan una verdadera ‘red de seguridad’ capaz de ayudar a los productores en tiempos de graves desequilibrios del mercado.

 

Estas herramientas deben adaptarse y se debe mejorar su eficiencia para tener en cuenta el aumento de los costes de producción y las realidades del mercado. Son necesarios otros instrumentos de gestión de los riesgos como, por ejemplo, medidas que fomenten el desarrollo de los mercados de futuros para reducir en cierta medida la volatilidad del mercado. Podría estudiarse o adaptarse mejor el seguro de la renta/de los márgenes para ayudar a los agricultores a gestionar los múltiples riesgos’.

Y el Sr. Pesonen continuó que ‘las cooperativas lecheras contribuyen a reforzar la posición de los productores en el mercado. En un mercado en el que ya no habrá cuotas, es más importante que nunca que los productores adhieran a cooperativas para mejorar su posición en el mercado y, de esta manera, obtener un mejor precio para su leche.

 

Las disposiciones del paquete leche de la UE destinadas a reforzar las relaciones contractuales entre los agricultores y los transformadores también son importantes. Además, se debe velar por el buen y justo funcionamiento de la cadena de suministro de leche y el mercado debe remunerar mejor a los productores de leche’.

 

El apoyo acoplado y la ayuda a las zonas desfavorecidas siguen siendo esenciales para ayudar a los sectores en dificultad y para superar los problemas naturales y estructurales en estas regiones.

 

La modernización de las cooperativas lecheras en las zonas rurales debería fomentarse y facilitarse y es necesario apoyar los costes de la recogida de leche que son extremadamente elevados en las zonas de montaña.

 

Debe promoverse, incentivarse y apoyarse la inversión en la productividad y la competitividad de las explotaciones. Por último, la UE debe mirar adelante, mejorar su acceso a los mercados emergentes y aprovechar las oportunidades del mercado que parecen positivas a medio plazo gracias a la expansión continuada de la demanda mundial y los cambios de las demandas de los consumidores.

 

 

 

 

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