A consulta pública las bases reguladoras de las ayudas directas a las ganaderías de vacuno afectadas por la EHE
El Ministerio de Agricultura elevó a consulta pública hasta el próximo 8 de junio el proyecto de real decreto por el que se establecen las bases reguladoras para la concesión de subvenciones directas, destinadas a compensar las pérdidas económicas producidas por la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE) en las explotaciones ganaderas de vacuno afectadas.
El fin de este trámite no es otro que recabar la opinión o los comentarios de cualquier sujeto, entidad u organización, a efectos de elaborar cuanto antes el proyecto de real decreto.
En el decálogo de medidas en apoyo de la ganadería extensiva, adoptado el pasado 17 de mayo, el MAPA propuso destinar 15 millones de euros para subvencionar los gastos en los que hayan incurrido los ganaderos para hacer frente a la EHE, aunque el ministro Luis Planas pidió a las CC.AA. que contribuyan con una partida financiera igual de manera complementaria.
Algunas organizaciones agrarias, como Unión de Uniones, consideraron económicamente insuficiente este apoyo y demandaron tanto al MAPA como a las CC.AA. una aportación mayor, debido a que las pérdidas económicas en las explotaciones de vacuno afectadas superaron con creces la cuantía propuesta.
Además, el MAPA señaló que la vacuna para frenas la expansión de la EHE, que lleva más de 50 años desaparecida en nuestro país, estará disponible después de verano.
Este departamento considera necesario apoyar económicamente mediante subvenciones a los titulares de explotaciones de vacuno, que se han visto afectados por la EHE desde su introducción en la Península Ibérica en noviembre de 2022. Una enfermedad que, según reconoce el MAPA, ha ocasionado importantes pérdidas económicas que hacen peligrar la sostenibilidad económica de las explotaciones afectadas.
La EHE se detectó en Europa en noviembre de 2022, primero en Italia y España
En el argumentario del MAPA para plantear estas ayudas directas, se indica que la EHE es una enfermedad vírica infecciosa no contagiosa, que se transmite a través de la picadura de distintas especies de dípteros del género Culicoides, que actúan como reservorio y vector biológico del virus.
Hasta el momento se han descrito siete serotipos diferentes, encontrándose España afectada actualmente por el serotipo 8, añade este departamento.
Se trata de una enfermedad que se ha detectado por primera vez en Europa en noviembre de 2022, inicialmente en Italia y España, siendo su origen más probable el desplazamiento, llevados por el viento, de culicoides infectados desde países del norte de África donde este serotipo lleva varios años presente.
Esta enfermedad afecta tanto a rumiantes domésticos como silvestres, y de forma especial a bovinos y cérvidos.
En el ganado vacuno puede producir infección asintomática o clínica moderada, pero en algunos casos puede llegar a provocar cuadros clínicos más graves, secuelas a medio/largo plazo e, incluso, la muerte de los animales.
El MAPA indica que los datos de morbilidad y mortalidad recogidos en bovino muestran importantes diferencias entre diferentes zonas geográficas, razas, edad de los animales y sistemas de producción.
La EHE se propagó muy rápidamente al inicio del periodo de actividad vectorial en 2023
Entre los síntomas más comunes en los casos en los que se presenta clínica en el ganado vacuno cabe destacar fiebre, lesiones en mucosa bucal, cojeras por inflamación del rodete coronario, inflamación de la lengua, diarrea hemorrágica y problemas reproductivos (abortos, repeticiones de celo, mortinatos).
Su carácter vectorial, junto con la ausencia de inmunidad previa en los animales y la ausencia de vacunas autorizadas en Europa, ha dificultado enormemente su control desde su súbita aparición.
La EHE se propagó muy rápidamente a partir del comienzo del periodo de actividad vectorial en 2023 desde la zona suroeste de España hacia el resto de la Península, provocando, añade el MAPA, importantes pérdidas económicas en las explotaciones de vacuno afectadas, causadas por los costes derivados de los tratamientos veterinarios que han precisado los animales enfermos, las pérdidas de producción e incluso las mortalidades ocasionadas por el virus, así como los tratamientos desinsectantes en animales e instalaciones como método de lucha frente al vector transmisor del virus.