El Ministerio de Agricultura ha elevado hasta el próximo 24 de abril a consulta pública el proyecto de real decreto por el que se regulará la intervención sectorial del olivar tradicional (ISOT), incluida en el Plan Estratégico de la PAC 2023-2027, al que destinará unos 30 M€ anuales, con el fin de recabar la opinión de los operadores del sector interesado, así como de los ciudadanos en general.
El objetivo de este real decreto es dar respuesta a la necesidad de establecer la normativa básica para la aplicación y la gestión de la intervención sectorial del olivar tradicional en España, con el fin de establecer el tipo de intervenciones que puedan optar a ayuda, las condiciones de financiación comunitaria, así como el procedimiento de gestión por parte de las autoridades competentes.
Según el MAPA, los trabajos de diagnóstico y análisis de las necesidades, previos al proceso de elaboración del PE-PAC, pusieron ya en evidencia una serie de debilidades del sector de oliva español, derivadas de la elevada atomización de las parcelas y la escasa dimensión económica de un gran número de explotaciones oleícolas, que generan un claro riesgo sobre su continuidad, en particular en el caso del olivar tradicional.
La intervención sectorial destinada al olivar tradicional se establece con el fin de que, a través de determinadas actuaciones colectivas (OPs, cooperativas, SAT…) puedan paliarse las deficiencias detectadas en cuanto a rentabilidad, competitividad y sostenibilidad medioambiental de este tipo de explotaciones.
Algunas organizaciones agrarias reclamaron ya, no obstante, que más que una intervención a las que pudiese optar solo las OPs, debería haberse optado por una ayuda asociada al cultivo de olivar tradicional, dado su baja rentabilidad y el riesgo sobre su supervivencia en las zonas rurales donde es mayoritario.
Además, la concesión de estas ayudas dependerá también, como en otras intervenciones sectoriales (frutas y hortalizas, vino, apicultura) de que los beneficiarios realicen determinadas inversiones o actuaciones, aún por concretar, es decir, que tendrán que poner de su bolsillo lo mismo que reciban de ayuda para acometer las mismas. No serán, por tanto, ayudas finalistas, sino que estarán condicionadas al cumplimiento y a la inversión en medidas concretas, de tipo medioambiental, promocional, de inversión en la mejora de la industrialización y comercialización, etcétera.
Orientación técnico-económica
Así, el olivar es la primera Orientación Técnico Económica (OTE) a nivel nacional en número de explotaciones, con 246.788, que representan el 25% del total nacional. La mayoría se encuentra en Andalucía (71%), donde representan el 63% del total de explotaciones en esta Comunidad, seguida de Castilla-La Mancha (12%) y Extremadura (9%).
Por dimensión económica (DE), el 80% se encuentran en menos de 8 UDE (Unidad de Dimensión Económica, que equivale a 1.200 € de margen bruto estándar) y dentro de éstas el 42% es inferior a 2 UDE; el 14% cuenta con entre 8 y 25 UDE, y solamente el 6% tiene más de 25 UDE (solo el 0,8% del total del olivar son de más d 1.000 UDE).
A pesar de representar una cuarta parte de todas las explotaciones agrarias del país, el estrato de más de 25 UDE solo representa el 6% de las explotaciones de > 25 UDE nacionales.
Un 97,1% de los titulares de explotaciones de oliva son personas físicas y la edad media de los titulares es de unos 62,8 años, por encima de la media nacional, que se sitúa en 60,1 años.
La OTE Olivar ocupa una superficie de 2.232.365 hectáreas y el cultivo del oliva representa el 68,4% de su superficie (1.527.213 ha), siendo los cultivos secundarios las actividades mixtas de cultivos permanentes (7,3%), cultivos COPL (Cereales, Oleaginosas, Proteaginosas y Leguminosas), con un 3,5%; vitivinicultura, con un 3%, y actividades mixtas de agricultura (8%).
Además, existen 235.206 ha de superficie de olivar dentro de otras OTE agrarias, destacando la superficie incluida en las OTE COPL (67.692 ha) y frutos secos (19.553 ha).
La OTE cuenta con una DE media total de 7.728 €, un 82% inferior a la media nacional (42.194 €) y un 64% inferior a la media de las OTEs agrícolas (21.466 €), y es la 2ª OTE agrícola de menor DE por explotación, solo por detrás de la OTE de frutos secos. El 50% de la DE se encuadra en los estratos de <25 UDE (94% de las explotaciones), el 29% en el de 25-100 UDE (6% de las explotaciones) y el 31% en > 100 UDE (0,8% explotaciones).
La superficie bruta media de las explotaciones del OTE Olivar es de 7,38 ha y se eleva a 55,7 ha en el caso de explotaciones con titularidad persona jurídica. La superficie media neta es de 7,04 hectáreas.
El tamaño medio de las explotaciones es muy bajo. Su superficie bruta media está un 63% por debajo de la media de las OTEs agrícolas, que es de 19,9 hak, así como de la media de las OTEs agrarias (25,3 ha).
La OTE olivar es la tercera OTE agraria con menor superficie bruta y neta asociada a las explotaciones, solo por detrás de frutos tropicales y cítricos.
También destaca por su pluriactividad. Por ejemplo, en las explotaciones de menos de 98.000 € (82% del total de explotaciones), los ingresos procedentes de actividades agrarias constituyen, de media, el 10,5% de la atribución de rentas, situándose por encima de la media nacional en este tipo de explotaciones (9,1%).
En cambio, en las explotaciones de más de 8.000 euros (18% de las explotaciones), los ingresos agrarios se sitúan en el 44% del total de rentas percibidas, frente al 39% de la media de los sectores agrícolas.
El 19% de la renta media de los titulares de la OTE Oliva tiene como origen actividades agrarias, por debajo de la media de los sectores agrícolas (23,8%) y del agrario en general, que se sitúa en el 24%.
Archivo adjunto, OTE Olivar: informesectorialoteolivar_