El Ministerio de Agricultura ha llevado a consulta pública el proyecto de real decreto por el que se establecen normas para conseguir la nutrición sostenible de los suelos agrícolas.
El MAPA ultima normas para conseguir una nutrición sostenible de los suelos agrícolas
Su objetivo es incrementar la sostenibilidad de la agricultura, a través de la racionalización del uso de los medios de producción y, en concreto, de los productos fertilizantes y otros materiales que pueden aportar nutrientes a los suelos agrícolas y a los cultivos.
Desde esta norma se plantea coordinar una serie de herramientas que permitan a España dar respuesta desde la agricultura a los compromisos internacionales adquiridos (lucha contra la contaminación atmosférica, lucha contra el cambio climático, etc.) y a otros retos que influyen en la actividad agrícola, a la vez que proporciona un marco lo suficiente flexible para que las CC.AA. puedan implementar medidas que se adapten a sus respectivas especificidades.
Más en concreto, el objetivo del próximo RD es conseguir que el aporte de nutrientes a los suelos agrícolas sea sostenible, a través de su racionalización, y contribuya al cumplimiento por parte de nuestro país de sus compromisos medioambientales, promoviendo la economía circular; disminuyendo la emisión de gases de efecto invernadero (GEI); disminuyendo la emisión de amoniaco proveniente de la actividad agraria; contribuyendo a la lucha contra el cambio climático; aumentando el contenido de materia orgánica en el suelo, y previniendo la contaminación de los suelos agrícolas.
El MAPA señala que actualmente hay CC.AA. que ya han implementado guías de buenas prácticas agrícolas o que han establecido limitaciones al uso de ciertos productos fertilizantes o de otros materiales (como el estiércol) que aportan nutrientes.
No obstante, según este departamento, estas iniciativas no han sido suficientes para alcanzar los objetivos expuestos, por lo que se considera conveniente introducir un marco legislativo que permita crear una situación equiparable entre todas las CC.AA, a la vez que suficientemente flexible como para permitir que cada una de ellas pueda incorporar sus propias especificidades.
La imprescindible actividad de fertilización de los suelos agrícolas puede tener un impacto negativo sobre el medio ambiente, en particular, en emisiones de GEI y en contaminación de las aguas o de los propios suelos agrícolas.
El MAPA recuerda que nuestro país sigue incumpliendo algunos de sus compromisos ambientales, por ejemplo, en lo referente a la emisión de amoniaco o a la contaminación de algunos acuíferos con nitratos.
Una correcta fertilización, según este departamento, puede contribuir a luchar eficazmente contra el cambio climático. Por ejemplo, tras la Cumbre del Clima, celebrada en París, España se adhirió a la iniciativa «4 por mil», que busca incrementar el contenido de materia orgánica en los suelos agrícolas, contribuyendo, además, a reducir su riesgo de erosión.