De acuerdo a los datos avanzados, aún provisionales, por la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA), las salidas al mercado de aceite de oliva durante el pasado mes de marzo podrían haber superado las 150.000 toneladas, un volumen bastante bueno, que sería el segundo más alto para un mes de marzo (superado por las 158.820 t de marzo de 2019/20), situándose por encima de una media mensual de 143.000 t, que es la media más alta de las últimas seis campañas.
El mercado podría haber absorbido más de 150.000 t de aceite de oliva en marzo
Del volumen comercializado, alrededor de 103.000 t se habrían dirigido a la exportación y unas 48.000 t habrían ido a atender la demanda interior de consumo, acumulando salidas por un total cercano a las 860.000 t, de las cuales cerca de 300.000 t corresponden al mercado interior aparente y 560.500 t a los envíos al mercado exterior.
Las importaciones se estiman en unas 8.000 t, siguiendo la tendencia a la baja de los últimos meses, sumando ya 90.100 t en el primer semestre de campaña.
En marzo se han producido unas 44.550 t de aceite de oliva, con lo que suman ya a la mitad de 1.381.540 toneladas, con posibilidad de cerrar la actual campaña 2020/21 ligeramente por encima o por debajo de los 1,4 millones.
Para el segundo semestre que queda por contabilizar, quedarían unas existencias totales de poco más de 1,1 Mt, de las cuales, casi 800.000 t estarían en poder de las almazaras; otras 46.540 t en los depósitos de la Fundación Patrimonio Comunal Olivarero (FPCO) y algo más de 277.000 t en manos de los envasadores, refinadores y otros operadores del sector industrial y comercializador de aceite de oliva.
Para esta segunda mitad de campaña, las perspectivas en principio deberían ser bastante favorables, puesto que desde el pasado 11 de marzo están levantadas las sanciones arancelarias para los envíos de aceite de oliva envasado origen España al mercado de Estados Unidos, primer importador mundial de este producto, por ahora durante un periodo de cuatro meses (que sería más fácil prorrogar que dar marcha atrás con la nueva Administración Biden).
La comercialización también debería ser favorable, debido a que las expectativas de producción final de aceite de oliva tanto en la UE (con descensos en Italia, Grecia y Portugal, respecto a la campaña anterior), como sobre todo en países terceros (drástica bajada en Túnez, el primer proveedor tercero al mercado comunitario) son claramente inferiores a los de la campaña anterior.
El mayor escollo de esta mejora esperada estaría en los precios en origen en aceite de oliva. Si estos se disparan y se trasladan a los PVP consumidor, podría retraerse la demanda, sobre todo en el mercado interior, a favor de otros aceites vegetales, como el de pipa de girasol.