La Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (ASAJA) reclama al Gobierno medidas urgentes para los agricultores que palien la fuerte subida de precios de los carburantes.
ASAJA pide mejoras fiscales frente a la fuerte subida de precios del gasóleo B para el sector agrario
Esta organización agraria señala que los agricultores no pueden repercutir el incremento de los costes de producción en el precio de venta de sus productos.
Entre estas medidas, ASAJA demanda de nuevo una reducción de la factura del gasóleo del 35 % y del 15% en los plásticos y fertilizantes en el IRPF, medidas que ya se implantaron en los años de mayores subidas de los PVP de este insumo básico.
En plena campaña de siembra, la escalada de precios del petróleo está provocando que los costes de producción del sector agrario se estén disparando, como consecuencia fundamentalmente de las subidas de precios del gasóleo agrícola y los fertilizantes.
Esto está haciendo mella en las economías de las explotaciones agrarias que, en buena parte, arrastran los desequilibrios de una mala campaña de precios y lleva a graves problemas de liquidez.
El aumento desmesurado del precio del gasóleo afecta en general a todos los bolsillos, pero tiene una incidencia especial en aquellos sectores en los que es difícil trasladar estos incrementos al precio del producto. ASAJA añade que este es el caso del sector agrario, donde por las condiciones específicas de formación de los precios, los agricultores y ganaderos no pueden repercutir las subidas de los costes de producción en el precio de venta de sus productos.
Así, en plena campaña de siembra, tenemos que el precio del gasóleo B se sitúa hoy en 0,975 €/l , cada vez más cerca de su máximo histórico de 1,12 €/l alcanzado en 2012.
La subida del gasóleo ha sido muy grande a lo largo del año y esto influye de forma directa en las cuentas de la explotación. Según los cálculos de ASAJA, respecto a otoño de 2017, año en el que los costes de producción ya eran altos, el precio del carburante se ha elevado en lo que llevamos de año en torno a un 42% y las cotizaciones de los últimos días nos indican que siguen al alza.
Para una explotación de unas 200 hectáreas de secano estaríamos hablando de unos 8.300 euros de costes de gasóleo y otros 21.600 euros de abono, lo que supone más de 3.500 euros de diferencia con respecto al pasado año.
Si bien es cierto que el gasóleo que utilizan los agricultores y ganaderos (gasóleo B) está bonificado, gracias a la devolución parcial del Impuesto especial de Hidrocarburos aprobada en 2010 (se devolvían 78 euros por cada 1000 litros consumidos), tenemos que recordar que esta reembolso parcial se ha reducido en 15 euros con la modificación de la Ley de Impuestos Especiales que entró en vigor en julio de 2017, quedando la devolución del impuesto en 63 euros por cada 1.000 litros consumidos.
Para compensar la situación actual de las subidas del gasóleo agrícola, ASAJA vuelve a solicitar de nuevo una reducción de la factura del gasóleo del 35 % y del 15% en los plásticos y fertilizantes en el IRPF, medidas que se implantaron en los años de mayores subidas del precio de los carburantes y que fueron muy efectivas para nuestros agricultores.
Moción del Senado
Por otra parte, en línea con las demandas de ASAJA, Los senadores del Grupo Parlamentario Popular en el Senado por Zamora, Javier Faúndez, y Juan Carlos Álvarez, por Segovia, registraron una moción en la Cámara Alta en la que exigen al Gobierno medidas urgentes y compensatorias que corrijan la escalada de precios del combustible para el sector agrícola, ganadero, pesquero y forestal.
La iniciativa registrada por los senadores populares pide un paquete de medidas correctoras y con carácter retroactivo para estos sectores. “Se trata de una iniciativa para que haga sostenible la forma de vida de miles de familias, que cada día dan la vida por nuestro medio natural, hasta que los precios de los combustibles vuelvan a una situación de normalidad”, explicaron
Asimismo, la moción exige la creación urgente de una mesa específica de trabajo, formada por todos los agentes implicados del sector agrícola, ganadero, pesquero y forestal, con el objeto de abordar el actual precio de los combustibles y sus repercusiones directas en estos sectores.
Los senadores populares destacaron que “desde julio de este año, casualmente desde la llegada al Gobierno de España del PSOE el gasóleo agrícola ha subido un 42%, mientras que el barril del petróleo ha subido un 11%, como denunció recientemente la Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos, lo cual no ha ayudado el caos, la improvisación y la demagogia con la que el gobierno socialista ha tratado el tema del diésel estos meses”, según un reciente estudio de diferentes organizaciones agrarias.
En este contexto, Faúndez y Álvarez explicaron que el precio del gasóleo se ha incrementado en el último año de forma desproporcionada llegando en la actualidad a unos precios que han creado una alarma social y una preocupación generalizada en estos cuatro sectores primarios que afectan directamente a la vida de la sociedad y que necesitan de este recurso para ejercer su actividad productiva diaria.
“Quien mantiene el medio ambiente son los agricultores, ganadores y pescadores y serán ellos quien pagarán las consecuencias del último disparate del Gobierno de Pedro Sánchez”, ha manifestado Javier Faúndez.
Más carestía
Por otro lado, los senadores del PP defienden que el sector primario no utiliza el gasóleo para ocio, sino para trabajar y lo necesitan a unos precios que les permitan tener rentabilidad en las producciones para hacer sostenible su forma de vida y la de sus familias.
“Cada mañana que un agricultor, ganadero, pescador, titulares o empresas forestales que salen a trabajar, el combustible le cuesta casi un 60% más que hace un año, pero los productos que aportan a la cadena de valor se mantienen año tras año en unos precios similares haciendo insostenible estas actividades y poniendo en peligro la forma de vida de cientos de familias que se esfuerzan día a día en salir adelante”, señaló Juan Carlos Álvarez. “Y muchas de ellas, añadió, en entornos rurales tremendamente afectados por el fenómeno de la despoblación”.
Por ello, ambos senadores recalcan que los agricultores, ganaderos y pescadores necesitan de forma urgente el amparo de las Instituciones para afrontar momentos tan difíciles.
Para finalizar recordaron que la competitividad de nuestros productos del campo y del mar está actualmente por los suelos haciendo insostenible la forma de vida de cientos de familias que han apostado por estos sectores para desarrollar su proyecto vital.