Inflación y contexto geopolítico global hicieron retroceder el valor real de la producción industrial de alimentos y bebidas en 2023
El impacto de la inflación, junto a factores climáticos adversos y un contexto geopolítico y comercial global inestable hicieron retroceder la actividad económica de la industria de alimentación y bebidas durante el pasado año un 2,6% en valor real de producción, hasta los 162.459 millones de euros, según la patronal empresarial del sector, FIAB, a pesar de que el Valor Añadido Bruto (VAB) aumentó un 8%, hasta 31.038 millones (+1,4% en términos constantes).
Según se desprende del Informe Económico, elaborado por la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), elaborado con colaboración con el Ministerio de Agricultura, las presiones inflacionistas que afectaron a la actividad industrial y su efecto en el consumo intensificaron la desaceleración de este sector durante el pasado año 2023.
No obstante, la fabricación industrial de alimentos y bebidas se siguen consolidando como un sector fuerte y estratégico para la economía española, al representar un 2,33% de VAB total de la misma y aportar mediante impuestos a los ingresos públicos 52.381 millones de euros, a pesar de acusar el impacto de una situación macroeconómica global inestable.
Durante la presentación del informe este martes 23 de abril, el secretario general de Recursos Agrarios y Seguridad Alimentaria del MAPA, Fernando Miranda, destacó la contribución de la industria alimentaria al desarrollo del territorio y su vocación exportadora, con cifras récord en el proceso de internacionalización.
Al respecto, Miranda esbozó las principales líneas de trabajo del MAPA en favor de la industria de la alimentación y las bebidas, como son la Estrategia Nacional de Alimentación, la Estrategia de Prevención de Pérdidas y Desperdicio Alimentario y la Estrategia Alimentos de España y, asimismo, hizo referencia a la posibilidad del sector de crecer y ganar dimensión en el marco del denominado PERTE Agroalimentario.
Por su parte, el director general de FIAB, Mauricio García de Quevedo, señaló el impacto que sobre el sector industrial agroalimentario sigue teniendo la prolongación de los conflictos bélicos en Ucrania y Oriente Próximo, por su relación con las cadenas de suministro y la evolución de los costes, además de sus consecuencias sobre el tráfico marítimo.
Estos hechos, añadió García de Quevedo, junto con el progresivo incremento de los tipos de interés durante el pasado año, perjudicaron el consumo de alimentos y bebidas, así como la capacidad inversora de las empresas, que aplazaron sus estrategias enfocadas al crecimiento del sector para mejores tiempos.
En este sentido, el director general de FIAB incidió en “la importancia de reforzar la autonomía estratégica del sector en España para evitar el “efecto dominó” de un contexto global bastante inestable”, valorando en todo caso positivamente “el esfuerzo que están llevando a cabo las empresas del sector, en un 96% PYMES, para afrontar este escenario manteniendo el valor, la variedad, la calidad y la seguridad de sus productos”.
El valor de la producción retrocedió en 2023 por primera vez en diez años, exceptuando 2020
El valor de la producción real del sector industrial agroalimentario alcanzó 162.459 millones de euros en 2023, con un descenso del -2,6% con respecto al año anterior, disminuyendo por primera vez desde que lo hiciera en 2013, si exceptuamos el año 2020, que fue el más álgido de la pandemia de COVID-19.
Este retroceso, según FIAB, es el resultado de la inflación en los costes de la industria, combinado con una debilidad en las exportaciones y en la demanda interna, agudizada por los episodios de sequía prolongada en España.
Esto llevó, según esta Federación, a que “el valor real de la actividad fuera incluso inferior al de 2021, año en el que se iba perfilando un continuo proceso de ralentización del índice de producción industrial y que se ha visto confirmado durante 2023.”
García Quevedo explicó que “veníamos de dos ejercicios previos con un crecimiento muy excepcional y alejado de la tónica de años anteriores marcados en primer lugar por la recuperación tras la pandemia y, en segundo término por el extraordinario avance de los precios industriales. En paralelo, la difícil situación global ha dibujado un escenario muy tenso para el desarrollo de este sector, al confirmarse durante 2023 los indicios de desaceleración que ya se venían perfilando en años anteriores.”
El Valor Añadido Bruto (VAB), que refleja el valor bruto de la producción, descontado los costes de insumos y servicios, experimentó un crecimiento más limitado, hasta 31.038 millones de euros, un 8% más, que se queda, una vez descontado el efecto de la subida de los precios y de los costes, en un 1,4% de crecimiento real.
A pesar de ello, la industria de alimentación y bebidas se mantiene como un actor sólido a nivel industrial por su contribución económica al país, representa el 2,3% del total de la economía española y el 18,5% de la industria manufacturera.
El consumo alimentario reflejó también la situación inflacionaria, al penalizar a las familias españolas. Aún así, el gasto acumulado del consumo dentro del hogar en el periodo enero-noviembre de 2023 (últimos datos disponibles) se mantuvo estable, estimándose en unos 66.371 M€ pero, sin embargo, el gasto per cápita, en torno a 1.410 euros, reflejó una ligera caída del -1,26% con relación al mismo periodo previo.
El tejido empresarial continúa su proceso de concentración
La dimensión empresarial de la industria de alimentación y bebidas se vio también impactada por las consecuencias de la inflación, como sucedió en el resto de la economía. El número de empresas activas en 2023 se cifra en 28.335, con una disminución del -6,5% y de 1.824 empresas, en su mayoría pequeñas y concentrada principalmente en los tramos de menos trabajadores o sin empleados. Por el contrario, las empresas de tamaño medio y alto avanzan un 2,3%.
Según FIAB, estos datos demuestran también la vulnerabilidad de las empresas más pequeñas a la hora de afrontar un marco de altos costes productivos muy desfavorable pero, aun así, la industria de alimentación y bebidas se ha visto menos afectada que el conjunto de las manufactureras y ha mantenido una contribución significativa al tejido industrial.
El sector industrial agroalimentario aumentó un 2% su empleo en 2023
Por otro lado, la creación de empleo en este sector mantuvo durante el pasado año un comportamiento positivo. Los afiliados a la Seguridad Social sumaron 463.900 personas y, aunque su ritmo de crecimiento es ligeramente inferior al registrado un año antes, la industria de alimentación y bebidas creció por encima del conjunto del sector manufacturero, que lo hizo a un ritmo del 1,5%, con un 21,7% del empleo y el 19,7% de total industrial.
La inestabilidad de los mercados condiciona el comportamiento de las exportaciones
En clave internacional, las exportaciones de la industria española de alimentación y bebidas alcanzaron en 2023 un valor de 47.620 millones de euros, un 3,4% más en valor, a pesar de bajar un 6,6% en volumen exportado. España se mantiene así como uno de los principales exportadores agroalimentarios a nivel mundial y en quinta posición entre los principales exportadores de la Unión Europea, solo por detrás de Países Bajos, Alemania, Francia e Italia, según datos de FoodDrinkEurope.
FIAB recuerda que el impacto de las tensiones geopolíticas y la consecuente inestabilidad de los mercados llevó a este sector a un cambio en su ritmo de crecimiento del valor de las ventas al exterior, al pasar del +6% en 2022 al +3,4% en 2023. Aun así, el sector obtuvo durante el pasado año una balanza comercial positiva por valor de 13.697 millones de euros (+6,8%), acumulando ya 16 años de superávit.
Esta Federación observa un marco exterior muy voluble desde el año 2018, que ha afectado a los países de destino, debido a la desaceleración de algunas economías, al auge de las políticas proteccionistas, los efectos del Brexit, el impacto ocasionado por la pandemia del COVID-19 y las consecuencias de los conflictos internacionales actuales, dejando una situación inflacionaria por la elevación de los costes productivos, la energía y el transporte, principalmente.
La Unión Europea continuó siendo el principal socio comercial y el principal destino de las exportaciones del sector, con un peso del 58% del total, destacando Francia (7.208 M€), Portugal (5.573 M€), Italia (5.507 M€) y Alemania (2.985 M€), con crecimientos con respecto al año anterior que, en el caso de Alemania, llegaron hasta el 16%.
En quinto lugar y como primer socio extracomunitario se situó Estados Unidos (2.747 M€), pero con un retroceso -6,4% en parte por el extraordinario comportamiento que experimentaron las ventas en ese destino en años previos, hasta un +21% en 2021.
Reino Unido (2.643 M€) ocupó la sexta plaza (+9,4%), seguido de China, ya como el primer país asiático del ranking, con un valor de 1.837 M€ (-23,6%), debido al descenso de las importaciones de carne de porcino y derivados, tras la superación en el país de la situación de la peste porcina africana, así como el aumento de medidas proteccionistas con trabas para la importación de alimentos y bebidas.
Completan el ranking de los primeros destinos Países Bajos (1.496 M€), Japón (1.139 M€), Polonia (1.104 M€) y Bélgica (1.047 M€).
En cuanto a los productos más exportados en 2023, encabezaron la lista carnes y productos cárnicos (12.032 M€); conservas hortofrutícolas (5.866 M€); pescado y mariscos (4.471 M€), aceite de oliva (4.148 M€); vino (2.966 M€); productos de panadería y pastas alimenticias (2.043 M€); productos de cacao, confitería y chocolate (1.918 M€); lácteos (1.766 M€); y alimentación animal (1.281 M€), entre otros.
FIAB ve prioritario una mayor protección al sector de alimentos y bebidas, clave para la economía española
Dado el reflejo de toda la incertidumbre económica y política de los últimos ejercicios y su evidente impacto en la industria, FIAB señala como prioridad la protección de un sector vital para España ante una situación que amenaza con prolongarse y a la que, además, se añade las tensiones provocadas por los episodios adversos que deja el cambio climático y la sequía prolongada en nuestro país, devolviendo una mayor inestabilidad a la actividad de la cadena alimentaria.
Por ello, esta Federación considera clave que los entornos políticos y económicos sean estables y eviten desequilibrios para la competitividad de las empresas, sobre todo en cuanto a evitar nuevas cargas fiscales, garantizar la unidad de mercado y salvaguardar al sector frente a competidores externos.
Por último, FIAB señala la importancia de que las empresas cuenten con marco regulatorio y fiscal estable, para incentivar su capacidad inversora, lo que repercutirá en un avance más rápido de sus políticas tanto de innovación, como de sostenibilidad, para afrontar un futuro para los alimentos y bebidas con mayores garantías.
En este sentido, concluye esta Federación, “será vital que se concreten las ayudas de la segunda convocatoria del PERTE, dirigido al sector, y que deberán acompañarse de más ayudas, en especial para las pymes, que conforman la mayor parte del tejido productivo de la industria de alimentación y bebidas.”