La FEV celebra el apoyo europeo a la promoción del vino, pero duda de otras medidas aprobadas
Si finalmente las propuestas en materia de etiquetado se llevasen a cabo, la FEV es partidaria de indicar también la adición de azúcar exógeno en el vino, de modo que los consumidores puedan saber qué vinos han sido sometidos a la chaptalización, práctica prohibida en España pero utilizada en otros países como Francia o Alemania.
La Federación Española del Vino (FEV) celebra que el Parlamento Europeo haya aprobado una enmienda en el texto final de la moción sobre la futura estrategia en materia de alcohol de la UE por la cual se seguirá permitiendo el uso de dinero público para promover el consumo de bebidas alcohólicas, siempre y cuando estas ayudas estén incluidas en la legislación en materia de agricultura o en las medidas de promoción horizontal.
Para la FEV se trata de una buena noticia que muestra la sensibilidad y receptividad de los eurodiputados españoles en relación a la carta que las organizaciones sectoriales escribieron días atrás solicitando el apoyo de los parlamentarios sobre este tema.
‘Estamos satisfechos con lo que hemos conseguido, con lo que los eurodiputados han votado y esa votación nos va a permitir seguir en la línea de apoyar y recuperar el consumo de vino en nuestro país’, ha señalado al respecto el secretario general de la organización.
Sin embargo, la moción aprobada la pasada semana por el pleno de la Eurocámara contiene también otras propuestas cuya eficacia despierta muchas dudas para la FEV, como es el caso del etiquetado nutricional y de ingredientes en el vino o la inclusión de advertencias sanitarias en las etiquetas.
La Federación es partidaria, como no puede ser de otra manera, de que los consumidores estén debidamente informados sobre los productos que adquieren, pero no cree que este tipo de medidas contribuyan al objetivo de la estrategia en materia de alcohol de la UE, que es la lucha contra el consumo abusivo.
En lo relativo al etiquetado nutricional y de ingredientes, la moción aprobada no tiene en cuenta la especificidad de un producto como el vino, cuyas particulares características de producción hacen imposible determinar con antelación la composición exacta del vino desde un punto de vista nutricional ya que, por ejemplo, las proporciones de alcohol y azúcar pueden evolucionar con el tiempo, incluso después de haber sido embotellado el producto.
Además, desde la FEV se quiere recordar que el coste de incluir este tipo de etiquetado en todos los idiomas de la Unión supondría un perjuicio sin precedentes para los productores de vino en comparación con otros productos alimenticios, industriales y de bebidas y supondría enormes costes adicionales para un sector que está compuesto en gran parte por microempresas y pymes. Se trata pues de una medida desproporcionada que no ayuda a prevenir el consumo abusivo.
Por ello, la organización recuerda que actualmente existen otras fuentes de información al consumidor más allá del etiquetado que hacen compatible la transparencia en la comunicación con el respeto a la especificidad y la competitividad del sector vitivinícola español.
Por lo que respecta a la posible inclusión de alertas sanitarias en el etiquetado, la FEV advierte que se trata de una iniciativa de la que no existen evidencias sobre su eficacia en atajar el consumo abusivo.
En definitiva, cualquier iniciativa orientada a establecer nuevas obligaciones en el etiquetado del vino puede suponer una fragmentación del mercado único y un aumento de las trabas a la libre circulación de los productos. Así, la mejora en la competitividad que se consigue manteniendo los fondos de promoción se anula en parte con estas otras iniciativas.
En cualquier caso, y si finalmente las propuestas en materia de etiquetado se llevasen a cabo, la FEV es partidaria de indicar también la adición de azúcar exógeno en el vino, de modo que los consumidores puedan saber qué vinos han sido sometidos a la chaptalización, práctica prohibida en España pero utilizada en otros países como Francia o Alemania.
