La Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE)ha vuelto a recomendar a productores y bodegas que utilicen los contratos homologados de compraventa tanto de uva para vinificación, como de vino, a la hora de llevar a cabo su relación comercial.
La OIVE recomienda utilizar los contratos homologados de compraventa de uva y de vino en la actual campaña 2022/23
Esta interprofesional señala que en el pasado mes de julio, el Ministerio de Agricultura publicó sendas Órdenes ministeriales (ver enlaces abajo), en las que se recogen los nuevos modelos de contrato-tipo homologados adaptados a las últimas modificaciones introducidas en la Ley de la Cadena Alimentaria.
Un mes después del arranque de la vendimia (en la que se prevé una producción media baja de apenas 36,5 Mhl de vino y mosto, según Cooperativas), son muchos los operadores que ya han mostrado interés en estos modelos de contratos-tipo, por lo que la OIVE espera que su uso sea bastante amplio.
Según indica esta organización interprofesional, además los contratos pueden ser plurianuales y adaptables para todo tipo de producto y características por parte de los operadores.
Al respecto, Ángel Villafranca, presidente de la OIVE, señala que “es importante que el sector los utilice, puesto que favorecen la transparencia en las operaciones y, por tanto, mejoran el funcionamiento y la estabilidad de la cadena de valor vitivinícola”.
Asimismo, se recuerda que los contratos, una vez firmados, deben registrarse para lo cual la OIVE ha confiado un año más en Tragsatec, filial del grupo público TRAGSA.
Con dicho registro se busca asegurar la privacidad e independencia de los datos de las transacciones que, en todo momento, estarán sujetas a la Ley de la Protección de Datos.
Además, los contratos registrados, en caso de controversia entre las partes, cuentan con una Comisión de Seguimiento de Contratos, habilitada en el seno de OIVE, para el control, supervisión y vigilancia del cumplimiento y propuesta de soluciones de los mismos en caso de discrepancias.
Esta organización señala que los contratos-tipo son muy habituales en otros sectores agroalimentarios de nuestro país. Por ejemplo, están vigentes en la actualidad en los cítricos o en los forrajes.
Aunque son de carácter voluntario, la OIVE recomienda su utilización dentro del sector vitivinícola, ya que además de las ventajas directas que ofrecen a quienes los utilizan, se produce otra indirecta de carácter global, como es la obtención de información de gran valor con los datos agregados del conjunto operaciones, cuyo conocimiento redunda en un beneficio conjunto para todo el sector.
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