El Ministerio de Agricultura planteó en su reunión con las organizaciones agrarias su propuesta inicial para la distribución de ayudas directas de Estado a los cultivos, con el fin de paliar las consecuencias de la sequía y ante la guerra de Ucrania.
Sin embargo, dicha propuesta, que se intentará afinar en la semana entrante y se llevará a consulta pública para alegaciones no convenció del todo a los representantes del sector agrario.
Sin embargo, dicha propuesta, que se intentará afinar en la semana entrante y se llevará a consulta pública para alegaciones no convenció del todo a los representantes del sector agrario.
En principio, el MAPA planteó una doble vía para repartir estas ayudas “de minimis” por la sequía, cuyo montante se eleva a 276,7 millones de euros y que podría complementarse con los fondos comunitarios que podrían llegar a España de la Reserva de Crisis agrícola, estimados entre 50 y 100 millones de euros más, por el MAPA).
Por un lado, se diferenció la ayuda por cultivos y, por otro, en función del grado de afección de la sequía en los mismos en cada Comunidad Autónoma.
Así, en esta primera propuesta casi un 75% del presupuesto disponible iría destinado a los cultivos herbáceos de secano de invierno y leguminosas, salvo el girasol; otro 21,8% se destinaría a los frutales de hueso y frutos secos (a nivel de provincia), y el 4% restante a cultivos industriales, como el arroz o el tomate para industria.
No se contempla conceder ayudas, según la propuesta, ni al olivar, ni al viñedo, como tampoco a los cítricos, al considerar que no han concluido su ciclo vegetativo. En caso de que fuera necesario posteriormente, podría recurrirse a la partida que se espera llegue a nuestro país de la Reserva de crisis agrícola.
Según los representantes de las organizaciones agrarias ASAJA, COAG y UPA, que mantuvieron una reunión con el secretario general de Agricultura y Alimentación, Fernando Miranda, la propuesta del MAPA no terminó de convencer.
La segunda vía de reparto de estas ayudas iría según el grado de afección por la sequía en cada Comunidad Autónoma, de manera que algunas como Andalucía, Castilla-La Mancha o la Comunidad Valenciana, por ejemplo, estarían consideradas como de alta sequía y la ayuda sería de mayor intensidad, abonándose el 100% de lo que se plantee por hectárea, mientras que en otras, como Extremadura y Castilla y León quedarían en un grado inferior o de menor intensidad de la sequía, y percibirían la mitad del importe de referencia.
Esta segunda vía de distribución de las ayudas, según la intensidad de la sequía o de la falta de agua por Comunidad Autónoma en cultivos herbáceos, fue la que menos gustó a los representantes de las organizaciones agrarias, por lo que el MAPA estaría dispuesto a estudiar las diferentes demandas del sector antes de anunciar en la propuesta más o menos definitiva para el reparto de estas ayudas.
Desde ASAJA se indicó que «no puede haber discriminación en la distribución de estas ayudas por territorio, porque “esto no es un reparto geopolítico, sino de ayudas para quien realmente tiene esos problemas. No puede haber sequías de primera y de segunda, sino que quien haya sufrido la sequía, esté donde esté su Comunidad Autónoma, debería recibir la ayuda», argumentó su presidente, Pedro Barato.
El presidente de ASAJA señaló también que, debido a la escasez de la cuantía respecto a la magnitud de las pérdidas, el MAPA debería llegar a los agricultores profesionales, no a todos, por lo que un requisitos para optar a las mismas debería ser el de estar al menos dado de alta en la Seguridad Social Agraria.
Por su parte, el representante de la Ejecutiva de COAG, Javier Fatás indicó que «a la hora de zonificar el reparto de estas ayudas, hacerlo por CC.AA. no es la mejor solución».
Según el portavoz de esta organización agraria, «todas las CC.AA. pueden tener zonas más y menos afectadas, por lo que esta decisión había que haberla trabajado un poquito más y hacerlo por comarcas», con independencia de la Comunidad o de la provincia a la que pertenezcan.”
Además, consideró que no es justo que la agricultura de regadío, que no ha tenido agua disponible en esta campaña, se quede también fuera de este tipo de ayudas, como apuntó la organización en Andalucía, y abogó también por que las ayudas se concedan a los agricultores profesionales a título principal, que tienen en la agricultura su medio fundamental de vida.
Este será, no obstante, uno de los puntos, el de la zonificación, en el que tendrá que afinar el MAPA en unas ayudas que no se espera puedan concederse antes de final del presente año.
A su vez, el secretario general de UPA en Extremadura y miembro de la Ejecutiva Federal, Ignacio Huertas, coincidió con el planteamiento respecto al reparto de las ayudas por cultivos, pero también discrepó en las zonificaciones.
En ese sentido, Huertas valoró que la reunión se hiciese solo sobre un avance de propuesta, que está sujeta a mejoras, esperándose que se tengan en cuenta las apreciaciones y alegaciones expresadas por las organizaciones agrarias.
Estas ayudas directas a los cultivos forma parte del paquete de ayudas directas del Real Decreto-ley por sequía, junto a las ayudas de 355 M€ para los ganaderos de carne y de leche extensivos por la ausencia de pastos y el incremento de los costes de alimentación (piensos, paja y forraje) por la sequía y la guerra de Ucrania, cuyo reparto ya fue decidido (no sin críticas por las OPAs también) en el momento de la publicación de esta normativa y cuya concesión se prevé antes de que termine a mediados de junio el actual ejercicio financiero de la UE.