La UNIÓ denuncia la entrada de cítricos con pesticidas prohibidos en la UE y exige controles más estrictos
Los dos primeros meses del año prosiguen con la tendencia de entrada de cítricos en la Unión Europea procedentes de países terceros que no respetan la normativa comunitaria en materia de fitosanitarios. A lo largo de enero y febrero, el sistema europeo de alertas en alimentos Rasff ha detectado otras 17 interceptaciones de cítricos (9 en enero y 8 en febrero) que contenían materias activas no autorizadas en la Unión Europea o por superar el Límite Máximo de Residuos Autorizado (LMR), según la Unió Llauradora.
De esta cifra de interceptaciones, 8 procedían de Egipto y 3 de Turquía, lo que representa que el 65% del total provenía de estos dos países. Por ejemplo, en febrero, mes donde Egipto refuerza sus importaciones de naranjas al mercado europeo y compiten con las nuestras a unos precios realmente muy bajos, este país concentra 6 de las 8 detecciones.
Si se analizan estas 6 materias activas rechazadas a los cítricos egipcios, que son dimetoato, clorprofam, fentoato y profenofos, se concluye que todas ellas son materias activas cuyo uso no está autorizado para los productores de la Unión Europea, por lo que se trata de una clara competencia desleal y un potencial peligro sanitario para las personas consumidoras.
Frente a esta situación, la UNIÓ propone a la Comisión Europea un aumento al 50% del control de identidad y físicos a las frutas y hortalizas de los países con mayor número de intercepciones como son Turquía y Egipto. Y para que resulten efectivos reclama que se amplíe el período de estas medidas a un año. Si durante cualquiera de los meses de este período, se observa un incremento del 5% de las alertas en algún producto, la organización plantea el cierre de las importaciones de estos países y de los productos agrícolas con restos de pesticidas no autorizados en la UE o que superen los LMR establecidos.
La organización reitera la necesidad de establecer mecanismos de reciprocidad en los estándares de producción entre los productos importados y europeos. “Se habla mucho pero continuamos sin las cláusulas espejo y sin ningún tipo de compromiso tampoco de reducción de materias activas en terceros países como se lleva a cabo en la Unión Europea”, indica Carles Peris, secretario general de La UNIÓ.
La UNIÓ insiste en que los productos importados cumplan con los mismos estándares de producción que los que se exige a los agricultores europeos. “Nosotros realizamos verdaderos esfuerzos en la reducción del uso de pesticidas que nos han provocado más dificultades para controlar las plagas y mayores costes productivos que debemos asumir, como por ejemplo el control del trips sudafricano nos supone un aumento de los gastos del 40%, mientras los cítricos importados tienen alfombra roja para entrar sin respetar los estándares productivos que nos exigen las autoridades de la Comisión Europea”, sentencia la UNIÓ.