La Unión de Uniones pide a la CNMC que investigue los abusos en los precios en origen
La organización agraria Unión de Uniones denuncia que desde hace años se está produciendo en en España una situación de agravio importante para la agricultura productora de determinados sectores, especialmente del aceite de oliva, los frutos secos y el vino, ya que son los que reciben los precios más bajos en origen de los países de la Unión Europea, y en algunos casos, del resto del mundo.
Para la organización, el hecho de que productos de la misma calidad comercial obtengan en el mercado español precios significativamente más bajos que en el resto de países productores es un indicio claro de que los diferentes agentes que actúan, como la gran distribución y sectores de la agroindustria, alteran la competencia del mercado agroalimentario. Estos indicios son suficientemente contundentes para que las administraciones competentes, como la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, inicien de oficio una investigación sobre este comportamiento anómalo del mercado.
En el caso del vino, los datos de la Comisión Europea ponen de manifiesto que desde el año 2002 hasta el 2012 los precios del vino tinto pagado al productor de España en euros por grado alcohólico volumétrico (€ / ºvol / Hl) han estado prácticamente siempre, por debajo del precio del mismo vino producido en Italia, y muy por debajo del precio del mismo vino producido en Francia, con diferencias que han llegado a ser del 100% (2,5 € / ºvol / Hl de diferencia).
En el caso del vino blanco, los precios en España aún han sido más constantes en su bajo nivel, siempre por debajo de los precios italiano y francés desde el año 2000 hasta el 2012. El precio del vino blanco francés en productor se ha ido pagando de 3 a 5,5 € / ºvol / Hl; en Italia, de 2,3 a 5,25 € / ºvol / Hl, y finalmente, en España, de 1,6 a 3,8 € / ºvol / Hl, con precios, por tanto, en Francia y Italia, que han multiplicado por dos y por tres las cotizaciones españolas.
En cuanto al aceite de oliva, según datos recogidos por el Comité Oleícola Internacional (COI), de los precios pagados a los oleicultores en Italia, Grecia, Túnez y España durante las campañas 2012-2013 y 2014-2015, el precio del aceite de oliva virgen extra en España se ha situado siempre muy por debajo del precio italiano, y la diferencia se ha ido agravando.
En gran parte de este periodo se ha situado por debajo del precio de Túnez, y en la campaña 2013-2014, también se situó por debajo del precio de Grecia; por lo tanto, resultó el precio más bajo de todo el mundo en aquella campaña.
En cuanto a los frutos secos, aunque en determinados períodos el precio de la almendra española se ha situado por debajo del precio de la proveniente de Estados Unidos, la avellana es el producto que sufre una mayor disfunción de su mercado.
De acuerdo con los datos publicados por diferentes lonjas de Turquía, el precio de la Lonja de Reus y el precio medio de la avellana en origen publicado por el Instituto de Servicio por el Mercado Agroalimentario de la administración italiana, se puede comprobar cómo desde 2012 hasta la actualidad el precio de la avellana, según la Lonja de Reus, siempre ha estado por debajo del precio de Turquía y del precio de Italia. Las diferencias han oscilado entre el 20% y el 60% y se han agravado especialmente en esta última campaña 2014 hasta 2015, con desfases de 2,5 € /Kg.
Por todo ello, la Unión de Uniones pide a las administraciones competentes que investiguen la posible alteración de la competencia del mercado de los agentes que actúan en los del aceite de oliva, el vino y la avellana, que afectan directamente en la agricultura y que impiden a los agricultores rentabilizar adecuadamente sus explotaciones y llevar a cabo la innovación necesaria para su futuro.
Precisamente, la petición de unos precios justos para el sector, es una de las reivindicaciones de la Unión de Uniones para la manifestación que se ha convocado en Madrid el próximo 26 de marzo. Se espera que alrededor de 6.000 agricultores y ganaderos de toda España acudan a la capital a defender la rentabilidad de sus explotaciones y solicitar al Magrama que cambie el modelo de aplicación de la PAC en nuestro país para que solo se beneficien de ella los verdaderos profesionales del sector.