Las existencias de aceite de oliva en poder de la industria envasadora y otros operadores y comercializadores superaron a finales de junio, con un volumen de casi 245.000 toneladas, el stock que quedaba en las almazaras, que bajó a 204.234 toneladas, según el avance de datos comunicados por la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA).
El mercado, mientras tanto, continúa adaptándose a la oferta disponible y durante el pasado mes se estima que se habrían comercializado en torno a 86.000 toneladas de aceite de oliva, incluidas importaciones, de las cuales, unas 26.160 t corresponden a la demanda interior aparente, con un acumulado en los tres primeros trimestres de 2022/23 de apenas 276.280 toneladas, y otras 56.840 t serían exportaciones, que sumarían 538.520 toneladas. En total, las salidas en estos nueve primeros meses de la campaña actual sumarían 814.800 toneladas.
El mercado, mientras tanto, continúa adaptándose a la oferta disponible y durante el pasado mes se estima que se habrían comercializado en torno a 86.000 toneladas de aceite de oliva, incluidas importaciones, de las cuales, unas 26.160 t corresponden a la demanda interior aparente, con un acumulado en los tres primeros trimestres de 2022/23 de apenas 276.280 toneladas, y otras 56.840 t serían exportaciones, que sumarían 538.520 toneladas. En total, las salidas en estos nueve primeros meses de la campaña actual sumarían 814.800 toneladas.
Aún así en junio, la AICA suma una producción de aceite de oliva de casi 395 toneladas, lo que lleva el acumulado a rozar casi las 663.000 toneladas.
Por su parte, las importaciones estimadas de aceite de oliva se estiman en junio en unas 12.000 t, a falta de confirmación con los datos más consolidados, con lo que durante estas tres cuartas partes de campaña se habrían ya importado del exterior unas 153.700 toneladas.
La suma de existencias a 1 de octubre de 2022, de producción en la campaña y de importaciones, da lugar a una oferta disponible de aceite de oliva en la vigente campaña 2022/23 de 1.271.250 toneladas, frente a unas salidas de 814.700 t, con lo que el stock a finales del pasado mes se reduciría a solo 456.450 toneladas.
De este volumen, las almazaras habrían reducido su oferta en junio en unas 58.902 toneladas, las envasadoras contarían con 18.870 t menos que en el mes anterior y en los depósitos de la Fundación Patrimonio Comunal Olivarero quedarían unas 7.228 t, unas 590 t menos que entonces.
La preocupación, no obstante, se ha trasladado ya a lo que vaya a suceder en la campaña 2023/24, que se iniciará oficialmente el próximo 1 de octubre, dada la incertidumbre existente ante la sequía y la falta de precipitaciones, que acusan principalmente los olivares de secano.
La sensación del propio sector oleícola es que si se repite más o menos el volumen de producción de la campaña actual podríamos “darnos con un canto en los dientes”, pero nadie se atreve aún a poner cifras, puesto que quedan aún meses por delante y la situación podría cambiar a mejor o incluso todavía a peor.
Donde sí se están empezando a producir cambios es el traslado de la firmeza de los precios en origen a los lineales, con nuevas subidas de los Precios de Venta al Público (PVP) de entorno al 8%, según destaca la publicación especializada Olimerca.
La distribución ha vuelto a repercutir las cotizaciones en origen en el precio del aceite de oliva a los consumidores, de manera que el precio del aceite refinado más virgen, se sitúa en los 5,85 € litro en prácticamente todos los centros comerciales, salvo en Carrefour donde se mantenía algo por debajo, en los 5,35 €/litro.
En aceite de oliva virgen, el PVP más común en los lineales se situó en junio en unos 5,90 €/litro (Ahorramás, Mercadona), llegando a 5,95 en DIA; a 6,65 €/l en Hipercor o a 5,89 €/l en Carrefour.
Los PVP más habituales en los aceites de oliva virgen extra (AOVEs) eran en todos estos grupos de la distribución de unos 6,45 €/litro, mientras que en Hipercor subía hasta los 6,94 €/litro.
Por su parte, la distancia con el aceite de girasol se ampliaba aún más, ya que éste se presentaba en los lineales a una media de 1,55 €/litro. Es decir, como señala Olimerca, por el precio de una botella de litro de aceite de oliva podían adquirirse casi 4 de aceite de girasol.
El sector productor y comercializador oleícola se muestra preocupado ante estos niveles de precios del aceite de oliva, en los que no se ve freno y que podrían continuar al alza, debido a una oferta que se estima bastante escasa. Precios en origen y destino no vistos hasta ahora en nuestro país, con el temor de que los consumidores vayan trasladando sus preferencias y decantándose hacia otros tipos de aceites y grasas vegetales, como el de girasol, soja o colza.