El Ministerio de Agricultura prevé que las importaciones de cereales en la actual campaña 2022/23, que concluye este 30 de junio, estén en torno a los 18,86 millones de toneladas, superando, por tanto, una producción que, debido a la sequía, fue el pasado año de apenas 18,2 millones de toneladas.
Con bastante probabilidad, además, las importaciones de cereales, debido a la demanda interna destinada principalmente a la fabricación de piensos para el sector ganadero y a la grave sequía que sufre el campo español, superarán en la nueva campaña 2023/24 a la cosecha nacional, no descartándose que las necesidades se eleven por encima de los 20 millones de toneladas.
Con bastante probabilidad, además, las importaciones de cereales, debido a la demanda interna destinada principalmente a la fabricación de piensos para el sector ganadero y a la grave sequía que sufre el campo español, superarán en la nueva campaña 2023/24 a la cosecha nacional, no descartándose que las necesidades se eleven por encima de los 20 millones de toneladas.
Según el último balance provisional de 2022/23, realizado con la colaboración de expertos del sector cerealista, el volumen importado de grano será un 18% y casi 2,9 millones superior a las importaciones de la campaña anterior 2021/22, que se elevaron a casi 15,98 Mt, frente a una cosecha de casi 23,91 millones.
De la cantidad importada, más de la mitad (55,7%) correspondería a maíz, con 10,5 Mt; otro 29,2% y 5,5 Mt a trigo blando; casi un 10,1% y 1,9 Mt a cebada, junto a volúmenes inferiores de trigo duro (300.000 t); triticale (250.000 t); centeno (170.000 t); avena (170.000 t) y sorgo (96.600 t).
En el balance provisional del MAPA de la actual campaña 2022/23, la superficie sembrada fue de 5.695.500 hectáreas, un 3,3% y 196.200 ha menos que en la anterior, con unos rendimientos medios previstos para el conjunto de cereales de apenas 3.200 kg/ha, frente a los 4.100 kg/ha de la campaña anterior, es decir, casi un 22% y 900 kg/ha menos.
La producción de cereales de la actual campaña es de 18.191.400 toneladas, un 23,9% y 5,71 millones menos que la precedente.
De este volumen, unos 6,69 Mt serían de cebada; otros 5,47 Mt corresponderían a trigo blando; 3,78 Mt a maíz grano; 807.700 t a avena; 599.700 t a triticale; 188.100 t a centeno; Y 14.400 t a sorgo.
Las disponibilidades totales de cereales se elevaron a cerca de 39 Mt en 2022/23
Junto a unas existencias iniciales de 2,8 Mt ( 1,13 Mt de maíz; 797.000 t de cebada; 767.400 t de trigo blando; 47.400 t de trigo duro; 17.200 t de centeno; 15.400 t de avena; 13.400 t de triticale, y 12.300 t de sorgo) y unas importaciones de 18,86 Mt, las disponibilidades totales de grano en la campaña se elevaron a 38,86 millones de toneladas, un 9,65% y 4,2 millones menos que en la campaña anterior.
El consumo interno estimado en este balance suma 35,85 Mt (-8,07% respecto a 2021/22), de los cuales 26,35 millones (-10,88%) habrían ido a alimentación animal; otros 5,085 Mt (+1,02%) a alimentación humana; 1,02 millones (-1,9%) a semillas; casi 3,28 millones (similar a 2021/22) a usos industriales, de los cuales 1,2 millones a la producción de bioetanol, y casi 120.000 t se califican como pérdidas.
Las exportaciones se prevé que sean de apenas 666.700 toneladas (-47,5%) con lo que las utilizaciones totales sumarían 36,52 Mt, quedando un remanente a 30 de junio próximo de 3,33 millones de toneladas, un 18,9% y 530.000 t más, debido a cierta retención de grano por parte de los tenedores del mismo (agricultores, almacenistas y cooperativas) ante la problemática situación que se presenta en la próxima campaña de comercialización 2023/24, que comenzará el 1 de julio.
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