Lorenzo Ramos, secretario general de UPA: “Demandamos comprensión, respeto y apoyo”
Miguel Ángel Mainar
Las organizaciones agrarias españolas esperan cambios importantes en las políticas agrarias a todos los niveles tras la gran respuesta que los agricultores y ganaderos han dado a la llamada movilizadora que se ha producido de forma generalizada en Europa. En Agronegocios les hemos pedido una primera reflexión sobre algunas de las cuestiones de las que se ha hablado más en las últimas semanas.
¿Qué tienen en común las movilizaciones de España con las del resto de Europa?
Es evidente que hay un malestar común a todas las movilizaciones que se están sucediendo en Europa. Estamos llevando a cabo un proceso de movilizaciones con múltiples causas y reivindicaciones diversas que deben ser atendidas por las Administraciones a muy distintos niveles. El descontento surge en gran medida de la incomprensión y de la gran incertidumbre que hay respecto al futuro. Si tenemos que buscar elementos comunes serían la demanda de comprensión, respeto y apoyo por parte de las Administraciones.
¿Qué circunstancias o problemas son netamente españoles?
En España llevamos varias campañas muy malas en el campo, con un encarecimiento muy grande de los costes de producción a partir de la invasión de Ucrania y con unas condiciones climáticas extremas y muy perjudiciales para la producción de alimentos que se ha cebado especialmente con cultivos de secano como los cereales, el olivar y el viñedo. A todo ello se ha sumado la entrada en vigor de una nueva PAC, que incorpora nuevas exigencias que son complejas de alcanzar en muchos casos, especialmente en este contexto de cambio climático.
En 2020 logramos reformar la ley de la cadena alimentaria, pero sus efectos aún no son percibidos con todo el potencial que creemos que tiene esta ley. Por eso estamos pidiendo una aplicación más estricta para evitar los abusos en la cadena que se siguen produciendo.
¿La chispa que lanzó a los agricultores españoles a la carretera fue espontánea u orquestada?
Este proceso de movilizaciones está sacando a la calle a miles de agricultores y ganaderos en toda España. El colectivo es diverso. Cada agricultor o ganadero tiene sus ideas políticas y pertenece a una u otra organización o no pertenece a ninguna. Considero que es algo normal, totalmente respetable y lógico en una sociedad democrática madura como la nuestra.
¿Les pilló a ustedes por sorpresa y con escasa capacidad de reacción?
UPA tiene cuarenta años de vida y en estas cuatro décadas ha liderado y participado en todos los grandes procesos de movilizaciones del campo español. Este no está siendo una excepción. Los agricultores deben saber que algunas de las reformas que hoy damos por hechas, como la devolución del Impuesto Especial de Hidrocarburos o las ayudas para jóvenes y mujeres no existirían si no fuera por el trabajo realizado en todos estos años. Creo que este proceso de movilizaciones tendrá como resultado reformas estructurales que mejorarán las condiciones de vida y trabajo para todos los agricultores y ganaderos europeos.
¿Temen el surgimiento de alguna nueva organización agraria a partir de este movimiento?
Nosotros no podemos temer que haya organizaciones que articulen y canalicen las demandas de nuestro sector. ¿Cómo vamos a temer algo así? Es a lo que nosotros nos dedicamos y por lo que luchamos las decenas de miles de personas que formamos la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos. Ahora bien, sí lamento que haya ciertos grupos u organizaciones que nos acusen injustamente, mintiendo y desinformando, para crecer a costa nuestra. Es una actitud hipócrita que estoy seguro no convence a una mayoría de agricultores y ganaderos.
¿Tienen que modificar las OPA sus estrategias y actividades en algún sentido?
UPA es una organización plenamente democrática y con una estructura federal de trabajo donde las decisiones se toman de abajo hacia arriba. Creo que no hay ninguna organización agraria tan estructurada, organizada y transparente como esta.
Con respecto a nuestras actividades, me gustaría recordar y reconocer el trabajo que desempeñamos en nuestras oficinas en pueblos y ciudades de toda España. Nuestros trabajadores y trabajadoras son luchadores incansables por los agricultores y ganaderos. Les apoyan y ayudan cada día en la tramitación de ayudas, en la realización de trámites administrativos de todo tipo y en la interlocución con todas las Administraciones. Estoy muy orgulloso de que seamos una herramienta útil para nuestros más de 80.000 afiliados y afiliadas.
¿La respuesta del MAPA y sus propuestas de mejora son un buen camino para solucionar el conflicto?
Estamos viendo pasos adelante, pero aún faltan otros por dar. Ya estamos escuchando que medidas que nos decían que eran irrealizables hace unos meses ahora están cerca de ser una realidad. Las propuestas del MAPA son un buen comienzo para resolver el conflicto, pero son eso, un comienzo.
¿Creen que es posible garantizar precios justos desde la política y la Administración?
Llevamos muchos años luchando para mejorar nuestra posición en la cadena alimentaria y debemos reconocer que la situación es mucho mejor hoy de lo que lo era hace una década. Fuimos la primera organización en luchar por los “precios justos para nuestros productos”, que fue un lema al que luego se sumó todo el sector. Hoy tenemos una ley que prohíbe la venta a pérdidas, que limita plazos de pago, que impone sanciones que se hacen públicas… Esto no existía hace cuatro años. Por eso no me gusta cuando escucho que la ley no sirve para nada, porque no es verdad. Pero sí es cierto que hace falta tiempo y una mayor vigilancia por parte de todas las administraciones para que sea aún más eficaz.
¿No consideran que las cláusulas espejo perjudicarán a los sectores exportadores?
No lo creo. España es una potencia exportadora y lo seguiremos siendo. Nuestro éxito en los mercados fuera de nuestras fronteras se basa en la calidad y la competitividad, por eso exigimos unas cláusulas que permitan proteger nuestro modelo productivo, que obviamente tiene unos mayores costes que el de aquellos países en los que las técnicas de producción son más discutibles, por las sustancias que utilizan o por las condiciones laborales de sus trabajadores. Las cláusulas espejo son un compromiso irrenunciable para nosotros y esperamos que los Estados miembros de la UE actúen con lógica y lo impongan.
¿Habrá movilizaciones hasta la celebración de las elecciones europeas?
En UPA estamos en un proceso de movilización permanente en la defensa de nuestro sector y de las explotaciones familiares, que son a las que representamos. La cercanía de las elecciones europeas hace que los partidos se vuelvan más sensibles y escuchen más nuestras propuestas. Es lo que tiene la democracia. Nuestro trabajo es reivindicar con contundencia, proponer con inteligencia y negociar con audacia para lograr nuestro objetivo: proteger, ayudar y apoyar a los pequeños y medianos agricultores y ganaderos.