La organización ASAJA de Castilla y León (ASAJACyL) respondió que «ante la caída, o al menos estancamiento, en la producción de leche de oveja y de cabra, que constata la patronal de las industrias lácteas (FENIL) en su barómetro del sector de diciembre, y que la patronal achaca a una “falta de competitividad” del sector primario, la causa son los bajos precios percibidos por los ganaderos en los últimos años, que han desincentivado poder seguir creciendo e invirtiendo en las ganaderías.
Según ASAJACyL, las fábricas de queso que operan en Castilla y León, receptoras de más del 55% de la leche de oveja que se comercializa en España, han sido cicateras con el precio durante años, poniendo en muchos casos a los productores al borde de la quiebra, lo que ha obstaculizado la inversión en la modernización de las ganaderías y sobre todo en su redimensionamiento.
Según ASAJACyL, las fábricas de queso que operan en Castilla y León, receptoras de más del 55% de la leche de oveja que se comercializa en España, han sido cicateras con el precio durante años, poniendo en muchos casos a los productores al borde de la quiebra, lo que ha obstaculizado la inversión en la modernización de las ganaderías y sobre todo en su redimensionamiento.
Pero lo peor de todo, añade esta organización agraria, es que «el desánimo ha llevado a que, contrariamente a otros subsectores de la Agricultura y la Ganadería, en el de la producción de leche de oveja y cabra apenas ha habido incorporación de jóvenes en los últimos 15 años. Es decir, se trata de un sector con el colectivo muy envejecido, en el que no está garantizado un mínimo relevo generacional, que permita al menos mantener censos y producciones.»
ASAJACyL lleva constatando un desabastecimiento de leche de estas especies ganadeas, del que ya había alertado hace mucho tiempo, que es el principal motivo que ha provocado un contexto alcista de los precios que, en los últimos meses, ha permitido salir de la situación de pérdidas a la mayoría de las ganaderías.
Si la industria láctea en su conjunto mantiene la situación de mercado actual con ciertas garantías de permanencia, añade esta organización, los productores irán reinvirtiendo en el propio sector sus beneficios, como siempre han hecho, modernizando y redimensionando las explotaciones, y quizás vuelva a ser atractivo para una parte de los jóvenes que cada año se incorporan al campo.»
ASAJACyL devuelve la crítica a las industrias, que objetivamente no son competitivas, ya que en todos estos años han sido ellas las que no han reinvertido sus beneficios, no han ganado en tamaño, ni han crecido, ni se han fusionado.
Por el contrario, según esta organización agraria, » han apostado por la leche barata y de peor calidad de importación y, además, no han sido innovadoras, no han apostado por acuerdos interprofesionales, y tampoco han sido capaces de abrir mercados dentro y fuera de la Unión Europea».
Por su parte, la Federación Nacional de Industrias Lácteas (FeNIL) insiste en la segunda edición del Barómetro del sector lácteo en que el liderazgo de España en el ovino y el caprino de leche se ve amenazado por la falta de competitividad y por los nuevos modelos de producción de nuestros competidores europeos.
La patronal empresarial láctea señala que «España ha sido históricamente uno de los líderes europeos en producción de leche de oveja y cabra, pero el sector atraviesa actualmente una situación muy compleja. Aunque los ganaderos de ovino y caprino de leche están percibiendo precios récord por la materia prima, la producción nacional está disminuyendo, influenciada por una serie de factores estructurales y sociales que van más allá del precio. En este marco, países con nuevos modelos productivos, como es el caso de Holanda en el caprino de leche, están poniendo en riesgo el liderazgo de España.
Para FeNIL, en el actual contexto inflacionista, la entrada masiva de más de 300.000 toneladas al año de quesos de bajo valor añadido de países del Norte de Europa pone en jaque al sector quesero nacional.»
Y añade que «los quesos tradicionales españoles pierden posiciones en los estantes de los supermercados y en las cestas de las familias, pero también en mercados exteriores como Estados Unidos, Reino Unido o Australia. Y esta situación tiene un claro damnificado: el queso tradicional español elaborado con leche pura de oveja, cabra o mezclas.»
En opinión de Luis Calabozo, director general de FeNIL, «el precio, aunque crucial, no es el único factor que explica la evolución de la producción de leche como materia prima. Sin duda alguna, aspectos estructurales y sociales como la falta de relevo generacional en las granjas o las nuevas exigencias europeas en materia de sostenibilidad medioambiental van a determinar el futuro de la ganadería española de ovino y caprino de leche, y de la industria quesera de nuestro país. La mejora de la competitividad a lo largo de toda la cadena, la colaboración de las Administraciones y la toma de conciencia por parte del consumidor son esenciales para afrontar los retos presentes y futuros”.
Calabozo añadió que “es fundamental que los consumidores opten por quesos elaborados en nuestro país, ya que ello tiene un impacto vital en la economía de las zonas rurales. Apoyar hoy a nuestro sector productor y transformador eligiendo quesos españoles implica preservar nuestro patrimonio quesero y la cultura e identidad gastronómica de nuestro país”.
Acceda a la segunda edición del Barómetro del sector lácteo aquí.