Los fabricantes de insumos, del lado de los agricultores, ponen el foco en las exigencias ambientales de la Unión Europea
Entre las reivindicaciones de los agricultores que llevan manifestándose desde comienzos de esta semana en todo el país, se encuentra en un lugar muy destacado la escalada de los precios de los insumos, que ya estaban altos antes de la invasión rusa de Ucrania, y se dispararon con el conflicto bélico. Hablamos con las asociaciones de fabricantes de fertilizantes (Anffe), de fitosanitarios (Aepla) y de maquinaria agrícola (Ansemat), sobre lo que está pasando.
“El sector agrario está tan acostumbrado a aceptar requisitos legislativos cambiantes y aleatorios, a cambio de unas pobres ayudas económicas, que resulta intrigante que haya tardado tanto tiempo en movilizarse”, nos comentan desde la Asociación Nacional de Maquinaria Agropecuaria y Espacios Verdes (Ansemat).
Y añaden: “Durante décadas se han aceptado una y otra vez los cambios que se proponen en Bruselas a cambio de unas ayudas que no sólo no aumentan, sino que requieren cambios en los modelos productivos que menoscaban la rentabilidad de las explotaciones. Cuando estos cambios aprietan hasta ahogar es completamente lícito hacer todo lo posible para sobrevivir”. Una opinión compartida por la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (Aepla), que agrupa a los fabricantes de productos fitosanitarios, y que considera que los agricultores deben ser partícipes de las políticas que les afectan.
Desde la Asociación Nacional de Fabricantes de Fertilizantes (Anffe) ponen de relieve la labor que los agricultores han realizado, suministrando alimentos seguros, de calidad y a precios asequibles, incluso en los peores momentos de nuestra historia, como fue la pandemia del Covid-19. “Por eso, en estos momentos de especial preocupación para el sector primario, no podemos dejar de estar a su lado, mostrándoles nuestro apoyo”, apuntan. Y añaden: “Las políticas climáticas de la Comisión están agravando la situación, imponiendo unos estrictos requisitos medioambientales que están provocando un incremento muy importante de las cargas burocráticas, de los costes de producción y causando un trato discriminatorio frente a los países terceros, que no se ven sometidos a los mismos requerimientos”.
“Además, este objetivo climático de la UE se propone en un contexto económico y geopolítico particularmente severo, donde el liderazgo europeo, basado en la innovación, la mano de obra cualificada y la creación de valor añadido, se ve socavado por los altos precios de la energía, una desaceleración de la economía, cuellos de botella en las cadenas de valor y la falta de equidad en la competencia a nivel internacional. Europa necesita, por tanto, un marco integral, que tenga en cuenta también el contexto geopolítico”, concluyen desde Anffe.
Medidas
Entre las medidas que se pueden implementar para mejorar la situación del sector en Aepla consideran razonable la retirada del Reglamento de Uso Sostenible de Fitosanitarios, y que la vía para construir pasa por dialogar sobre cómo mejorar el uso, “tal como se hizo en España al arrancar la Directiva de Usos Sostenible que dio lugar al Real Decreto 1311, con la participación de todo el sector”.
Desde Anffe recuerdan que su industria “se enfrenta actualmente a precios altos y volátiles del gas y a crecientes importaciones, intensivas en carbono”, que impactan negativamente también en su competitividad, “provocando en algunos casos la paralización de la producción y la pérdida de empleos”.
Los productores europeos de fertilizantes tienen el objetivo claro de reducir sus emisiones, “pero esta transición no se podrá materializar sin una estrecha colaboración y apoyo mutuo entre los diferentes sectores implicados y sin un soporte financiero sustancial a éstos. Por ello, la política climática de la UE debe ir acompañada, en nuestro caso, de una política industrial adecuada, apoyando, entre otras cosas, el acceso a energías renovables con bajas emisiones de carbono asequibles y desarrollando un marco regulatorio de apoyo”.
E inciden en un punto muy interesante: “La transición hacia la neutralidad climática de todos los sectores productivos sólo es viable en el contexto de una competencia justa a nivel internacional, por lo que la UE debería fortalecer sus instrumentos políticos para garantizar la igualdad de condiciones. En ausencia de una regulación climática equivalente por parte de terceros países, el enfoque europeo basado en objetivos unilaterales es insuficiente y discriminatorio”.
Para Ansemat el sector agrario lleva años sumido en una trampa de renta como consecuencia de la política medioambiental europea, “y es triste que no hayan saltado todas las alarmas en Bruselas tras la última actualización del informe OCDE/FAO relativo al panorama agrícola hasta 2032, en el que se señala a la Unión Europea como la única región en todo el mundo donde no se estima un crecimiento de la producción agraria debido a las restricciones medioambientales que se imponen no solo a agricultores y ganaderos sino a proveedores de medios de producción, como es el caso de la maquinaria agrícola”.
Ansemat lleva años analizando las consecuencias reales de la implementación de políticas de Bruselas, “y el resultado es siempre el mismo: los incrementos de costes que conlleva el cumplimiento legislativo provocan una reducción de la rentabilidad de aquellas explotaciones que pueden asumir dichos aumentos de precios de la maquinaria, y causan un aumento del mercado de maquinaria usada, convirtiendo en ineficientes las medidas políticas”.
La maquinaria agrícola contribuye enormemente en la rentabilidad de las explotaciones, al optimizar la distribución de insumos y las labores agrícolas, mejorar la seguridad y salud de los trabajadores, y reducir el impacto ambiental; sin embargo los requisitos legislativos que se originan en Bruselas, al comparar la maquinaria agrícola con vehículos de automoción o máquinas utilizadas en otros sectores, cuyos volúmenes de fabricación son muy superiores y absorben mejor los costes asociados al cumplimiento legislativo, hacen que los costes de los equipos agrícolas se incrementen por encima de la capacidad de inversión de las explotaciones agrarias. Son necesarios por tanto incentivos públicos para que las nuevas tecnologías se implementen adecuadamente, ya que ante la situación económica que denuncian actualmente agricultores y ganaderos la brecha entre la oferta y la demanda de maquinaria será cada vez mayor”, añaden.
Hasta cuándo
En cuanto a la duración de las protestas todos coinciden en que la solución del conflicto es compleja porque hay medidas europeas y españolas. “Ojalá se tomen decisiones necesarias para abrir una nueva forma de hacer las cosas y se cierren cuanto antes. Oír es distinto que escuchar, y escuchar no es lo mismo que atender. Y, a partir de ahí, actuar mejor que hacer promesas”, señalan desde Aepla.
En la misma línea, los fabricantes de fertilizantes apuntan que “es necesario que tanto a nivel europeo como nacional se valore la idoneidad de algunas medidas y los requisitos medioambientales que se han impuesto, los cuales afectan a la viabilidad de las explotaciones agrícolas y a la garantía de la seguridad alimentaria. Por ello, en beneficio de todos, esperamos que se tomen las medidas oportunas y que esta situación encuentre una solución viable lo más pronto posible”.
“Lo importante de esta situación es conseguir que se escuchen las reclamaciones y se entiendan los motivos –añaden desde Ansemat–. Se debe entender que el sector agrario es básico en todas las economías, y no considerarlo una moneda de cambio para otras negociaciones; y sobre todo eliminar el pensamiento de que las ayudas al sector dan vía libre para exigirle objetivos imposibles de alcanzar”.
“El sector agrario está altamente tecnificado, es consciente de su impacto ambiental, y lucha contra mentalidades condicionadas por errores del siglo pasado, que en la práctica ya han sido solventados. Esta situación durará hasta que no cambie ese concepto que se tiene de la agricultura, y se comunique a la sociedad la realidad de un sector básico para su subsistencia”.
“Lamentablemente en nuestro país no existe un mensaje claro de apoyo desde las Administraciones Públicas a un sector primario esencial que actualmente lidera las exportaciones, mejorando sustancialmente la balanza comercial y en consecuencia la economía del país, y que podría estar bastante mejor si se atendiera a las reclamaciones de agricultores y ganaderos. Los ciudadanos reciben continuamente mensajes negativos con información sesgada e incluso errónea desde los medios de comunicación generalistas, que dan voz a una clase política más preocupada por conservar su escaño que por el desarrollo del país, y sería penoso que en este momento no se aprovechara la ocasión para lograr modificar la percepción del sector”, concluyen desde la patronal de la maquinaria agrícola.