La Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore) celebró este 30 de marzo su XXI Jornada Técnica en la que su presidente, Andrés del Campo aseguró que sería más efectivo para abaratar la cesta de la compra rebajar los costes de producción en el campo que topar los precios o vigilar la cadena de valor del sector agroalimentario.
En las diferentes ponencias de la Jornada se abordó la problemática del sector del regadío ante la actual situación de sequía y se puso de manifiesto la importancia del uso de recursos no convencionales (aguas desalinizadas y regeneradas), en aquellas zonas con menores recursos (arco Mediterráneo y las Islas, principalmente) para paliar la escasez de agua.
En las diferentes ponencias de la Jornada se abordó la problemática del sector del regadío ante la actual situación de sequía y se puso de manifiesto la importancia del uso de recursos no convencionales (aguas desalinizadas y regeneradas), en aquellas zonas con menores recursos (arco Mediterráneo y las Islas, principalmente) para paliar la escasez de agua.
Diversas Comunidades de Regantes analizaron también durante esta jornada la escasez actual de agua y su gestión a través de Planes de sequía implementados en sus propias asociaciones y, asimismo, abordaron cómo con el uso de la mejor tecnología disponible y de la innovación se puede adaptar el regadío a sistemas que obtengan el máximo rendimiento de cada gota de agua.
Al respecto, Del Campo planteó al Gobierno un plan de acción política, que implique a los distintos Ministerios (Agricultura, Transición Ecológica y Hacienda), con el fin de combatir las tensiones inflacionistas sobre los alimentos, que se encuentran en el entorno del 15% -máximos históricos- y que, estima, seguirán subiendo en los próximos meses, tal y como alertó recientemente el Banco de España.
En este escenario, esta Federación, que representa a más de medio millón de agricultores y a más de 2 millones de hectáreas de cultivos, reclama voluntad política para alejarse de la batalla partidista por las medidas intervencionistas y el seguimiento de los márgenes empresariales, a fin de focalizarse en garantizar la producción de alimentos.
En sus propuestas, los regantes piden al Gobierno que refuerce el agua en la agenda política, después de que en las últimas legislaturas sus competencias “hayan ido dando tumbos por diferentes carteras ministeriales” (Agricultura, Medio Ambiente y la actual Transición Ecológica), sin que se hayan adoptado las decisiones necesarias para garantizar el riego durante los próximos años, algo que amenaza seriamente la producción y podría seguir impulsando el precio de los alimentos.
Para Del Campo, “el Gobierno confía en que la bajada del IVA aplicada sobre algunos alimentos desde enero u otras medidas adoptadas para mitigar la inflación todavía tienen recorrido, pese a admitir que los resultados no han sido los esperados. En cambio, los agricultores sabemos que si nos abaratan los costes de producción, se retoman las inversiones en infraestructuras y se avanza en el proceso de modernización, podremos aumentar la oferta productiva de forma significativa, lo que servirá, sin duda, para que la cesta de la compra deje de ser la mayor preocupación de las familias españolas”.
Entre las demandas de Fenacore, destaca, en primer lugar, que el Miterd elabore, apruebe y promulgue la norma reglamentaria que, en un plazo de seis meses como máximo, debe regular una modalidad de contrato de acceso para regadío, que contemple la posibilidad de disponer de dos potencias diferentes a lo largo de 12 meses, en función de la necesidad de suministro para esta actividad; máxime teniendo en cuenta, según esta Federación, la reciente Sentencia del Tribunal Supremo que señala al Gobierno por incumplir lo dispuesto en la Ley de Presupuestos de 2021 y no haber desarrollado un contrato eléctrico de doble tarifa para regadío en el plazo previsto en la norma.
En segundo término, los regantes reiteran su petición al Ministerio de Hacienda para que rebaje el IVA al 5%, un tipo de gravamen que actualmente soportan todos los suministros domésticos. Esta rebaja ayudaría a los regantes a abaratar más de un 30% su factura eléctrica, siempre y cuando la medida se acompañara de la posibilidad de contratar dos potencias eléctricas al año.
Según Fenacore, en la actual coyuntura del sector agrario, dicho abaratamiento es más necesario que nunca, puesto que el recibo de luz de los regantes se incrementó más de un 600% en el último año.
Por último, Fenacore pide la asignación de más fondos europeos al MAPA para avanzar en el proceso de modernización y mayor eficiencia de los regadíos (producir más alimentos usando menos agua y energía), a pesar de que ya casi 8 de cada 10 hectáreas regadas son de bajo consumo de agua, y hace que el regadío español sea uno de los más avanzados y un referente a nivel internacional.
Durante la Jornada de Fenacore se puso también de manifiesto la importancia que tiene impulsar medidas de contingencia frente a las tensiones geopolíticas a nivel mundial. Tanto la pandemia, como la guerra en Ucrania han disparado la incertidumbre, por lo que el Gobierno debería desarrollar un plan de acción integral para aumentar la producción nacional y blindar el abastecimiento de alimentos ante posibles rupturas de las cadenas globales de suministro.
Este Plan de acción exigiría dar un giro radical a la planificación hidrológica, ya que ésta no garantiza en la actualidad el agua para riego y, además, sigue sin cubrir el déficit de inversiones en infraestructuras y obras de regulación.
Los regantes afirman el Plan contribuiría también a evitar la despoblación de la España rural y a reforzar la lucha contra el cambio climático: objetivos prioritarios del Plan de Recuperación que competen al Miterd, de quien también dependen los planes hidrológicos.
Por último, en un año que viene marcado por la sequía, esta Federación remarca que ninguna población en España sufrirá restricciones de agua por culpa de los cultivos de regadío, como se ha difundido falsamente en otras ocasiones similares, puesto que así lo asegura ya la propia Ley de Aguas y los Planes de Sequía de las Confederaciones Hidrográficas, que establecen que, en estos casos, la prioridad de uso siempre será para el abastecimiento de la población.
En este sentido, Fenacore volvió a criticar la “demonización que está sufriendo el regadío, frente al que parecen haber orquestado una campaña de desprestigio ante la opinión pública, lo que atenta gravemente contra la supervivencia de un sector determinante para la producción de alimentos.” A su juicio, la “criminalización del regadío en época de sequías solo servirá para agravar la crisis de suministro alimentario.”
En la clausura de la XXI Jornada de Fenacore, intervinieron por parte del MAPA, la directora general de Desarrollo Rural, Innovación y Formación Agroalimentaria, Isabel Bombal, y el secretario general de Agricultura y Alimentación, Fernando Miranda.
Ambos recalcaron el firme compromiso del Gobierno con los regadíos sostenibles, que son la clave para garantizar la seguridad alimentaria, contribuir a fortalecer el sector agroalimentario español y reforzar la cohesión territorial y social donde se ubican en las zonas rurales.
Al respecto, el MAPA ha planificado ya un paquete de inversiones en modernización de regadíos, que es el más alto de la historia, con más de 2.100 M€ hasta el año 2027, y que supone también la mayor inversión público-privada que se ha realizado hasta la fecha a favor de la mejora de su sostenibilidad.
El secretario general de Agricultura y Alimentación destacó la importancia de continuar en estos próximos años con una política de regadíos, basada en la modernización sostenible de las infraestructuras y en la incorporación de las nuevas tecnologías digitales, que permitan hacer frente a los desafíos futuros de escasez del recurso y a la necesidad de mantener la buena calidad del agua.
Por su parte, la directora general de Desarrollo Rural, Innovación y Formación Agroalimentaria, Isabel Bombal, fue al detalle de las inversiones en modernización de regadíos ya en marcha o que van a llevar a cabo el MAPA con los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), que permitirán hacer uso de este recurso para disminuir el consumo de aguas superficiales o subterráneas, un aspecto fundamental de cara a los próximos años.
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