La Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore) urge al Gobierno a aprobar un Decreto-ley de Sequía para paliar el drama actual del sector agrario, puesto que en algunas zonas regables sólo se dispone del 20% del agua necesaria para desarrollar la actividad.
El secretario general de Fenacore, Juan Valero de Palma, así lo manifestó durante su intervención en la Jornada de presentación de la revisión de los Planes Especiales de Sequía, celebrada en el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miterd).
El secretario general de Fenacore, Juan Valero de Palma, así lo manifestó durante su intervención en la Jornada de presentación de la revisión de los Planes Especiales de Sequía, celebrada en el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miterd).
Valero de Palma, tras insistir en la “dramática situación” por la que pasan los regantes, subrayó que hay miles de agricultores en una situación muy complicada por la falta de agua y que afrontan con gran incertidumbre cómo su medio de vida está ahora amenazado.
A su juicio, ante la sequía actual, es “muy importante que se incorporen en la gestión del agua criterios jurídicos, porque al final las sequías generan conflictos y los conflictos en un Estado de Derecho se tienen que resolver aplicando la ley, que es el instrumento para ordenar la convivencia”.
Valero de Palma consideró que hay que corregir numerosos aspectos en la normativa actual y reiteró que el Gobierno debe hacer un análisis adecuado sobre los usos del agua, que “pondere de manera equilibrada los intereses de todos y aplique las restricciones con la equidad necesaria”.
Por ello, el secretario general de Fenacore abogó por que los planes de sequía “mejoren la seguridad, la garantía y disponibilidad de agua para atender la demanda del sector agrario, ya que es su medio de vida”.
Al respecto, la Federación de Comunidades de Regantes considera necesario que se estudie caso por caso las causas de la sequía, que pueden estar relacionadas con factores múltiples, como la falta de lluvia, los efectos del cambio climático, el crecimiento de todas las demandas, la poca eficiencia en los usos, el incremento de caudales ecológicos o la menor escorrentía superficial a causa del abandono de los cultivos de secano, sobre todo en la España interior, cuya superficie forestal ha ido colonizando tierras de cultivo, que absorben más agua en la superficie.
Valero de Palma insistió una vez más que el regadío no es culpable de las restricciones de agua por la sequía, frente a quienes critican sin datos e injustamente al sector agrario y, además, reprochó que, en materia de agua, el Gobierno priorice los objetivos ambientales frente a los de los agricultores que ven amenazado su medio de vida.
En concreto, afirmó que los denominados “caudales ecológicos” han reducido un 16% de media la disponibilidad de agua en España. Y la totalidad de los “caudales ecológicos” en los embalses se obtienen exclusivamente de la escasa dotación disponible para el regadío, una situación especialmente grave en el contexto actual de sequía.