Luis Planas mantiene la cartera de ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación en el nuevo Gabinete de Sánchez
Luis Planas continúa al frente del ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en el nuevo gabinete del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras cinco años de su toma de posesión, en la que ha tenido que lidiar con una realidad muy compleja y difícil, principalmente con la negociación de la nueva PAC 2023-27, mucho más compleja y más «verde», con la pandemia de Covid-19 y con una guerra en Ucrania que ha puesto patas arriba los mercados mundiales de materias primas energéticas y alimentarias, creando enormes desafíos para garantizar la seguridad alimentaria.
En su primera reacción, tras su renovación como ministro, Planas aseguró que continuar formando parte del Gobierno central es una responsabilidad y un honor inmenso, que afrontará con compromiso y trabajo.
Al respecto, agradeció que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le haya renovado su confianza al frente de esta cartera.
A los asuntos principales aludidos se suman otros muchos como por ejemplo los efectos comerciales para el sector agrario y alimentario de la salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit), de los fuertes aumentos de los costes de producción y de los insumos por la inflación, del incremento de los aranceles de Estados Unidos, o de la mala evolución meteorológica de los últimos dos años sobre los distintos cultivos.
Luis Planas, licenciado en Derecho e inspector de Trabajo, tomó posesión de la cartera de Agricultura, Pesca y Alimentación el 7 de junio de 2018, siendo luego ratificado el 13 de enero de 2020, y mantenido en este departamento este lunes 20 de noviembre por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para una nueva legislatura.
En su carrera política, Luis Planas ha ocupado los puestos de senador, diputado nacional y del Parlamento Europeo, embajador en Marruecos y en la Unión Europea, y consejero de Agricultura de la Junta de Andalucía.
En la reforma de la PAC 2023-27 se logró una dotación financiera de más de 47.000 millones de euros, se logró incluir las políticas de género, las ayudas y los complementos para jóvenes agricultores, los pagos complementarios por aplicación de la degresividad en beneficio de las pequeñas y medianas explotaciones agrarias, la discriminación positiva en las ayudas a favor de las mujeres, la política de modernización de regadíos y la digitalización en todos los ámbitos de la actividad (incluido el Cuaderno Digital de Explotación), etcétera.
Las mayores críticas del sector agrario de puertas para afuera de esta nueva reforma se han centrado en los ecoesquemas o ecorregímenes, con la concesión de ayudas por realizar prácticas beneficiosas con el clima y el medio ambiente, que son de adscripción voluntaria para agricultores y ganaderos, pero obligatorias de poner en marcha por parte de los Gobiernos en sus planes estratégicos nacionales.
Dossieres comunitarios
Actualmente, España ocupa la presidencia semestral del Consejo de la Unión Europea en el segundo semestre de 2023 y Luis Planas se ha ocupado de intentar avanzar al menos en algunos dossieres y normas importantes para el sector, como el de las nuevas técnicas de edición genética (NTG); el uso sostenible de fitosanitarios; la renovación por otra década del uso del herbicida glifosato para el cual no existen alternativas viables o la nueva regulación comunitaria de las indicaciones geográficas de alimentos y bebidas.
La ley de medidas para la mejora del funcionamiento de la cadena alimentaria ha centrado también la legislatura de Planas, con el hito de la entrada en vigor desde el pasado mes de julio del registro electrónico de contratos alimentarios entre el sector primario y sus compradores para dar más transparencia y agilidad en la relación comercial entre ambas partes y tratar de evitar las prácticas desleales.
A todo esto se suma un sinfín de las leyes y reglamentos comunitarios y su trasposición a normativa nacional de tipo medioambiental que afectan de lleno al sector agroalimentario, como la gestión de los envases y residuos de envases ( plástico), la economía circular, la gestión del agua, bienestar animal…etc.
A nivel nacional, Planas también ha tenido que afrontar problemas de sanidad animal (viruela ovino-caprina, EHE, lengua azul…) y sanidad vegetal (plagas citrícolas importadas, Xylella, etc.).