Con el año prácticamente terminado, hacemos balance de los aspectos más relevantes de las cifras del seguro agrario. Con datos a 30 de noviembre, las primas imputadas de 2017 ascienden a 652,48 millones de euros, un 1,86% menos que en 2016, que a esa misma fecha contaba con 664,85 millones de euros.
Más de 750 M€ de indemnizaciones por la elevada siniestralidad en el campo en 2017
El número de pólizas contratadas se eleva a 353.269, un 3,39% menos que en 2016, con 365.654. Sin embargo, el valor de la producción asegurada aumenta un 3,39%, desde 10.586,49 M€, a 30 de noviembre de 2016, hasta 11.043,28 millones a la misma fecha de 2017.
Por sectores, destacan los crecimientos en primas imputadas de un gran número de seguros, algunos de los cuales cuentan tradicionalmente con peso en el volumen del negocio: en cítricos aumenta un 2,41%; uva de vino, 3,80%; seguros pecuarios, un 6,5%. Son también muy importantes los aumentos en caqui, con un 16,17%, y el conjunto de las hortalizas, con un 0,20%; frutos secos, un 32,21% más o en el seguro de falta de pastos, con un aumento en sus primas imputadas de casi un 60%.
En cambio, descienden las primas imputadas crecen en las dos líneas con mayor volumen de negocio en el sistema: los frutales (-3,86%) y los cultivos herbáceos (-20%).
La siniestralidad, en 2017 se ha disparado, con un cierre previsto de 743,69 M€, la segunda peor de la historia del seguro agrario (Nota: con la incorporación de los siniestros por exceso de frío y helada en la C.Valenciana, Murcia, Almería y Navarra en la primera semana de diciembre, que afectó sobre todo al caqui, pero también a diversas hortalizas y a cítricos, Agroseguro estima que habría que añadir alrededor de otros 20 millones más de indemnizaciones).
Adversidades
A lo largo del año se han sucedido todo tipo de fenómenos climáticos adversos, que han afectado a más de 2,20 millones de hectáreas de cultivo.
En los primeros meses del invierno, temporales acompañados de grandes precipitaciones, nevadas e intensos vientos que no solo afectaron a explotaciones agrícolas, sino que también desencadenaron un temporal marítimo que causó daños graves en granjas de acuicultura marítima. También en las islas Canarias se registraron temporales de viento que causaron daños en producciones de plátano.
En primavera, el tiempo fue muy variable. En marzo, las heladas puntuales afectaron a diversos cultivos, entre ellos la uva de vino, y hubo tormentas localizadas de pedrisco. En abril, se confirmó una situación de sequía en cultivos herbáceos, debido a escasas precipitaciones y temperaturas anormalmente elevadas.
Además, en los últimos días del mes la irrupción de una masa de aire frío causó daños intensos de helada en producciones del Norte peninsular, sobre todo uva de vino, cereales y hortalizas.
Desde el mes de mayo y a lo largo de prácticamente todo el verano destacaron las reiteradas tormentas de pedrisco que afectaron a casi todas las CC.AA. y a muchos cultivos, como tomate, frutales, uva de vino, cultivos herbáceos, hortalizas, cítricos, etc.
A lo largo del verano y durante otoño continuaron agravándose los efectos de la sequía por las altas temperaturas y la falta de lluvias, a pesar de algunas precipitaciones puntuales y tormentas de pedrisco, que causaron daños en otros cultivos, como el olivar y la colza.
En los primeros días de diciembre se ha producido una entrada de aire frío en la Península, que se ha ido desplazándose hacia el Mediterráneo, provocando daños de helada en varios cultivos de la zona (caqui, lechuga, tomate, cítricos…).
Los cultivos más afectados por todos estos eventos fueron los herbáceos (sobre todo el cereal de invierno, las leguminosas y girasol), debido a la sequía, y también por las heladas de los últimos días de abril, que también afectaron gravemente al cultivo de uva de vino.
En cereales, las altas temperaturas y la falta de precipitaciones provocaron daños muy intensos, especialmente en Castilla y León y Castilla-La Mancha, con el añadido de heladas de final de abril sobre la producción, Al final, entre los cereales de invierno y las leguminosas se recibieron partes de siniestro de 1,65 millones de hectáreas, de las que algo más de 1,2 millones fueron por sequía y helada. Castilla y León y Castilla-La Mancha fueron las CC.AA. más afectadas, con daños en cerca de 750.000 y 260.000 ha, respectivamente seguido de Aragón con casi 100.000 hectáreas.
La dimensión de este siniestro se califica de extraordinaria en Castilla y León, donde el 83% de toda la superficie asegurada resultó siniestrada y es además la comunidad con mayor contratación del país. En Castilla-La Mancha, por su parte, casi el 70% de lo asegurado, resultó con siniestro.
Por si fuera poco, en octubre y noviembre se llevaron a cabo las siembras de colza. Al no producirse precipitaciones, esta superficie sembrada está viendo muy comprometida su implantación en la tierra. Hasta el momento, Agroseguro ha recibido declaraciones de siniestro de 4.195 hectáreas, siendo Castilla y León la Comunidad más afectada por su nivel de contratación y donde ya se han declarado siniestro en 3.487 ha, aunque también hay afección importante en Castilla-La Mancha.
En total, teniendo en cuenta estos y otros siniestros es previsible que la indemnización para los cultivos herbáceos supere al final de este ejercicio los 225 millones de euros.
Otros cultivos afectados
La sequía también ha afectado al olivar. Hasta la fecha, se recibieron partes de siniestro para 44.000 ha, la mayor parte de Andalucía, y se prevé una indemnización de 21,4 millones de euros.
En sequía, hay que tener también en cuenta las indemnizaciones relativas al seguro de compensación por pérdida de pastos. Desde octubre de 2016 hasta octubre de 2017, la previsión de indemnización en esta línea alcanza 42,18 millones de euros.
En cuanto a la uva de vino, en los últimos días de abril se alcanzaron valores de temperatura negativos en zonas de la meseta Norte. En León-aeropuerto, por ejemplo, se alcanzaron los -9ºC, lo que produjeron, daños muy intensos en este cultivo, debido a que, en el momento de ocurrir la helada, las viñas estaban recién brotadas, en sus primeros estados de desarrollo, cuando mayor sensibilidad presentan ante el frío.
Las CC.AA. con más afección por estas heladas fueron Galicia, Castilla y León, Navarra, La Rioja y País Vasco (Álava). Los daños afectaron a algunas de las Denominaciones de Origen importante, como Ribera del Duero, Rioja, Ribeira Sacra, etc. Además de este evento, se han producido en 2017 otros episodios de helada de menor intensidad, con lo que se puede estimar unos 75 M€ de indemnizaciones por siniestralidad en esta línea de seguro.
Por último, en la primera semana de este mes de diciembre se produjo una entrada de aire frío en la Península que, al desplazarse hacia el Mediterráneo, ha provocado daños por helada en los principales cultivos de Comunidad Valenciana, Murcia, Navarra y provincia de Almería. Por ahora, el cultivo más afectado es el caqui, aunque también hay daños en algunas hortalizas (lechuga, zanahoria, alcachofa,…) y en uva de mesa, esperándose recibir más partes de siniestro en cítricos.
A todo esto hay que añadir que en estas mismas zonas se prevé recibir daños generalizados por viento, debido a la tormenta “Ana”.
Ante situaciones, como las descritas, con siniestralidades muy irregulares, Agroseguro señala que se ha sabido responder ante los agricultores y ganaderos con una contrastada profesionalidad y con una solvencia, pudiendo realizar el pago de indemnizaciones a los asegurados con siniestro en un plazo inferior a 50 días.