Observatorio Cajamar: el sector agroalimentario aportó el 9,2% del PIB nacional y 111.147 M€ a la economía española en 2022

Observatorio Cajamar: el sector agroalimentario aportó el 9,2% del PIB nacional y 111.147 M€ a la economía española en 2022

Como en años anteriores, el grupo Cajamar presentó el Informe 2022 del Observatorio sobre el sector agroalimentario español en el contexto europeo, elaborado por el catedrático de Análisis Económico, Joaquín Maudos y por Jimena Salamanca, especialistas del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE).

Según el Observatorio, durante el pasado ejercicio el Valor Añadido Bruto (VAB) del sector agroalimentario creció un 3,3 % interanual, por encima del 2,5 % registrado de media por el sector europeo, aunque algo menor al que experimentó el conjunto de la economía española (+5,5 %).

 

Según el Observatorio, durante el pasado ejercicio el Valor Añadido Bruto (VAB) del sector agroalimentario creció un 3,3 % interanual, por encima del 2,5 % registrado de media por el sector europeo, aunque algo menor al que experimentó el conjunto de la economía española (+5,5 %).

En términos absolutos, el sector agroalimentario generó una facturación de 111.147 millones de euros, el 9,2 % de la riqueza total nacional o Producto Interior Bruto (PIB), apenas una décima menos que en 2021.

Esta evolución positiva, según Maudos, se apoyó en el crecimiento del 6,6 % en el VAB de los bienes comercializados, que fue del 5,2 % en el caso de la industria de la transformación, pero que se vio mermado por el descenso del 1,2 % del sector primario.

Con estas cifras, España se mantuvo en 2022 como la cuarta economía agroalimentaria de la Unión Europea, aportando el 11,9 % del VAB comunitario del sector.

Además, la participación del sector agroalimentario en el total de la economía es mayor en nuestro país que en la UE-27 (9,2 % frente a 6,6 %), debido sobre todo al mayor peso que tiene el sector comercializador (4,1 %) en comparación al de la la UE-27 (2,6 %).

En concreto, España lidera la producción comunitaria de aceite de oliva, cítricos, porcino y fruta fresca de la UE-27, con una cuota de mercado del 54 %; 51,6 %; 24,2 %, y 16,7 %, respectivamente.

Además, es el segundo país en importancia en la producción de plantas y flores (13,9 %) y hortalizas (19,2 %), y el tercero en ganado bovino (11,7 %), vino (5,7 %) y cebada (14,7 %).

Si bien el volumen de ventas al exterior de productos agroalimentarios descendió en 2022, el incremento del precio de los alimentos hizo que el valor de las exportaciones creciera en un 13,6 % interanual, registrando un nuevo máximo histórico con 69.645 millones de euros.

De este modo, la economía española conserva su perfil de exportadora neta de productos agroalimentarios, con más de dos décadas ininterrumpidas de superávit comercial.

Sin embargo, y por primera vez en 15 años, el superávit del sector agroalimentario español se contrajo un 24,5 %, hasta situarse en 14.007 millones de euros.

Según el catedrático del IVIE, esta disminución se explica por el intenso aumento en el valor de las importaciones, en un año marcado por la subida de los precios. No obstante, “a pesar de la reducción, tenemos el tercer superávit comercial con el exterior más alto de la UE-27 (segundo en 2021), solo por detrás de Países Bajos (36.579 millones) y, por primera vez, detrás también de Polonia (15.506 millones).

Frutas y frutos comestible,  pescados, crustáceos y moluscos se mantuvieron como principales productos de exportación y de importación de España en 2022, respectivamente, concentrando el 14,7 % del total exportado y el 14,1 % del total importado por el sector.

Por otro lado, la tasa de crecimiento de los precios alcanzó niveles preocupantes en 2022. Los elevados costes de adquisición a los que se tuvo que enfrentar este sector (energía, fertilizantes, pesticidas, pienso para ganado, etc.) desencadenaron, a su vez, un proceso inflacionario de los alimentos y bebidas no alcohólicas que llegó a alcanzar una tasa del 15,7 % en España y del 17,8 % en la UE-27, muy por encima de los niveles de 2021.

Esta intensa subida de los precios en la cesta de la compra de los hogares se explica también por el fuerte aumento de los costes de producción, que crecieron en 2022 en una media del 18,3 %, algo menos si se le compara con la subida del 20,5 % de la UE-27.

Asimismo, el empleo en el sector agroalimentario en su conjunto creció un 1 % en 2022, lo que supone unos 22.881 ocupados más que en 2021, hasta alcanzar 2.347.108 de trabajadores.

El buen comportamiento del empleo en la industria de transformación (+3,1 %) y en la comercialización (+2,4 %) contrastó con la caída del sector primario, que se contrajo un 2,5 % interanual.

El sector agroalimentario ocupó en su totalidad al 11,4 % de los trabajadores del país, también por encima de la media europea  (10,5 %).

Uno de los rasgos característicos del mercado de trabajo agroalimentario en la Unión Europea sigue siendo el envejecimiento de la fuerza laboral, muy especialmente en la actividad primaria.

En España, el 86,1 % de los jefes de explotaciones agrarias son mayores de 45 años, frente al 80 % de la media europea. Especialmente crítico es el tramo de mayores de 65 años, que concentra el 41,3 % de los mismos.

En cuanto al trabajo femenino, en 2021 las mujeres concentraban el 29,8 % del empleo agroalimentario español, por debajo de la participación en el total de la economía (46,1 %) y del empleo del sector en la UE-27 (35,4 %).

Esta brecha se agudiza en el sector primario donde solo el 23,9 % del total de los ocupados son mujeres, mientras que en el conjunto de la Unión suponen el 31 %.

Joaquín Maudos destacó que la productividad del sector agroalimentario en su conjunto se sitúa un 32,1 % por encima de la media europea (120 % más en el caso específico de la producción primaria), lo que explica en buena medida la competitividad de la oferta española en el conjunto de la UE.

Esa elevada productividad se traduce en una mayor competitividad, ya que el coste laboral por unidad de producto del sector en su conjunto es un 26 % más reducido que el de sus competidores europeos.

Este diferencial de productividad y competitividad con la UE se ha ampliado aún más en 2022, lo que es un aspecto positivo a destacar.

La inversión en I+D del sector se redujo por primera vez en los últimos seis años (-3,1 % en 2021, último dato disponible), con lo que su peso en el total de la inversión empresarial se contrae del 4,3 % al 3,7 %, contabilizándose 361 millones de euros.

A pesar de este descenso, España se posiciona, según Maudos, como el segundo país con mayor número de programas ‘AEI-Agri’ de la UE-27 en 2022 (51 de 259), contribuyendo con el 19,7 % del total, solo por detrás de Polonia (21,6 %) y seguido de Rumanía (10,0 %), Países Bajos (9,7 %) y Alemania (8,9 %).

Los desafíos concretos a los que se enfrenta este sector a corto y medio plazo son de tipo medioambiental (que el sector sea respetuoso con el medioambiente, al que se añade recientemente el reto de la sequía), digital (avanzar en su transformación digital para aumentar su eficiencia, automatizando y sensorizando procesos), social (generar empleo de calidad y asegurar el relevo generacional) y económico (cómo mejorar su rentabilidad).

Teniendo en cuenta las tendencias cambiantes de la economía mundial, el sector agroalimentario en su conjunto afronta muchos desafíos, como la transformación digital de toda la cadena de valor (para ahorrar recursos en beneficio del cambio climático); la producción de alimentos saludables, sabrosos y sostenibles; garantizar la seguridad alimentaria; transitar hacia modelos de alimentación circulares más sostenibles; luchar en favor de la igualdad de género, y  enfrentarse al reto del envejecimiento del empleo del sector, entre otros.

Según se destaca en el informe, todos estos retos se afrontan desde una posición de relativa fortaleza, dada la elevada productividad y competitividad del sector.

A pesar de ello, es necesario mejorar aún más su posicionamiento, aumentando, por ejemplo, el esfuerzo innovador (inversión en I+D+i), sobre todo teniendo en cuenta que es inferior a la media europea.

En la presentación de los resultados del Informe 2022, además del catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia y director adjunto del Ivie, Joaquín Maudos, intervinieron el presidente de Cajamar, Eduardo Baamonde; el secretario general de Agricultura y Alimentación del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Fernando Miranda; el director de Desarrollo Sostenible de Grupo Cajamar, Roberto García.

Eduardo Baamonde, presidente de Cajamar, resaltó en su intervención que “debemos estar orgullosos del sector agroalimentario que tenemos en España y de los resultados que obtiene, sin tener la mayor superficie agrícola útil, ni los suelos más fértiles ni beneficiarnos de la pluviometría que tienen nuestros socios comunitarios.”

Sin embargo, pese a todos esos inconvenientes, “somos la cuarta potencia productora y, año tras año, el valor de nuestras exportaciones bate récords, alcanzando ya casi los 70.000 millones de euros, siendo líderes en producciones mediterráneas y en sectores como el porcino”.

Todo ello, destacó el presidente de Cajamar, “es la consecuencia de que tenemos unos índices de competitividad y productividad superiores a la media comunitaria, sobre todo en el ámbito primario y la industria transformadora, lo que nos permite que la inflación registrada en el precio de los alimentos se sitúe por debajo de la media de la UE y los precios de los alimentos al consumo sean considerablemente inferiores a los del resto de los países comunitarios”.

No obstante, como áreas de mejora, Eduardo Baamonde señaló “la necesidad de invertir más en I+D+i para contar cada día con procesos más eficientes y productos diferenciados, con mayor valor y mejor posicionamiento.”

Y, en relación a la situación actual provocada por la sequía y los efectos del cambio climático, advirtió que “el sector agroalimentario español debe contar con infraestructuras de regadío eficientes, que garanticen el suministro de agua que necesita, dada su importancia para la sociedad, la economía y el empleo de nuestro país”.

Por su parte, Fernando Miranda resaltó la importancia y relevancia del sector agroalimentario en España como motor de desarrollo económico y generador de empleo y riqueza.

Con más de un millón de empleados en 2022, el sector agroalimentario ampliado ha contribuido con un 9,2 % al total de la economía española en Valor Añadido Bruto.

Para paliar los efectos de la sequía en el sector agrario, añadió “el Gobierno ha combinado las medidas de apoyo a través de la PAC, con medidas excepcionales en forma de ayudas directas que, a finales de 2023, sumarán más de 1.293 millones de euros, incluidas las del RD-ley 4/2023, de medidas excepcionales ante esta adversidad y las consecuencias de la guerra de Ucrania.”

Por último, el director de Desarrollo Sostenible de Grupo Cajamar, Roberto García Torrente, cerró  el acto de presentación del Informe 2022 del Observatorio Agroalimentario destacando el incremento récord del VAB generado por el sector, pero puso el contrapunto, al llamar a su vez la atención sobre las notables diferencias que se observan en las distintas fases de la cadena.

Para García Torrente: “es especialmente preocupante, añadió, que la producción agrícola y ganadera haya sido la más afectada por los costes de producción. Si bien el valor de la producción agraria aumentó un 11 %, los costes lo hicieron en casi un 30 %”.

En su opinión, “esta pérdida de rentabilidad puede tener consecuencias en el abandono de muchas explotaciones agrarias, situación que ya se está produciendo en el caso de la ganadería y, especialmente, en los subsectores de la producción de leche y cebo de porcino”.

Informe Observatorio 2022: AQUÍ

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