Coincidiendo con el 25 aniversario de la siembra de maíz Bt (resistente a las plagas de taladro) en España, la Fundación Antama ha presentado esta mañana los resultados del estudio sobre la sostenibilidad de este cultivo en el periodo 1998-2021, que arroja datos como la reducción de un 37,7% del uso de insecticidas contra el taladro del maíz o el ahorro de 93 millones de hm3 de agua con el cultivo de maíz Bt frente a maíz convencional en el periodo estudiado.
El estudio, elaborado por Francisco J. Areal, profesor de Economía Ambiental y director de Economía Agraria y Alimentación de la Universidad de Newcastle (Reino Unido) y Laura Riesgo, profesora titular de Economía Aplicada de la Universidad Pablo Olavide de Sevilla, aborda la sostenibilidad económica, medioambiental y social del cultivo de maíz Bt y en él se analizan las principales contribuciones al agricultor, el medio ambiente, el comercio exterior y las comunidades rurales.
Entre las principales conclusiones del mismo, Francisco J. Areal, destaca el si bien el incremento del rendimiento del maíz depende del grado de intensidad del ataque de taladro en cada zona y campaña, el maíz Bt arroja un incremento medio de rendimiento de 0,5 toneladas por hectárea a nivel mundial que en el caso de España asciende a 1,34 toneladas/ha, y de entre un 6% y un 12% entrando al detalle de zonas y campañas. Cabe destacar también que se trata de un maíz con una mayor calidad, ya que el maíz Bt presenta una menor incidencia de micotoxinas (que pueden contaminar los piensos).
Teniendo en cuenta el incremento de rendimiento y el ahorro en productos fitosanitarios, el incremento en los ingresos del agricultor es de unos 53 euros/hectárea a nivel mundial y de unos 186 euros/ha de media en el caso de España. Los autores del estudio también destacan que se trata de un cultivo, cuyo manejo no es más difícil que el de las variedades convencionales y que además de la menor cantidad de tratamientos que hay que aplicar, permite una reducción del tiempo de trabajo dado que la inspección de las mazorcas es más rápida y deja más paja para hectárea, apta para forraje.
En cuanto a la sostenibilidad medioambiental, según ha destacado Areal el maíz Bt ha permitido en el periodo 1998-2021 reducir un 37,7% el uso de insecticidas contra el taladro del maíz y conseguir un ahorro de unos 65 millones de hm3 de agua teniendo en cuenta la suma de aguas azules (superficiales y subterráneas) y aguas verdes (de lluvia) para el riego del cultivo y otros 28 hm3 de aguas grises (el agua necesaria para asimilar la carga de fertilizantes nitrogenados que ocasiona el cultivo, según las normas de calidad de agua), lo que equivale en total al abastecimiento de agua de una población de 59.000 habitantes durante un año.
En el caso de uso de la tierra, solo en 2021 hubieran sido necesarias casi 8.800 hectáreas más de maíz convencional para alcanzar el nivel de producción del maíz Bt en las zonas afectadas por el taladro en Europa, y en el periodo de estudio España hubiera necesitado cerca de 167.000 hectáreas más de maíz convencional para compensar los volúmenes de producción adicionales generados por el cultivo del maíz Bt.
Basándose en la superficie ocupada por el cultivo, estos autores establecen la fijación de carbono del cultivo en una media anual de 57.000 toneladas de CO2, y un total de 1,3 millones de toneladas de CO2 en el periodo 1998-2021.
Areal y Riesgo también han calculado, teniendo en cuenta el precio del maíz y que nuestra demanda es superior a nuestra oferta, un ahorro de 314 millones de euros en importaciones de maíz que hubiera tenido que hacer España en caso de no cultivar maíz Bt.
En cuanto a los beneficios para las comunidades rurales citan el aumento de la eficiencia de recursos, una agricultura más competitiva, la menor presión medio ambiental y la fijación de la población en el medio rural, en tanto en cuanto permite mantener un cultivo en zonas con una elevada presión de plaga.