Unas 400.000 t de limones sin recoger aún por sobreoferta y bajos precios
Los productores de limón están sufriendo una campaña, la 2023/24, de ruina, según la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), debido a que una oleada de plantaciones por parte de grandes propietarios en los últimos cinco años ha provocado una situación de sobreoferta.
UPA denuncia que el mercado está saturado y que quedan 400 millones de kilos (400.000 t) de limones aún sin recoger, por lo que ha propuesto a responsables del Ministerio de Agricultura un plan de choque urgente para salvar a los productores familiares.
El responsable del sector del limón de UPA, Antonio Moreno, explicó la situación ruinosa que afrontan los agricultores dedicados a la producción de este cítrico, debido a que en el último quinquenio se han instalado nuevas plantaciones, sobre todo por parte de grandes propietarios, animados por la estabilidad en el precio y las posibilidades de este producto en el mercado de la exportación.
Estas plantaciones son las que, según UPA, han provocado ahora una situación de saturación del mercado interior y unas exportaciones que tampoco muestran posibilidades de crecimiento.
Esta organización agraria se reunió el pasado jueves con responsables del Ministerio de Agricultura, a los que trasladó sus propuestas para buscar una solución a la crisis que sufren los pequeños agricultores de limón.
Al respecto, la organización pide activar una “extensión de normas” para eliminar producto de forma equitativa entre todos los productores.
“Sin esa medida, asegura Antonio Moreno, los que nos veremos obligados a retirar producto seremos los pequeños productores.”
UPA pide a la AICA que vigila contratos por debajo de costes de producción
UPA también propuso modificar el reglamento que regula las Organizaciones de Productores (OPs) para no incentivar nuevas plantaciones.
Asimismo, esta organización agraria pide a la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) que refuerce la vigilancia para evitar que se firmen contratos por debajo de los costes de producción, estimados en un mínimo de 0,25 euros/Kg. –mientras que se están cerrando contratos a 0,08 euros/kilos.
Denuncia, al respecto, que “este año se están produciendo prácticas irregulares a la hora de marcar los destríos. Una mala praxis que consiste en que el intermediario, tras recoger la mercancía del agricultor, “informa” de que un determinado porcentaje se considera “destrío”, aunque no lo sea.
“Un proceso que, a juicio de Moreno, debería ser transparente y estar acordado por ambas partes, y no unilateral”.
Por último, UPA reclama un mayor control en frontera de las importaciones, que vienen fundamentalmente de Sudáfrica y Argentina y, además, los productores muestran su preocupación por la evolución de las exportaciones de Marruecos y Egipto, que sí compiten con las producciones españoles en cuanto a la época del año en que se cosecha, y sobre cuyo rigor en materia de sanidad vegetal hay “dudas fundadas.”