A pesar de las buenas perspectivas para la jornada por el descenso de las temperaturas y menores rachas de viento, el incendio que está arrasando Ávila permanece activo, si bien se espera que los más de mil efectivos que trabajan en la zona puedan terminar de estabilizar el perímetro a lo largo del día. La superficie quemada va de las "no menos de 12.000 hectáreas" que anunciaba ayer el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, a las cerca de 20.000 ha que indican otras fuentes como WWF, que apunta que se trata del peor incendio en lo que va de año en España y el cuarto más grave desde que hay registros.
Navalacruz: El peor incendio en lo que va de año, el cuarto más grave desde que hay registros
El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha explicado esta mañana que el incendio de Navalacruz (Ávila) todavía continúa activo y aún no está controlado. Hay una parte del perímetro que está estabilizada, y en otras zonas aún hay llama, aunque confían en que puedan quedar estabilizado en las próximas horas. No obstante, ha advertido tras reunirse con los responsables del operativo en el Puesto de Mando Avanzado (PMA) instalado El Barraco de que el perímetro –de unos 130 kilómetros– está caliente por lo que puede haber reproducciones.
Fernández Mañueco ha subrayado que ya se ha comenzado a trabajar con los agricultores y ganaderos para “dar una respuesta inmediata” a la ganadería de modo que tenga garantizada la comida y bebida y ha anunciado que se tomarán de forma urgente medidas preventivas para evitar el deterioro del suelo, las enfermedades forestales, los arrastres por lluvias y mantener la pureza del agua.
Además, en colaboración con el resto de administraciones, la Junta evaluará los daños y los apoyos que desde todas las instancias se puedan ofrecer a los damnificados. En este sentido, ha reclamado al Gobierno central la máxima colaboración.
El presidente de la Junta ha valorado el trabajo que está realizando en amplio dispositivo desplegado, con más de 1.000 efectivos movilizados, para hacer frente a un incendio que también es extraordinario al concurrir en él elevadas temperaturas, fuertes vientos y baja humedad.
Desde WWF alertan de que aunque la superficie afectada a nivel nacional sigue por debajo de la media de los últimos 10 años, el número de estos superincendios va en aumento. Es decir, cada vez tenemos menos incendios, pero más graves y difíciles de controlar. El cambio climático favorece las condiciones perfectas para alimentar a estos grandes incendios, «pero, además, hay causas estructurales arrastradas tras décadas de abandono y ausencia de inversiones en el medio rural», añaden desde la ONG.
“Los incendios se han convertido en una emergencia social. Desde WWF consideramos que se debe apostar más en prevención y evolucionar de un modelo centrado en altas inversiones para avanzados dispositivos de extinción -que ignora los efectos del calentamiento global y la acumulación de combustibles-, a otro modelo que apueste por promover paisajes resilientes, vivos, rentables y mucho menos inflamables”, afirma Gustavo Colmena, técnico en restauración forestal de WWF.