Con casi treinta años de experiencia profesional, Indalecio Amat es un agricultor almeriense especializado en la producción de pepino, pimiento y tomate. Sucesor de la humilde profesión heredada de sus padres, representa a la segunda generación familiar de agricultores profesionales instalados en el Poniente almeriense, una zona que acogió a la familia Amat como a tantas otras que abandonaron sus ancestrales orígenes alpujarreños para encontrar un nuevo futuro al calor de la pujante agricultura que nació en Almería gracias a los suelos enarenados y a los emparrillados de alambre cubiertos con plástico.
Indalecio Amat, alto rendimiento en hortícolas de invernadero
Con sus dos hermanos, Indalecio gestiona la explotación familiar compuesta por 8,5 hectáreas de cultivos bajo plástico en una zona situada al norte de la pedanía ejidense de Santa María del Águila. Tiene la suerte de trabajar cada día en un auténtico mirador natural desde el que se divisa una increíble panorámica del mar de plástico, muy próximo a las imponentes estribaciones de la Sierra de Gádor, una mole caliza que funciona como una esponja gigante absorbiendo el agua y la nieve y abasteciendo a los acuíferos subterráneos que dan vida a una de las zonas del mundo con mayor concentración de invernaderos.
Basta con un primer vistazo a cualquiera de sus invernaderos para comprobar que Indalecio es un agricultor que se toma muy en serio su profesión. Los años de experiencia se notan en los detalles de la finca: aislamientos cuidados, dobles puertas, suelos sin residuos vegetales, etc.
La estructura de los invernaderos es la típica de raspa y amagado, la más habitual en Almería por su sencillez y efectividad. Apenas hay tecnología añadida a la estructura de tubo y alambre con alargadas ventanas cenitales. El viento de la zona y la luz solar, manejadas con sabiduría, bastan para hacer de estos sencillos invernaderos un sitio donde las plantas se sientan cómodas para crecer y producir durante toda la campaña, a salvo de las inclemencias climatológicas.
Actualmente, la producción agrícola de Indalecio Amat está enfocada a dos ciclos. Primero, un cultivo de pepino largo (holandés, tipo Almería) que se siembra a finales del mes de julio y que se recolecta durante el mes de septiembre. Después, un cultivo de tomate gordo de primavera que se extiende hasta finales del mes de mayo.
Es un modelo orientado a un elevado rendimiento por metro cuadrado, seleccionando las variedades que mejor se adaptan a ese requisito.
“En la agricultura intensiva cada uno se especializa con el enfoque que más le interesa, y desde hace ocho o diez años yo estoy centrado en conseguir la máxima producción por metro cuadrado con dos cultivos que dan muchos kilos y con los que siempre compenso resultados”, explica Indalecio Amat.
Toda la producción la comercializa a través de las subastas en origen (alhóndigas) que hay en la zona. La práctica totalidad del pepino temprano se exporta a toda Europa, mientras que el tomate de ensalada con gran calibre que hace en primavera encuentra su destino fundamental en los mercados de España y de Portugal.
Este año la producción ha sido excelente en cantidad y calidad, pero no en precios. El frío en Portugal no ha animado el consumo de tomate y los resultados comerciales con el pepino para exportación “han sido justos” en una campaña anómala que se ha caracterizado por el constante baile de temperaturas y por un invierno muy tardío.
Excelente agua de riego
La cercanía de las fincas de Indalecio a la Sierra de Gádor le permiten disfrutar de una de las mejores aguas de riego de toda la comarca. Sus invernaderos se riegan con agua de los dos sondeos que posee la comunidad de regantes Cosagrar, donde no han llegado los problemas de salinización ni de filtración marina que sufren otras zonas de invernaderos en cotas más bajas y próximas a la costa.
La buena calidad del agua de riego influye sobremanera en su estrategia de fertirrigación, ya que Indalecio debe compensar la bajísima conductividad del agua (0,5) mediante un abonado que varía a lo largo de la campaña según las necesidades, pero utilizando siempre productos con formulado líquido. “Tenemos unas cubas en común con la solución madre y programamos el riego para cada cultivo en función de sus necesidades, realizando las variaciones oportunas en la mezcla según el estadio vegetativo del cultivo y la época del año”, explica Indalecio Amat.
En tomate, resulta esencial el uso de YaraTeraTM HydroterraTM Cuarzo, una fuente de potasio con algo de cloruro que tiene la función de elevar la conductividad del agua de forma sostenida en el tiempo, algo beneficioso para el tomate porque impide que los frutos se ahuequen.
Cuando llega el momento de hacer calibre y engordar el fruto, Indalecio destaca los beneficios de YaraTeraTM HydroterraTM Marino, una fuente de nitrato de calcio que se completa con el uso de YaraVitaTM StarK, que ayuda al engorde y maduración del tomate y, sobre todo, facilita un elevado contenido en azúcares (grados Brix). Al inicio del ciclo de cultivo, adquiere mayor protagonismo YaraVitaTM Starphos, muy importante para reforzar el enraizamiento de la planta debido a que es una fuente de fósforo eficiente con las bajas temperaturas del invierno.
En pepino, la estrategia de fertirrigación está basada en la combinación de YaraTeraTM HydroterraTM Zafiro (fuente de calcio con potásico), YaraTeraTM HydroterraTM Jade (fuente de fósforo), YaraTeraTM HydroterraTM Marino y YaraTeraTM HydroterraTM Rubí (fuente de potasio). Aunque en pepino también es importante la conductividad, no es necesario mantenerla alta a partir de cuando comienza a cosecharse.
Además de las 8,5 hectáreas de tomate y pepino, Indalecio y sus hermanos también gestionan otras 2,5 hectáreas de pimiento en régimen de alquiler. “Es otro cultivo con otras necesidades y, lo más importante, en los invernaderos de pimiento tenemos otra calidad del agua, así que nos vemos obligados a seguir otra estrategia diferente pero siendo fieles a la formulación en líquido”, explica Indalecio.
En pimiento, los productos básicos para la fertirrigación empleados durante todo el ciclo de cultivo son YaraTeraTM HydroterraTM Zafiro, YaraTeraTM HydroterraTM Jade Plus, YaraTeraTM HydroterraTM Rubí y YaraTeraTM HydroterraTM Ambar (fuente de magnesio). En los tres cultivos, hay que añadir el empleo de YaraVitaTM Nutrel Plus, un cóctel con los microelementos esenciales.
“Me gusta mucho la calidad de los productos de Yara y durante estos años he adquirido mucha confianza en ellos porque sé que estoy utilizando los mejores productos del mercado suministrados por una multinacional líder mundial en su sector”, asegura Indalecio, quien valora muy positivamente la atención comercial que recibe y al asesoramiento técnico a pie de campo que Yara le ofrece cada vez que tiene dudas.
Los técnicos de Yara le han suministrado una tabla que le sirve de gran ayuda para los cálculos de las soluciones que hay que preparar. “Sé que me van a ayudar en todo lo que necesite, pero también me gusta tener cierta independencia y tomar algunas decisiones por mí mismo con el soporte técnico y de conocimientos que me aporta Yara”, concluye este agricultor almeriense.