La compañía acaba de hacer público los resultados de las acciones realizadas durante 2017 para reducir el uso de antimicrobianos en las granjas de conejos. Con respecto a los datos de 2015, la compañía ha reducido hasta hoy un 56 % el uso total de antibióticos, teniendo en cuenta los kilogramos de principio activo en piensos fabricados para conejos. Esta cifra aumenta en el caso de la colistina, con una reducción del 100% en estos tres años debido a su retirada de los piensos medicamentosos en enero de este año.
Nanta disminuye la presión antibiótica vía pienso medicamentoso en granjas de conejos
En cuanto a algunos puntos de mejora, las auditorías realizadas por Nanta en las granjas cunícolas han puesto de manifiesto que en cuanto a la alimentación los puntos de mejora son un mejor control del agua de bebida e higiene de silos y comederos, así como seguir avanzando en los programas de racionamiento y empleo de dietas específicas en algunas fases.
En lo que a sanidad se refiere, es importante el empleo efectivo de cuarentenas para entradas de reproductores y un control de semen adquirido, así como la vigilancia y mejora media del estatus sanitario de maternidad sobre todo (mater-scan) con doble objetivo: mejorar el estatus sanitario del engorde y evitar en madres los tratamientos antibióticos. En el capítulo instalaciones, bioseguridad y profilaxis deberemos de trabajar sobre todo en la renovación y puesta a punto de las instalaciones más envejecidas.
Nanta insiste en la necesidad de que la cunicultura moderna trabaje dentro de esquemas productivos previsibles, cuantificables, estables en el tiempo y comprometidos con el bienestar animal y la sostenibilidad. Para ello, la prevención de procesos infecciosos, así como su detección precoz son herramientas indispensables.
Toda esta estrategia está alineada con el acuerdo ARAC dentro del “Plan Reduce” consensuado con la AEMPS y del que Nanta es parte integrante.