A través de los análisis comparativos entre el purín inicial respecto las fases líquidas y sólidas separadas en una explotación de engorde, Rotecna ha avanzado las ventajas que ofrece la separación mecánica al mejorar la aplicación y cualidades fertilizantes del purín.
Rotecna muestra los beneficios económicos de la separación mecánica del purín
Los siguientes datos se obtuvieron en una granja de engorde comercial: en la fase líquida, se redujo un 19% el volumen del purín líquido a transportar (coste estimado de aplicación de dos €/m3); también disminuyó hasta un 4% el contenido de nitrógeno total Kjeldahl (NTK, del 0,50% al 0,48%), por lo que se aumenta la cantidad de purín que se puede aplicar por hectárea en fertilización nitrogenada.
No obstante, también aumenta la proporción de nitrógeno inorgánico (NH3, amoníaco) un 6% (del 0,35% al 0,37%). Este es el que las plantas absorben directamente, por lo que mejoramos de manera significativa la fertilización de cobertura; bajó un 18% la composición de fósforo (P2O5, fosfato, del 0,39% al 0,32%), por lo que reducimos la cantidad de fósforo aportada por unidad de nitrógeno; y la ausencia de sólidos de gran tamaño lo hace ideal, según la compañía, para la aplicación con manguera o inyectores, de forma que se aplica más homogéneamente y se reducen el tiempo y coste de aplicación.
En la fase sólida, se genera un sólido compostable de alto valor añadido con una alta concentración de nutrientes, especialmente de nitrógeno orgánico (N.O.) y fosfato (P2O5), que se utiliza como fertilizante de fondo. Tras un proceso de compostaje de tres a seis meses, que supone una reducción del 50% de la masa, se puede llegar a comercializar como enmienda orgánica a un precio de mercado que, según zonas, oscila entre 10 y 20 €/T. Según Rotecna, si se extrapolan estos datos a una explotación tipo de 7.000 plazas de engorde de 20 a 110 kg, con una
aplicación de purín separado mecánicamente a 170 kg N/ha (máximo para zona vulnerable con cereales de invierno), con el separador de Tecnapur necesitaríamos 193 ha de tierra de cultivo en lugar de 247 ha (sin separador). Ello supondría unos costes anuales de aplicación, operación y mantenimiento de 15.210 euros en lugar de 16.800 euros, y se generaría un beneficio de 11.700 euros por la venta del compost, por lo que los costes con separador se reducirían a 3.510 euros/año.