La OIE y FAO lanzan un plan de acción frente a la peste bovina

La OIE y FAO lanzan un plan de acción frente a la peste bovina

La FAO y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) piden a los países eliminar las últimas muestras de virus de la peste bovina que aún se conservan en algunos laboratorios, para mantener al mundo libre de la enfermad y evitar cualquier posible reintroducción. Los dos organismos han desarrollado un Plan de Acción Mundial, que pretende ser una guía que detalle las responsabilidades de todos los países involucrados para mantener al planeta libre de la peste bovina.

La peste bovina fue declarada erradicada en 2011, lo que la convierte en la primera enfermedad animal en ser eliminada en la historia de la humanidad. Durante siglos, la peste bovina ha causado la muerte a millones de vacas, búfalos, yak y animales silvestres, lo que condujo a hambrunas y al hambre.

La erradicación de la peste bovina ha contribuido de manera importante a la seguridad alimentaria y la nutrición en todo el mundo, y debemos trabajar juntos para mantener este logro”, aseguró Bukar Tijani, Director General Adjunto de la FAO al frente del Departamento de Agricultura y Protección del Consumidor. Tenemos que seguir vigilantes –añadió- y asegurar que contamos con la capacidad de actuar rápidamente si, por alguna razón, vuelve a aparecer.

La actual ausencia de la peste bovina sobre el terreno significa que los rebaños de ganado serían muy vulnerables en caso de que reaparezca, causando un daño y un deterioro importante a la seguridad y la inocuidad alimentaria en todo el mundo”, advirtió por su parte Matthew Stone, Director General Adjunto a cargo de “Normas internacionales y Ciencia” en la OIE, organismo que se estableció en 1924 en gran medida para acabar con la peste bovina.

El Plan de Acción Mundial abarca cinco fases: preparación, prevención, detección, respuesta y recuperación. Ya que la peste bovina ha sido erradicada, el plan de acción para abordar el riesgo de reaparición difiere de otros planes dirigidos a combatir las enfermedades animales transfronterizas.

Ello implica mantener a los actores de primera línea al tanto de la enfermedad y la posibilidad de que vuelva a emerger. Ya se han aplicado varias medidas para lograr este objetivo, como la campaña de comunicación de la OIE Nunca más, dirigida al personal de laboratorio, veterinarios y estudiantes.

El Plan de Acción Mundial significa también optimizar la capacidad para hacer que las herramientas de diagnóstico y las vacunas estén disponibles si se necesitan, y un plan de emergencia coordinado que pueda activarse de inmediato frente a la aparición del primer caso confirmado, asegurando tanto un rápido retorno a la erradicación total de la enfermedad como el apoyo necesario para los medios de vida afectados. Todas estas fases requieren ser desarrolladas a nivel nacional, regional e internacional.

Deshacerse del material restante

Una de las razones por las que las capacidades de diagnóstico y de vacuna frente a la peste bovina son bajas, es que la campaña de erradicación prohibió el uso del virus, excepto en experimentos muy controlados supervisados por la OIE y la FAO.

Sin embargo, todavía hay algunas instituciones repartidas por el mundo que tienen material con contenido viral de la peste bovina (RVCM, por sus siglas en inglés), incluidas vacunas antiguas. Estas muestras tienen que destruirse o trasladarse a laboratorios seguros. En contraste, las muestras del virus de la viruela -la única otra enfermedad infecciosa que se ha erradicado de forma oficial-, existen en solo dos zonas de almacenamiento designadas como lugares seguros.

Idealmente, los países podrían optar por destruir el RVCM que conservan, y la FAO y la OIE lideran un programa que les ayuda a hacerlo. Las dos organizaciones apoyan igualmente a instituciones clave donde las muestras -que podrían ser útiles para obtener vacunas en una emergencia-, pueden almacenarse de manera segura. De forma alternativa, los países podrían mejorar sus instalaciones de almacenamiento de conformidad con los protocolos de supervisión de la FAO y la OIE.

Hasta ahora, sin embargo, el progreso en la eliminación de este material residual ha sido lento. Tan solo en la Unión Africana se ha alcanzado un acuerdo regional para agrupar todas las muestras de virus en un único lugar de almacenamiento seleccionado.

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