España tiene potencial para liderar el cultivo y el negocio del pistacho en Europa en los próximos años

España tiene potencial para liderar el cultivo y el negocio del pistacho en Europa en los próximos años

Nuestro país reúne las condiciones para poder liderar la producción y la comercialización del pistacho en Europa. El clima favorable, la mejora en la tecnificación de este cultivo leñoso y la profesionalización de la gestión de las explotaciones son los argumentos que justifican un crecimiento exponencial de nada menos que un 3.000 % de la superficie cultivada en España en la última década.

A la vez, la alta demanda de consumo de este fruto seco y su crecimiento sostenido, tanto en el mercado interno como en el europeo, viene a consolidar al pistacho como una inversión de futuro, según se desprende precisamente del estudio “Presente y futuro del cultivo del pistacho y su procesado. Una perspectiva empresarial”, presentado este martes 4 de junio en Madrid, cuyo autor es Juan Vilar, doctor en Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Jaén y especialista en el sector agrario, y que se ha realizado bajo el impulso de Agróptimun, joven grupo empresarial agroalimentario con base biotecnológica, dirigido por su CEO Ángel Minaya, situado en Villanueva de la Jara (Cuenca) y especializado en proyectos de cultivos leñosos y, en concreto, en plantaciones de pistacho, con soluciones integrales de 360º.

Teresa Riesgo, secretaria general de Innovación del Gobierno de España, fue la encargada de introducir la presentación del estudio, destacando los aspectos de innovación y tecnología aplicada, a través del programa comunitario LIFE, de este cultivo leñoso emergente, desde la semilla hasta su modelo de negocio, así como la importancia de sostenibilidad medioambiental, social y económica en determinadas zonas rurales desfavorecidas y más despobladas.

Por primera vez se realiza un estudio en el que se describe la situación actual del pistacho en todo el mundo y sus magnitudes más relevantes. Entre ellas destaca el aumento del 3.000% de la superficie cosechada desde 2013, principalmente en tierras yermas o de baja rentabilidad de la denominada España Vaciada de las CC.AA. de Castilla la Mancha y Andalucía.

El análisis se centra en la evolución en el periodo 2010 y 2023, así como en la tendencia futura a nivel mundial, con una perspectiva de aumento del consumo que superará la cifra récord de 976.000 toneladas, y con foco en España.

En la profundización del caso español en este cultivo se contó también con los datos aportados por Héctor Rodríguez Marrero, director de Agribusiness de la consultora CBRE, que detalló los motivos y el interés para la inversión que tiene el cultivo del pistacho en la Península Ibérica.

Entre las conclusiones del estudio está que el pistacho es un cultivo leñoso emergente, altamente rentable y sostenible y que, además, viene respaldado por la innovación tecnológica y por una demanda creciente de consumo.

En Europa, España se encuentra en una posición estratégica para liderar la producción de pistachos, gracias a sus condiciones climáticas favorables, a la mayor profesionalización de este sector, con la llegada de nuevos operadores que apuestan por el uso de tecnologías e innovación para elevar la calidad del producto final, así como la proximidad a importantes mercados de exportación, principalmente a los más próximos de la Unión Europea.

El pistacho: cultivo con alta rentabilidad económica, medioambiental y social

Según el estudio, la alta demanda de consumo del pistacho, ante el cambio en los patrones alimenticio, y la insuficiente oferta de producción en el mercado para atender a ésta lleva a una tendencia alcista del precio de este fruto seco, dibujando un panorama favorable para productores y comercializadores a medio-largo plazo.

El crecimiento paulatino de producción y consumo suponen que, aproximadamente en una década, la oferta no será capaz de abastecer al mercado, lo que provocaría, previsiblemente, una subida paulatina en los precios de origen y, a su vez, una mayor rentabilidad del cultivo.

En el estudio se indica que, a pesar de que los costes iniciales del cultivo del pistacho son más elevados que los de otros leñosos (almendro, olivo), y las plantaciones requieren un período de tiempo para alcanzar la plena producción (se ha reducido, no obstante, con la aplicación de tecnología e innovación varietal de 8-9 años a 3,5 años), el aumento previsto en la demanda de consumo de este fruto seco y los precios favorables del mercado pueden convertir al pistacho en una opción más rentable a largo plazo que los actuales cultivos anuales.

Así, se señala que, en comparación con el cultivo de almendra, el del pistacho logra mayor rentabilidad y de una manera más sostenible. Aunque su producción tiende a ser ligeramente menor en regadío, el precio del producto final supera ampliamente a los de la almendra más valorada.

Además, ciertas variedades de pistacho, como la “Sirora”, pueden alcanzar niveles de producción cercanos a los del almendro, con la ventaja de que su poda es más simple y económica, requieren menos tratamientos fitosanitarios y gastan la mitad de agua y fertilizantes que otros frutales en regadío.

Según Juan Vilar, se trata también, como el olivar, de un producto vecero, aunque este descanso anual de la plantación para dar fruto puede reducirse y equilibrarse aplicando innovación y la tecnología avanzada, así como técnicas de cultivo intensivas.

La tecnificación de las explotaciones, el uso de marcos de plantación intensivos y la profesionalización del cultivo son aspectos que, en todo caso, permitirán optimizar la producción, reducir costes y mejorar su competitividad en el mercado.

La previsión es que para 2040, la superficie cultivada de pistachos alcance casi 1,8 millones de hectáreas a nivel mundial, con una producción global de más de 1,6 millones de toneladas. Una tendencia que asegura un mercado con potencial y en expansión.

El cultivo de pistacho es resistente al cambio climático y se adapta a terrenos secos y ambientes semiáridos

Por último, en el estudio se recoge que el pistachero es un árbol longevo, con una esperanza de vida que puede superar los 100 años, pudiendo generar fruto y beneficios durante décadas. Cuenta, además, con un sofisticado mecanismo que le permite tolerar mejor el estrés hídrico, dado que su sistema radicular es capaz de alcanzar capas muy profundas para extraer agua; es más eficiente absorbiéndola que el olivo y el almendro, y tiene la capacidad de modular su crecimiento según el agua disponible. Todo ello hace del pistachero uno de los árboles más preparados para el cultivo en secano en los ambientes semiáridos de España, aclara el estudio.

Es, además, resistente a la salinidad y a las enfermedades; se adapta a los envites del cambio climático y a suelos tradicionalmente yermos o poco cultivables, y tiene una mayor productividad que otros leñosos y a menor coste, pudiendo entrar en producción en 3,5 años, como se ha dicho, si se aplican las condiciones adecuadas.

Infografía estadística:

Infografía Informe Pistacho 2024

Estudio Agróptima:

PRESENTE Y FUTURO DEL CULTIVO DEL PISTACHO Y DE SU PROCESADO_AGROPTIMUM_2024

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