El PPE pide a la Comisión Europea medidas adicionales en apoyo del sector ovino y caprino

El PPE pide a la Comisión Europea medidas adicionales en apoyo del sector ovino y caprino

Varios eurodiputados del Partido Popular han solicitado a la Comisión Europea medidas para apoyar a los sectores del ovino y del caprino europeo, de los que España es uno de los principales productores, ante la fuerte caída de la producción que se observa desde hace años.

Los eurodiputados populares Esther Herranz, Ramón Luis Valcárcel, Gabriel Mato y Pilar Ayuso han firmado una pregunta escrita a la Comisión Europea,  en la que solicitan un refuerzo de la promoción de las producciones europeas en las nuevas campañas diseñadas a raíz de la puesta en marcha de un nuevo reglamento de ayudas a los programas de información y promoción de productos agroalimentarios, con los que se pretende dar un fuerte impulso a esas acciones.

Además, los eurodiputados del PP preguntan a la Comisión Europea si de cara a la próxima reforma de la Política Agrícola Común (PAC), que comenzará a discutirse el próximo año, tiene previsto estudiar la introducción de una ayuda medioambiental específica para el ovino y el caprino.

Los eurodiputados recuerdan que el reciente Foro de la Carne de Ovino y Caprino de la UE, creado en 2015 a iniciativa de la propia Comisión Europea, ha recomendado, entre otras medidas, que se introduzca en la PAC una ayuda medioambiental para esos sectores.

Los autores del escrito destacan que el sector ovino y caprino europeo da trabajo a unos 900.000 productores en la UE y que esta ganadería tiene un importante impacto positivo para el medio ambiente y para la lucha contra la despoblación en el ámbito rural.

Desde la década de 1980, recuerdan los eurodiputados, el número de cabezas de ganado se ha reducido en más de un 20% en estos sectores.

Aunque durante la reciente crisis económica el consumo de carne de ovino y caprino también se redujo, se aprecia en estos momentos una cierta mejoría que no se corresponde, sin embargo, con un aumento de la producción europea sino con un incremento del consumo de cordero importado de países no miembros de la UE, en particular de Nueva Zelanda.

 

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