El MAPA llega tarde para las decisiones empresariales estratégicas. Por Esther Herranz
Hace unos días, de charla con un agricultor castellano, comentando la nueva PAC que entra en vigor el 1 de enero próximo y la novedad de los ecoesquemas, o los ecorregímenes, como dicen en el MAPA que los llamemos ahora, tuve una bofetada de realidad.
Por Esther Herranz. Experta en la UE y en Agricultura (Diputada europea 2002-2019), profesora y apasionada del sector agrario.
Estaba yo comentándole los diferentes tipos y, de pronto, me hizo una pregunta que no supe ni pude responder. Preguntó mi interlocutor que cuándo se conocerían los 18 reales decretos, que son la letra pequeña y las normas claras de aplicación de esta nueva PAC.
Hete aquí que, hablándole delas posibilidades para los cultivos de cara a la campaña de 2023, me soltó que el MAPA llega tarde. Ahora, que se están planificando y haciendo las siembras, en otoño de 2022, no tenemos aún toda la normativa aprobada de la nueva PAC, con sus reales decretos y, en especial, los de la gran novedad, que más cambios va a traer, como es la de los ecoesquemas.
Y me parece que tenía toda la razón. Mucho hablamos de la profesionalización del sector, pero desde la Administración no se ayuda con sus retrasos, indecisiones y esperas. No es posible tomar decisiones empresariales estratégicas si no se conocen todas las reglas del juego.
Si en septiembre se toman decisiones sobre qué sembrar y cómo hacerlo, pero las estrictas normas a cumplir no llegan a aprobarse hasta noviembre o diciembre, es posible que muchos agricultores se vean afectados por incumplimientos ex-ante, porque vaya usted a saber si un agricultor puede llegar a ser adivino y cumplir con los requisitos exigidos en el Real Decreto definitivo elaborado y aprobado ex post. ¡Lo que le faltaba al sector en tiempos de mudanzas y zozobras!
¡Es de locos! Unas personas que, desde el MAPA, tienen tan altísima responsabilidad, que se supone han de ser personas muy formadas y preparadas, y que tienen en sus manos las haciendas de tantas familias, deberían tener la agilidad mental suficiente como para haber avanzado mucho más a estas alturas del calendario y no someter a los empresarios agrícolas a dificultades innecesarias y posibles multas o penalizaciones.
Lo mismo ocurre con la ayuda básica a la renta para la sostenibilidad (ABRS), aquella que sustituye a los antiguos derechos de pago básico, y que se dijo que se reordenará basándose en criterios objetivos y de no discriminación pero que, a fecha de hoy, no se han hecho públicos dichos criterios, por ejemplo. O cómo serán tratadas las hierbas aromáticas.
Igual ocurre con el pago redistributivo, ése que en teoría beneficia a las explotaciones familiares, a las que es voluntad beneficiar con esta nueva PAC, del que aún no se conocen los umbrales definitivos.
No hay tampoco noticia de cuándo se sabrán los importes definitivos de los diferentes ecoesquemas, porque el FEGA hasta ahora sólo ha publicado importes aproximados, tentativas, elucubraciones… pero para tomar decisiones empresariales se han de conocer, no las aproximaciones, sino los datos reales. ¡Otra vez hablando de la profesionalización del sector!
Los medios de comunicación especializados reclaman esos documentos legislativos, las asociaciones y sindicatos agrarios también, así como las CC.AA., y los agricultores y ganaderos siguen esperando menos tentativas y más claridad. Y la realidad es que los responsables del MAPA llegan tarde para la toma de las decisiones estratégicas de las explotaciones agrarias.