Entrevista a David Prats, presidente y consejero delegado de Borges International Group
Rosa Matas. Lleida
“Nos hemos marcado concretar cómo abordar el continente africano en el próximo ejercicio fiscal”
El grupo agroalimentario Borges, propiedad de la familia Pont ha celebrado su 125 aniversario en su sede social, en Mas de Colom-Casa Borges de Tàrrega (Lleida), con ganas de invertir 108 millones de euros en tres ejercicios y la mirada puesta en facturar mil millones en cinco años. El grupo cuenta con 1.199 trabajadores en sus nueve centros productivos y tiene presencia en 105 países. El presidente y consejero delegado de Borges International Group, David Prats, trabaja actualmente en su implantación en África y estudia compras en España, Francia, Italia y Alemania.
¿Cómo avanza el desembarco en África? ¿Qué países son su primer objetivo y con qué productos?
Estamos en los inicios del proceso y en fase de exploración, valorando los potenciales enclaves en los que podríamos situarnos, lo mismo que hicimos en Asia en su día. Valoramos los diferentes países en base a sus rentas per cápita, consumos o la tipología de productos o del potencial que pudieran tener. Uno de ellos sin duda la salud.
Nos hemos marcado abordar el continente africano durante el próximo ejercicio fiscal, que para nosotros empieza ahora en junio. Tenemos que definir y concretar de qué forma y en qué país o países deberíamos situarnos.
Siempre apostamos y visualizamos el largo plazo. En el corto, pues probablemente te irías a países ya muy desarrollados como puede ser Sudáfrica, mientras que, si te vas al muy largo plazo, pues igual te plantearías países que hoy estarían en un estado casi de inseguridad jurídica muy alta. Probablemente en entre estos dos límites esté la respuesta.
¿Muchas interrogantes entonces?
En Asia empezamos con mentalidad muy abierta, investigamos países tan diversos como Corea del Sur, Japón, China e India. En la lista también estaba Indonesia por el tamaño que tenía.
Lo que hicimos fue apostar por China e India, que, aunque parezca una obviedad, en aquella época no estaba tan de moda aún. En China pensamos en adquirir una empresa, mientras que en India considerábamos que el modelo más adecuado era crear una startup, y nos fue muy bien. En cambio, en China no fuimos capaces, a pesar de habérnoslo marcado como un objetivo estratégico, de hacer una compra y acabamos desarrollando un mercado vía partners comerciales. Veremos lo que nos ocurre en África, a donde vamos, como siempre, con mentalidad abierta.
¿Cómo trabajan en China?
Tenemos una empresa comercial en Shanghai. No fue una adquisición, es una empresa subsidiaria de una que tenemos en Singapur, que es la que controla todo nuestro negocio en Asia, donde comercializamos unas 20.000 toneladas. China es un mercado referente, pero para nosotros no deja de ser un mercado incipiente.
¿Qué supondrá para su grupo el acuerdo de protocolos sanitarios que firmó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el mes pasado en su visita a China que abre la exportación a este país?
Espero y deseo que sí seamos capaces de abrir la exportación. Hasta la fecha, la almendra no se puede exportar a China. Es cierto que desde los anuncios que se realizan a nivel mediático hasta cómo esto se visualiza realmente con normativas, regulaciones, impuestos, aranceles, entradas, etcétera, pasa un tiempo. No hay ningún detalle al respecto. Y dependiendo del detalle, pues se nos abrirá una ventana de oportunidad.
Hace un mes anunció unas inversiones de 108 millones de euros en los próximos tres ejercicios, 30 millones en eficiencia energética para superar en cinco años 1.000 millones de facturación y alcanzar los 55 millones de beneficios. Hablaba de placas solares. ¿Además de en edificios, piensan en placas verticales en campos?
Prácticamente es todo en edificios. Otra cosa es que en todos nuestros desarrollos agrícolas tengamos placas para no tener que utilizar otras energías en la plantación. Pero no es el objetivo producir energía solar para venta a terceros o a la red.
No creo que sea una buena solución dedicar terreno agrícola a poner placas solares, porque se dedicaría durante los próximos 30, 40 o 50 años un espacio que puede ser productivo, sea para el cultivo que sea. Hay infinidad de edificios con techos que puedes utilizar para ello.
Cincuenta millones van destinados a Lleida.
La mayor parte de la inversión en activo. No puede ser de otra manera. Tiene que ir a Cataluña porque es donde tenemos las principales plantas industriales del grupo.
¿Cómo se van a financiar esos 108 millones de euros?
Como siempre en nuestro grupo, con un esfuerzo máximo para la generación de resultados. Y luego pues en todo quello que no lleguemos por generación interna, con la ayuda de las entidades financieras que, por suerte, nos han acompañado todos estos años.
¿Con un préstamo verde, como en 2020?
Esperamos que una parte lo sea, sí. Cumple todos los requisitos. Esperamos que la parte que deba financiarse con recursos financieros venga a través de préstamos verdes.
Hace un mes anunció que la compañía estudiaba compras en España, Francia, Italia y Alemania. ¿Se ha concretado alguna operación?
Todavía no. Digamos que estamos más cerca, pero la última milla del maratón es la que más cuesta. En algunos países estamos en procesos incipientes, en otros en procesos más avanzados, como es el caso de España e Italia
¿Qué parte de la producción lleva marca y qué parte se destina a proveer a industrias?
Es un 60% en marca y el 40% lo destinamos a otras industrias. Nuestro grupo de hecho nació como proveedor. Y, bueno, sigue siendo una parte relevante, aunque sabemos que la marca es el icono.
Llama la atención el peso de la inversión en marketing que tienen previsto para los próximos tres años, un 40% de estos 108 millones…
Se explica en el que la marca es uno de los activos más relevantes, aparte de las personas que son las que hacen que esto funcione. La marca no solo hay que plantarla, porque cuando va creciendo hay que cultivarla. Es lo que hacemos y al final vendemos en más de 100 países.
Puede sonar a tópico, pero se tiene que dedicar intensidad a muchos canales en muchos países para transmitir al consumidor los valores que hay detrás de una marca. Antes hablamos de África. No se trata solo de implantar, sino de comunicar, de educar. Y todo esto requiere de inversiones y en euros.
¿En qué proyectos de I+D trabaja?
El más interesante desde mi punto de vista, y que ya es público, es en el que trabajamos con ingredientes para sustituir a otros no sostenibles o no saludables. Le hemos dedicado más de cinco años. En concreto, es una grasa sólida que es capaz de sustituir a la típica grasa no saludable como podría ser la de palma. Se usa en bollería, en bombones o en rellenos.
Es una grasa saludable que permite elaborar todos estos productos sin que cambie sus texturas ni cualidades organolépticas. Permite comerte un cruasán sin renunciar al gusto y al placer. Le hemos dedicado muchas horas y vamos a seguir dedicándole muchos esfuerzos, porque hemos conseguido algunas fórmulas, aunque nos queda un amplio recorrido para que se pueda utilizar en otros productos que hoy se siguen haciendo de forma poco saludable.
¿Borges ha presentado propuestas al Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE)?
Pues hasta la fecha, la verdad es que el mejor encaje para nuestros proyectos no iría en la línea del PERTE, lo que no significa que si se plantea alguno en el futuro no lo estudiemos.
¿A corto plazo tiene previsto una ampliación de plantilla?
Permanentemente estamos creciendo y no hay previsión de lo contrario. Depende del año, el incremento suele ser de un 5%, teniendo en cuenta la complejidad de los trabajos agrarios y que hay temporadas con muchas labores eventuales también.
¿Cómo afronta el grupo Borges la sequía?
Obviamente es un elemento que preocupa y muchísimo. Esperemos que el escenario cambie en las próximas semanas. Sequia es sinónimo de reducción de producciones en el negocio agrícola. Estamos acostumbrados a que hay vaivenes en la producción y la parte climatológica pues juega un papel muy relevante, a veces por exceso y otras por defecto.
Históricamente hay una apuesta firme para ir mejorando en las labores de cultivo, así como las variedades que se utilizan de cara a ser más eficientes. Igual que en términos industriales la eficiencia es menor consumo de agua o energía. Se consigue con un uso más eficiente de nuevas técnicas. La tecnología, la digitalización y robotización también entran en el mundo agrícola que permiten el riego de precisión.