La agricultura y la silvicultura europeas y el discurso sobre el estado de la Unión. Por Christiane Lambert y Ramón Armengol.
Por Christiane Lambert, presidenta del COPA, y Ramón Armengol, Presidente de la Cogeca.
Dentro de unos días, como ya es tradicional, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, pronunciará el último discurso sobre el estado de la Unión de su mandato. Este discurso es muy esperado por todos los representantes de la agricultura, la silvicultura y la Europa rural.
No todo puede decirse en un solo discurso, y resulta complicado resumir todas las acciones europeas en unas pocas líneas. Sin embargo, a pocos meses de las elecciones, el COPA-Cogeca espera que se envíe un mensaje fuerte a la comunidad agrícola.
La ausencia reiterada de toda mención a los agricultores, silvicultores y cooperativas agrarias en este discurso de actualidad ha decepcionado a menudo a nuestra comunidad y ha contribuido a aumentar la distancia entre Bruselas y las zonas rurales.
En la hoja de ruta entregada al nuevo vicepresidente Ejecutivo encargado del Pacto Verde Europeo, Maroš Šefčovič, el Copa-Cogeca reconoce la voluntad de la Comisión Europea de priorizar el diálogo y la concertación con los sectores agrícola, forestal y pesquero.
La posición del COPA-Cogeca siempre ha sido coherente desde el anuncio del Green Deal: apoyando el objetivo final de comunicaciones como la Estrategia «Farm to Fork» («De la granja a la mesa»), pero no un enfoque punitivo que no hable de soluciones concretas, facilitadoras y de viabilidad financiera.
Por lo tanto, están de acuerdo con los comentarios iniciales realizados por el vicepresidente ejecutivo cuando anunció su nombramiento. La parte más difícil del Pacto Verde Europeo está aún por llegar, ya que en los próximos meses pasaremos de los debates normativos a las implementaciones sobre el terreno. Los responsables políticos europeos van a tener que pasar de las palabras a los hechos.
Es necesario que la UE se aleje del dogmatismo y hable de nuevo con la comunidad rural
La situación sobre el terreno es compleja y hay que abordarla. El COPA-Cogeca está en primera línea durante todo el mandato de esta Comisión, ya sea por las consecuencias del Brexit, la inflación, la energía, desde la crisis del COVID, las cuestiones relacionadas con el apoyo al sector agrícola ucraniano, los incendios forestales o los avatares climáticos que están afectando a nuestra producción cosecha tras cosecha.
Los agricultores, los silvicultores y sus cooperativas están en marcha, y buscan soluciones a todos los niveles. Es necesario que la Unión Europea se aleje del dogmatismo y vuelva a hablar con las comunidades rurales.
En esta recta final siguen sobre la mesa cuestiones cruciales, ya sea el uso de productos fitosanitarios, el lugar de las nuevas técnicas genómicas, el bienestar de los animales, la iniciativa sobre sistemas alimentarios sostenibles o la conclusión de las negociaciones sobre la restauración de la naturaleza o las emisiones industriales.
Estamos definiendo nuestra capacidad para garantizar la seguridad alimentaria de Europa y su autonomía estratégica, contribuyendo al mismo tiempo a paliar la inseguridad alimentaria mundial, y nuestro deseo de que se renueven las generaciones indispensables para mantener nuestra agricultura y las zonas rurales que confían y tienen fe en Europa.
Por estas razones, la agricultura y la silvicultura europeas no pueden quedar fuera del discurso sobre el estado de la Unión.
