Por Jaime Lamo de Espinosa.
Ya hemos dejado atrás el año 2024 y los datos que aporta el Ministerio de Agricultura sobre el comportamiento de las macromagnitudes agrarias muestran un año positivo, aunque muchos puedan pensar que estos resultados no son compartidos en muchas regiones de España. Pero las estimaciones globales determinan una renta agraria que crece un 14,2%, la producción vegetal un 8,9% (tenía que hacerlo tras las fuertes caídas del año anterior, recuperándose el sector cerealista y el olivarero, así como las plantas industriales y vinos y mosto), la producción animal sin embargo descendió un -1,3% (ambos a precios básicos), los Consumos Intermedios descienden un -8,5% y las subvenciones se reducen también un -5,1% porque terminaron ya de aplicarse las de 2023 en respuesta a la sequía y a la crisis provocada por la guerra de Ucrania y hemos vuelto a las subvenciones normales en años anteriores. El incremento de la renta está, pues, claramente motivado por el aumento de la producción vegetal y el descenso de los precios de los Consumos Intermedios.
Ya hemos dejado atrás el año 2024 y los datos que aporta el Ministerio de Agricultura sobre el comportamiento de las macromagnitudes agrarias muestran un año positivo, aunque muchos puedan pensar que estos resultados no son compartidos en muchas regiones de España. Pero las estimaciones globales determinan una renta agraria que crece un 14,2%, la producción vegetal un 8,9% (tenía que hacerlo tras las fuertes caídas del año anterior, recuperándose el sector cerealista y el olivarero, así como las plantas industriales y vinos y mosto), la producción animal sin embargo descendió un -1,3% (ambos a precios básicos), los Consumos Intermedios descienden un -8,5% y las subvenciones se reducen también un -5,1% porque terminaron ya de aplicarse las de 2023 en respuesta a la sequía y a la crisis provocada por la guerra de Ucrania y hemos vuelto a las subvenciones normales en años anteriores. El incremento de la renta está, pues, claramente motivado por el aumento de la producción vegetal y el descenso de los precios de los Consumos Intermedios.
Y acabamos de reseñar la caída del sector ganadero que ve al tiempo con preocupación el acuerdo con MERCOSUR, pues este va a exponernos a una competencia hasta un 40% más barata, lo que atemoriza grandemente a los productores de vacuno y porcino.
Y además los agricultores ven con preocupación que la UE prohíbe el triple de pesticidas que Brasil, por ejemplo, cuando además el año pasado se detec- taron 99 plagas en cítricos provenientes de Argentina o Brasil. Por esta misma razón, el campo francés y el español se unen frente a Marruecos, que sigue exportándonos sus productos sin cumplir las normas fitosanitarias que aquí se nos exigen. Ha habido ya varias importantes manifestaciones de tractores en Francia. “A precio nunca podremos competir con Marruecos y Mercosur” nos dice Andrés Góngora, responsable de frutas y hortali- zas de la COAG.
Respecto a Valencia y los daños de la DANA, se estima en Valencia que un 80% de los agricultores afectados por la DANA todavía no han recibido las ayudas aprobadas por el gobierno, si bien se están recibiendo con mayor intensidad las procedentes del gobierno valenciano. Me consta incluso por informaciones directas que me llegan además de la zona de Requena y Utiel en tal sentido.
Y en Valencia no se entiende como la CHJ impulsa ahora un proyecto de “renaturalización” del nuevo cauce del rio Turia para permitir movimientos de la fauna desde el río hasta el mar. El “caudal ecológico” –que no es legislación europea– hace pues su reaparición y nadie entiende, tras los daños de la DANA, que se persista en este ecologismo medioambiental. Como nadie entiende tampoco que se invierta en renaturalizar el río en lugar de invertir contra las inundaciones. No es de extrañar que Miguel Barrachina, Conseller de Agricultura haya dicho, con todo acierto, que “hay una responsabilidad eminente del ecologismo de salón en todo lo que nos está sucediendo” y nos ha recordado que “la seguridad de las personas está antes de unas cañas que además son invasoras”. Y FENACORE nos repite que “las obras hidráulicas salvan vidas”. También Valenciaplaza.com tituló recien- temente “La ingeniería hidráulica frente al ecologismo populista” (Tribuna Libre, Manuel Miñés, 3.1.2025).
El Ministro Luis Planas ha visitado acertadamente en este último mes las obras de reparación de caminos rurales, explotaciones agrarias y redes de riego dañadas en las zonas agrarias de Requena, Utiel y otras de Valencia, afectadas por la DANA, y ha asegurado que el gobierno “hará todo lo que haga falta y durante el tiempo que haga falta” para recuperar la normalidad productiva de estas zonas. Eran necesarias sus palabras.
Es, en cambio, muy positiva la noticia de que el gobierno acaba de validar un trasvase del Tajo de 81 hm3 para el primer trimestre de este año, lo que eliminará las inquietudes que hay acerca de la supervivencia del mismo e introduce así una “cierta tranquilidad hidrológica” sobre su futuro. Puede que incluso tal dotación pueda aumentarse en los trimestres venideros si los embalses de cabecera, Entrepeñas y Buendía, siguen aumentado sus reservas, como viene sucediendo y van a crecer aún más con las recientes nevadas.
Y como estamos ya en 2025 debemos examinar las previsiones que los grandes organismos científicos internacionales (por ejemplo, Copernicus) nos ofrecen y que llegan casi todos marcados por el cambio climático que parece nos traerá año tras año más sequías y al tiempo lluvias torrenciales pero muy concentradas en el tiempo y en el espacio. Esos informes acreditan que el año precedente ha sido el año más caliente registrado desde 1850 y que es el primero en superar el umbral de 1,5 oC de recalentamiento climático comparativamente con el año anterior. Y ante eso hay que estar preparados y protegerse de las riadas con cauces limpios y no llenos de cañizos o arbolado.
Hemos sufrido acontecimientos extremos, desde la DANA de Valencia a los incendios de Los Ángeles, que siguen cuando escribo, y se teme que el calentamiento del océano prosiga durante el presente año. No hay que olvidar que la crisis climática trastorna profundamente el ciclo del agua del planeta con más inundaciones y más sequías, cada vez más extrema y que afecta a miles de millones de personas. Más sequías y más inundaciones son fenómenos que deben ser estudiados y buscarles solución, no simplemente contemplarlos. Esperemos que se trabaje en esta línea de prevención de riesgos hidrológicos con medidas propias de la ingeniería, no del ecologismo radical.
Finalmente, dos cuestiones de última hora. Uno, el campo está revuelto contra la intención de Trabajo de aumentar el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y reducir al tiempo la jornada laboral por el alto coste y reducción de rentas que eso significa para la agricultura. ASAJA ya ha advertido de los “efectos devastadores” que sufrirá el sector. Y dos, es importante señalar que al cambiar la presidencia de Consejo de la UE a manos polacas se han destacado ya nuevas prioridades entre las que se sitúa positivamente la Agricultura como tema central y donde la PAC deberá jugar un papel decisivo. Lo comentaremos en cartas sucesivas.